AutorEnrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Relaciones conflictivas

Hace aproximadamente unos 5 años mucho se hablaba en la industria móvil alrededor de la posibilidad de llevar a la TV al celular. Se hicieron diversas pruebas pilotos y sin embargo el concepto no terminó de cerrar y muchos proyectos fueron rápidamente archivados. Esto coincidió también con el despegue a nivel global de los smartphones, que trajo muchas nuevas y menos riesgosas oportunidades. La TV podía seguir esperando.
El escenario hoy es un poco distinto. La popularidad de los smartphones abrió la posibilidad al streaming de videos, tanto en formato bajo demanda como de broadcasting. Adicionalmente, en algunos mercados, como el argentino, se sumó la TV tradicional primero y más recientemente la TDT, en ambos casos vía sintonizador incluido en un grupo acotado de terminales vendidos en el país. Por lo pronto, el video no es un contenido ajeno a nivel local, con un 31% de los usuarios dicen consumirlos desde su celular. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2013” recientemente realizado por Carrier y Asociados.
Mucho de esto tiene que ver con videos cortos y bajo demanda, típicamente de YouTube. Bastante más bajo es el consumo de TV desde el móvil (sin distinguir entre streaming o sintonizador), realizado por apenas el 4% de los usuarios. No obstante un 37% se muestra, en principio, atraído por el concepto, valor que crece en la medida en que desciende el NSE. Esto puede deberse no necesariamente al deseo de un consumo en movimiento, sino a que el celular se convierte en una pantalla alternativa al televisor principal del hogar, particularmente cuando en éste hay más contenidos que se quieren consumir que televisores disponibles. Allí, el celular puede jugar un papel de dispositivo alternativo, especialmente para el consumo en soledad. Como con otros servicios tecnológicos, su atractivo es mayor entre los más jóvenes y los hombres.

Para vislumbrar si éste sería el techo de usuarios proclives a ver TV desde el celular, resulta interesante analizar las razones esgrimidas por aquellos que no se sienten seducidos por esta posibilidad. En primer lugar figura la no atracción por los contenidos de TV, mencionada por un 43%. Este porcentaje crece al 58% entre los adolescentes, evidenciando claramente los cambios en el consumo de contenidos en video de las generaciones más jóvenes. En segundo lugar, con un 39% de las menciones, se expresa el temor a robos, cuando el usuario manifiesta que no le gusta exhibir el celular para ver TV. Recién después surgen aspectos directamente vinculados a las limitaciones propias del dispositivo, como el reducido tamaño de pantalla (35%) y el gasto de batería que generaría (33%).

La mutación de Twitter

Ante una próxima salida a bolsa (el famoso IPO), Twitter tuvo que dar hacer pública cierto tipo de información interna de la empresa. Entre los datos más decepcionantes, no porque sean malos per se sino por las expectativas generadas, está la cantidad de usuarios (280 millones) y su velocidad de crecimiento (6% trimestral). Ambos factores no son lo mejor que se puede exhibir cuando una tecnológica de sus características está pidiendo dinero al mercado.
Twitter genera una gran curiosidad entre quienes no participan aún de la red. Es frecuentemente citada en los medios ya que de ella se obtienen declaraciones directas de los protagonistas de las noticias. De primera mano se tiene acceso a lo que publica un político, figura del deporte o estrella de la TV. Pero hay que reconocer que el impacto inicial para quienes ingresan al servicio es negativo. Está lejos de tener una interfaz intuitiva. Los conceptos de seguidor, seguido, arrobar, retuitear, DMear, listas, favear y otros no son naturales. Hay que construir un grupo de seguidos para tener contenidos, tarea que nunca finaliza ya que se está siempre “curando” estos listados. En fin, cosas que hacen que la curva de aprendizaje sea escarpada. Y no son pocos los que abandonan en plena subida. De hecho, en Argentina, un 32% de quienes tienen cuenta en Twitter no la usa. Esto se da más marcadamente en los NSE bajos, donde el 50% abandonó su cuenta en este servicio (datos que surgen del informe “Usuario online – 2013” publicado por Carrier y Asociados). Evidencia de un nivel de desencanto inicial importante.
Quizás sea por ello que esta semana se conocieron dos noticias que darían la pauta de una transformación de Twitter, sino total, al menos parcial. Y ambas apuntan a agregar al servicio una veta más cercana a la mensajería instantánea que a la red social y/o de contenidos actual.
Por un lado, Twitter habilitará progresivamente la opción para que todos los usuarios puedan enviar mensajes directos a quien quieran. Actualmente el requisito es que el destinatario sea un seguidor del emisor, lo que implica que para mantener una conversación por DM ambos usuarios deben seguirse mutuamente. Con el cambio en proceso, cualquier seguidor podrá enviar un DM al seguido. Esto sin dudas será bienvenido por el sector comercial, ya que permitirá que áreas de atención al cliente de organizaciones privadas puedan recibir mensajes directos de sus usuarios. Hoy la opción es una charla pública o seguirse mutuamente. Pero el cambio también posicionará a Twitter como una alternativa más de mensajería instantánea, del estilo Hangout/Gtalk en el sentido que sería multiplataforma (PC, tablet y celular), a diferencia de otras como Whatsapp o BBM que son sólo para celulares. La cosa podría ir un paso más allá, ya que hay noticias que indican que Twitter estaría trabajando en pos de la mensajería instantánea no ya como una funcionalidad sino como una aplicación independiente. La movida sería más difícil de entender, ya que implicaría la adopción de una nueva aplicación.
Lo que sí es concreto es que Twitter está mutando. Seguramente seguirá siendo una red social y de información, pero las necesidades de crecimiento y el auge de la mensajería instantánea aparecen como una oportunidad que no debería dejar pasar. Si tiene éxito o no en esta mutación todavía está por verse.

Pragmatismo chino

La noticia esta semana de que Huawei trasladará su sede regional de Brasil a Argentina despertó para muchos, como suelen hacerlo este tipo de novedades, un inocultable sentido de orgullo nacional. No sólo por la elección de nuestro país como sede regional de unos de los grandes jugadores globales en el mercado de tecnología para comunicaciones, sino también porque esta movida implicó “vencer” a Brasil, el clásico caso del vecino/competidor. Competencia que, claramente, se extiende más allá del fútbol.
La mudanza de San Pablo (corazón industrial de Brasil) a Buenos Aires demandará una inversión de US$ 20 millones y generará 200 puestos de trabajo, según lo comunicó la empresa. Además, prometen ampliar su producción de celulares a 1,5 millón anual lo que contra los 120 mil del 2012 es sin duda un objetivo ambicioso. Por otra parte, también sumarán el ensamble local de equipamiento para Libre.ar, el operador móvil estatal. Todo un indicador de que, a pesar del silencio reinante, la idea de construir red por parte de Libre.ar sigue en pie.
Pero esto no es todo, ya que adicionalmente, la nueva oficina controlará a nivel regional los departamentos de finanzas, logística y servicios, ventas, legales, contratos, marketing, administración y recursos humanos, entre otros. Este detalle podría tener que ver quizás con una motivación que si no es la principal, ciertamente debe haber sido muy relevante.
Varias multinacionales han traído operaciones regionales a Argentina. Pero a diferencia de lo que decían tiempo atrás (cuando el peso estaba muy devaluado), que era por el talento argentino, ahora lo hacen ante las dificultades (en algunos casos imposibilidad) de girar utilidades al exterior. Así, gastan esas utilidades localmente, cubriendo los costos asociados a actividades que pueden manejarse centralizadamente.
Como reza el dicho, no hay mal que por bien no venga. Se tratará entonces de aprovechar esta circunstancia para demostrar que, más allá del escenario cambiario, Argentina tiene lo que hace falta. Y que cuando, algún día, estas restricciones desaparezcan, no lo hagan también las operaciones internacionales radicadas localmente. Si no, habrá sido todo un espejismo.

Linkeando

  • Transformer: Interesante visión sobre evolución del mercado de los operadores de telecomunicaciones en Europa. Fuerte consolidación y llegada de grupos americanos. Escenario que ayuda a entender algunas cosas que pasan por aquí, especialmente la movida entre Telefónica y Telecom Italia. [Media-tics]
  • Ojo con los chavs: En los últimos tiempos, Apple no tuvo mucho éxito con los responsables del retail de su marca. La apuesta ahora es por la actual CEO de Burberry, marca que está posicionada como de lujo pero que tuvo algunos problemas de imagen cuando fuera adoptada por los chavs británicos. Que no se repita. [All Things Digital]

Twits selectos

Apps para todos

Si bien las apps para smartphones están disponibles desde que éstos existen, no fue sino hasta la llegada del iPhone y su App Store que las mismas levantaron vuelo. Lo que antes requería acceder a sitios de apps (generalmente multiplataforma) para encontrarlas y tener alguna mínima destreza técnica para instalarlas se simplificó al extremo con una tienda de aplicaciones que era un ícono en la pantalla inicial del celular. Así, las apps se convirtieron en un concepto muy popular, con un 85% de los usuarios de datos móviles que por lo menos alguna vez descargaron una para su equipo. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2013 ” recientemente realizado por Carrier y Asociados.
A pesar de lo difundido de la práctica de descargar apps, no todos los usuarios lo hacen con la misma intensidad. Sí colabora en el aprendizaje la extendida popularidad de Whatsapp, aplicación utilizada por el 97% de los usuarios de mensajería instantánea desde el celular [ver “Whatsapp, el nuevo SMS”]. Muchas veces, Whatsapp es una app que no viene preinstalada, ya que compite con los mensajeros instantáneos de las distintas plataformas. Android quiere que usemos Hangouts. Blackberry, BBM. Microsoft, Skype. Esto obligó entonces a un gran número de usuarios a tener que descargar e instalar esta app, independientemente de su nivel de conocimientos técnicos.
Este aprendizaje forzado se convierte en la puerta de entrada a las descargas para muchos. Aproximadamente 2/3 de los usuarios que consumen datos descargaron una aplicación en los 3 meses previos al relevamiento, de los cuales la mitad lo había hecho en la última semana. Esto indicaría que no se trata de un proceso que se da mayormente al adquirir un nuevo terminal y configurarlo con las aplicaciones deseadas, sino que la descarga de las mismas se mantiene a lo largo del tiempo.

Si bien no se observan grandes diferencias entre quienes descargan apps a sus celulares, sí existe una leve tendencia a que sea mayor esta práctica mientras sube el NSE así como cuando desciende la edad. Como sucede con otros aspectos vinculados a la tecnología, también los hombres son más propensos a hacerlo que las mujeres.
No obstante, estos niveles de descargas no deberían ser un motivo de descorche para los desarrolladores de apps móviles. Un 86% de quienes realizaron descargas sólo lo hacen de apps gratuitas. Este comportamiento es independiente del NSE, lo que significa que no existe una correlación con la capacidad económica ni con el acceso a medios de pago electrónicos. Para los desarrolladores esto es un claro indicador de que hay que buscar ingresos por otras fuentes que no sean únicamente el usuario final.

Ley a medias

Habiéndose cumplido 4 años de la sanción de la Ley de Comunicación Audiovisual (conocida como Ley de Medios), se impone un balance. En este caso, no de la norma en su totalidad sino específicamente en lo que atañe a la infraestructura, en particular las redes cableadas. Y, tras un breve repaso, resulta evidente que la ley se convirtió en un freno al desarrollo de las redes fijas que son parte sustancial de la base de una sociedad moderna.
Una de las críticas que se realizaron oportunamente a la ley fue no contemplar el escenario de convergencia tecnológica que no sólo ya era visible al momento de su sanción sino que también sería cada vez más relevante en la medida en que fuera pasando el tiempo. En este punto la regulación que afecta a la infraestructura muestra sus falencias. Hay que partir de la base que el objetivo de cualquier gestión de gobierno debería ser mejorar en alcance, capilaridad y capacidad de toda red capaz de transportar los contenidos más demandantes, como es el caso del video, más aún en tiempos de alta definición. Por lo tanto, más que establecer restricciones al desarrollo de las redes, debería apuntarse a su expansión. A fin de cuentas, desde la llegada de la digitalización las redes son agnósticas respecto del contenido. Ya no hay redes telefónicas o redes de cable. Son todas redes digitales que pueden transportar cualquier contenido digitalizable. Por lo tanto, lo razonable es tender a una regulación única y pro desarrollo en materia de redes, aunque contemplando asimetrías presentes para hacerlas converger en algún punto del futuro. No obstante, la ley establece frenos al desarrollo de las redes, aunque con límites distintos según sean éstas operadas por empresas de telecomunicaciones u operadores de TV por cable. Una distinción más jurídica que tecnológica.
Si bien el proyecto original las contemplaba, finalmente el texto que se aprobó excluyó explícitamente a las empresas de telecomunicaciones de dar servicios de TV. Cabe aclarar que si bien se las asocia directamente con las grandes telefónicas (Telefónica y Telecom), en realidad afecta a todas las empresas del sector (salvo las cooperativas, que sí fueron contempladas en la ley de medios). Desde la fe tecnológica, es un pecado desconocer el potencial de estas redes como plataforma de distribución de contenido audiovisual. Más aún cuando únicamente los dos mayores operadores concentran el 58% de los accesos de banda ancha del país. Accesos que, debidamente actualizados, podrían convertirse en puntos de distribución de contenidos audiovisuales, sin límites geográficos ni demandas de recursos escasos, como es el espectro.
En el caso de los operadores de TV por cable, las limitaciones a la extensión de sus redes (vía licencias locales y topes a la participación de mercado), atenta contra el desarrollo de las redes más modernas tecnológicamente. Sin dudas que el mayor perjudicado por este esquema es Cablevisión, quien paga el precio de ser el operador del grupo de medios enfrentado con el gobierno desde hace unos años (pasando del amor al odio como en “La guerra de los Roses”). Una red de telecomunicaciones extensa y densa obtiene mejores escalas que le permiten no sólo ser más eficiente sino también más avanzada. En el caso de Cablevisión, su red de banda ancha representa el 26% de los accesos del país (a pesar de tener una cobertura geográfica muy inferior a la de las telefónicas). Pero al estar tan indivisiblemente asociada a su red de TV por cable, las restricciones que se apliquen a esta última también lo hacen sobre la primera. Nuevamente, una medida que limita la disponibilidad de puntos de acceso a contenidos audiovisuales.

Lamentablemente, enmendar la ley de Medios para que no atente contra el desarrollo de una infraestructura extendida y eficiente requeriría de un proceso legislativo que difícilmente se dé en el corto y mediano plazo. Así, los errores de una ley intoxicada por una visión retrógrada y disputas más personales que institucionales se conjugan para que la infraestructura de transporte digital (que va mucho más allá de lo audiovisual) no se desarrolle al ritmo que podría y debería. Esperemos que cuando se cumplan 4 años más, la situación sea otra.

Linkeando

  • La era del hielo: Esto es lo que se viene para el sector de las telecomunicaciones móviles a nivel mundial, según Ovum. La consultora británica predice suscriptores y ARPU menguantes. No queda claro, aunque pareciera que se enfocan en los suscriptores individuales y no en M2M. ¿O será que no le ven mucho aporte al negocio? [Fierce Wireless]
  • Catenaccio: Los operadores móviles americanos (tanto estadounidenses como mexicanos) se han convertido en el cuco para algunos de sus pares europeos, temerosos de que las opuestas situaciones a cada lado del Atlántico impliquen una “invasión” hacia el viejo continente. Así se entiende más la operación de Telefónica en Telecom Italia: una movida que le permita ganar “masa” y la ponga a salvo de las garras de depredadores americanos. Declaraciones amenzantes del CEO de AT&T y críticas a la regulación europea. [Telecom Paper]
  • Piano, piano: Luego de casi 4 años desde el lanzamiento de la TV Digital, todavía no se observa un verdadero despegue de la misma. A pesar de la enorme inversión realizada, aún faltan dispositivos, contenidos y comunicación. [Perfil]

Twits selectos

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