Streaming caudaloso

Los años signados por la pandemia (2020 y 2021) serán un hito en la historia del streaming por suscripción. Fueron los años en que alcanzaron una gran masificación, de la mano una mayor cantidad de tiempo disponible por el aislamiento obligatorio, así como por la multiplicación de la oferta, impulsada por el desembarco de grandes nombres (con Disney+ liderando la embestida a partir de noviembre 2020). Durante este período aumentó mucho la intensidad del consumo de servicios, aunque sea con claves compartidas. Entre éstos se consideran OTT tradicionales (caso Netflix, Disney+, HBO Max, Amazon, etc.) así como TVE (Flow, Movistar TV, Telecentro Play, Claro Video, DirecTV Go, etc.).

No obstante, fue previo a la pandemia cuando el crecimiento fue más acelerado en Argentina. En 2019 el consumo de servicios de streaming pasó del 57 al 78% de los usuarios de Internet, registrando un salto de 21 puntos en un año. Se podría decir que, sin saberlo, nos estábamos preparando para pasar mucho tiempo en casa.

Los que sí registraron un fuerte crecimiento durante la pandemia fueron los niveles socioeconómicos bajos, donde la penetración de estos servicios pasó del 73 al 88% de los usuarios, dando un salto de 15 puntos. Paralelamente, los niveles medios alcanzaron valores de penetración similares a los altos.

Desde una perspectiva generacional, los segmentos más jóvenes (millennials y centennials) fueron los primeros en llegar a valores de alrededor del 90% en 2020, mientras que los mayores (Gen X y boomers) lo hacen en 2022. En el caso particular de los boomers, fueron más lentos para adoptar el streaming, pero crecieron aceleradamente durante los años de la pandemia al pasar del 74 al 89%, en un avance de 15 puntos que los puso a la par de la Gen X.

Por urbanización es donde además de un empuje de la oferta se pone en evidencia también las mejoras en la conectividad fuera de los grandes centros urbanos. Las mayores capacidades en la conectividad mayorista sumada a mejoras en las redes HFC (de la TV paga) y el reemplazo del cobre por la fibra óptica permitieron una mejora en las capacidades de acceso disponibles. De hecho, la velocidad promedio del acceso a Internet pasó de 16 Mbps a fin del 2018 a 38 Mbps (según datos del Enacom), más que duplicándose.

Así como los consumidores de las urbanizaciones grandes llegan a un nivel de penetración del 90%, esta situación se repite en las medianas y chicas recién en 2022. Pero son las chicas quienes dan el salto más grande, al pasar del 45% en 2018 a 73% en 2019, creciendo unos notables 28 puntos.

El destacado avance de los servicios de streaming por suscripción insinúa un cambio de paradigma, poniendo la conectividad en un lugar que permite que ofertas puras compitan y cuestionen los clásicos paquetes de TV paga más conectividad. Algo que será más evidente cuando los productos de TVE profundicen su separación al servicio de la TV paga convencional.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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