Hace aproximadamente unos 5 años mucho se hablaba en la industria móvil alrededor de la posibilidad de llevar a la TV al celular. Se hicieron diversas pruebas pilotos y sin embargo el concepto no terminó de cerrar y muchos proyectos fueron rápidamente archivados. Esto coincidió también con el despegue a nivel global de los smartphones, que trajo muchas nuevas y menos riesgosas oportunidades. La TV podía seguir esperando.
El escenario hoy es un poco distinto. La popularidad de los smartphones abrió la posibilidad al streaming de videos, tanto en formato bajo demanda como de broadcasting. Adicionalmente, en algunos mercados, como el argentino, se sumó la TV tradicional primero y más recientemente la TDT, en ambos casos vía sintonizador incluido en un grupo acotado de terminales vendidos en el país. Por lo pronto, el video no es un contenido ajeno a nivel local, con un 31% de los usuarios dicen consumirlos desde su celular. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2013” recientemente realizado por Carrier y Asociados.
Mucho de esto tiene que ver con videos cortos y bajo demanda, típicamente de YouTube. Bastante más bajo es el consumo de TV desde el móvil (sin distinguir entre streaming o sintonizador), realizado por apenas el 4% de los usuarios. No obstante un 37% se muestra, en principio, atraído por el concepto, valor que crece en la medida en que desciende el NSE. Esto puede deberse no necesariamente al deseo de un consumo en movimiento, sino a que el celular se convierte en una pantalla alternativa al televisor principal del hogar, particularmente cuando en éste hay más contenidos que se quieren consumir que televisores disponibles. Allí, el celular puede jugar un papel de dispositivo alternativo, especialmente para el consumo en soledad. Como con otros servicios tecnológicos, su atractivo es mayor entre los más jóvenes y los hombres.

Para vislumbrar si éste sería el techo de usuarios proclives a ver TV desde el celular, resulta interesante analizar las razones esgrimidas por aquellos que no se sienten seducidos por esta posibilidad. En primer lugar figura la no atracción por los contenidos de TV, mencionada por un 43%. Este porcentaje crece al 58% entre los adolescentes, evidenciando claramente los cambios en el consumo de contenidos en video de las generaciones más jóvenes. En segundo lugar, con un 39% de las menciones, se expresa el temor a robos, cuando el usuario manifiesta que no le gusta exhibir el celular para ver TV. Recién después surgen aspectos directamente vinculados a las limitaciones propias del dispositivo, como el reducido tamaño de pantalla (35%) y el gasto de batería que generaría (33%).

Ante una próxima salida a bolsa (el famoso IPO), Twitter tuvo que dar hacer pública cierto tipo de información interna de la empresa. Entre los datos más decepcionantes, no porque sean malos per se sino por las expectativas generadas, está la cantidad de usuarios (280 millones) y su velocidad de crecimiento (6% trimestral). Ambos factores no son lo mejor que se puede exhibir cuando una tecnológica de sus características está pidiendo dinero al mercado.
La noticia esta semana de que Huawei trasladará su sede regional de Brasil a Argentina despertó para muchos, como suelen hacerlo este tipo de novedades, un inocultable sentido de orgullo nacional. No sólo por la elección de nuestro país como sede regional de unos de los grandes jugadores globales en el mercado de tecnología para comunicaciones, sino también porque esta movida implicó “vencer” a Brasil, el clásico caso del vecino/competidor. Competencia que, claramente, se extiende más allá del fútbol.
Si bien las apps para smartphones están disponibles desde que éstos existen, no fue sino hasta la llegada del iPhone y su App Store que las mismas levantaron vuelo. Lo que antes requería acceder a sitios de apps (generalmente multiplataforma) para encontrarlas y tener alguna mínima destreza técnica para instalarlas se simplificó al extremo con una tienda de aplicaciones que era un ícono en la pantalla inicial del celular. Así, las apps se convirtieron en un concepto muy popular, con un 85% de los usuarios de datos móviles que por lo menos alguna vez descargaron una para su equipo. Esto surge del informe “
Habiéndose cumplido 4 años de la sanción de la Ley de Comunicación Audiovisual (conocida como Ley de Medios), se impone un balance. En este caso, no de la norma en su totalidad sino específicamente en lo que atañe a la infraestructura, en particular las redes cableadas. Y, tras un breve repaso, resulta evidente que la ley se convirtió en un freno al desarrollo de las redes fijas que son parte sustancial de la base de una sociedad moderna.