Hace muchos años, Roberto Carlos cantaba “Yo quiero tener un millón de amigos”. Y eso que en esa época no existía Facebook. Menos aún la posibilidad de utilizar una aplicación para esta red social que permite elegir con quién de los contactos a uno le gustaría mantener relaciones sexuales y esperar a que éste tenga las mismas intenciones. Todo en un marco de reserva asegurada (dentro de la privacidad que uno le pueda confiar a Facebook, claro está).
