AutorEnrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Echando luz

Muy interesante y también esclarecedora resultó una entrevista al Secretario de Comunicaciones que publicó el diario Página/12 en su edición del viernes pasado. En la misma, que gira únicamente alrededor del negocio móvil, el funcionario realiza algunas definiciones y aclaraciones que permiten prever en parte cómo será el desarrollo de este sector de las telecomunicaciones. Toca temas que hacen al funcionamiento del servicio y de los cuales mucho se habló últimamente, como antenas, espectro e inversiones. Pero también devela, un poco solapadamente, cuál será el modelo operativo de Libre.ar y aborda un tema no poco urticante para los operadores como es la eventual declaración de la telefonía móvil como servicio público.
Por el lado de las antenas, no hay que esperar avances acelerados. Si bien reconoce el problema de jurisdicciones para la instalación de las mismas, la idea es que las empresas generen una propuesta de despliegue común por cada municipio que luego deberá ser consensuada con los intendentes. De este modo, la problemática de las antenas seguirá abordándose caso por caso. No hay que esperar entonces mejoras sustanciales en el corto plazo.
En cuanto a las inversiones de las empresas, critica la lenta migración desde las tecnologías 2G hacia las 3G. Y más allá de pedir que las inversiones sean una proporción mayor de la facturación de las empresas, las insta a compartir más la infraestructura de red como una forma de bajar costos. La idea es que la diferenciación en calidad pase por otro lado.
En materia de espectro, más particularmente aquél necesario para dar servicios de 4G, sigue siendo elusivo respecto de cuándo se hará su asignación. Al tiempo, insinúa que podría haber un modelo distinto para el otorgamiento del mismo. Aunque no especifica mucho más.
Llegado al punto de Libre.ar, haciendo equilibrio con las declaraciones anteriores realizadas por sus superiores, dice que “quizás el objetivo haya sido malinterpretado”. No obstante, acto seguido, hace una de las definiciones más importantes respecto del operador estatal al mencionar que su modelo de funcionamiento será el de utilizar las redes existentes. Esto está en línea con la falta de presupuesto adicional previsto para el 2014 [ver “Avance lento”]. Pero para poner en práctica este modelo, necesita que las redes actuales mejoren. De allí quizás el énfasis puesto en la pata inversiones de las tres que componen la solución a los problemas actuales (inversión, antenas y espectro). De esta forma, Libre.ar será una suerte de operador móvil virtual, con la diferencia que aportará su propio espectro. Este modelo no servirá para que la empresa fije precios testigos ya que gran parte de sus costos estarán fuera de su control. Sí podrá, no obstante, ser una plataforma que permita ofrecer servicios móviles sobre la red de Libre.ar a PyMEs, cooperativas y cableras. En este sentido incentivaría la competencia, aunque hasta cierto punto al no tener control total de los costos y por lo tanto, de las tarifas.
Finalmente, y quizás para tranquilidad de los actuales operadores, descarta el hecho de declarar a la telefonía móvil como servicio público. Se trata de un viejo reclamo de algunos sectores políticos así como ciertas asociaciones de consumidores, como si esto fuera garantía no ya de eficiencia sino mínimamente de eficacia. Lamentablemente queda demostrado en varios casos que no existe tal correlación. En cambio, el Secretario se inclina por las autorizaciones para los aumentos de tarifas, tal como se contempla en el proyecto de reglamento de usuarios de estos servicios.
En resumen, de la entrevista y otros actos queda en claro que la actual conducción de la Secretaría de Comunicaciones está rompiendo con años de inactividad regulatoria que dejó un mercado algo desprolijo y desequilibrado. No obstante, se puede (y se debe) reclamar por mayores avances. Se trata de un sector no sólo de mucho dinamismo sino también clave para el desarrollo económico y social de una sociedad moderna. Y el tiempo no espera. No hay que conformarse simplemente con ser mejor que lo anterior. Hay que acompañar el momento histórico actuando con el ritmo que éste exige.

Linkeando

  • La vuelta de los gigantes: Completo pantallazo de la situación del mercado europeo de las telecomunicaciones que sirve como contexto para encuadrar la operación entre Telefónica y Telecom Italia. [El País]
  • Más veloz que barato: Interesante infografía sobre cómo se fabrica un iPhone. Cuenta con un dato revelador. La diferencia de costo entre fabricar en China respecto de EE.UU. es mínima (2 a 3 dólares en el precio final). La clave está en la velocidad de producción del gigante asiático. [RCR Wireless]
  • O tempora, o mores!: La industria tecnológica se ha alejado de sus ideales utópicos y aspiraciones democráticas, para inclinarse más hacia búsquedas egoístas de poder y riqueza. Esta es la base de este artículo que, justo es decirlo, no está muy errado. [New York Times]

Twits selectos

Whatsapp, el nuevo SMS

Pasada la primera oleada de usuarios más tecnológicos y avanzados, la venta de smartphones (y también socialphones) encuentra un fuerte impulso en el uso de Whatsapp como sustituto de los SMS. En alguna medida, así como los SMS fueron los grandes impulsores de las ventas de celulares entre el 2004 y 2007, hoy Whatsapp es la aplicación a las que los operadores y fabricantes deben agradecer por la venta de paquetes de datos y de nuevos equipos respectivamente. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2013” recientemente realizado por Carrier y Asociados.
Entre quienes consumen datos, un 80% usa mensajería instantánea. Es la aplicación más utilizada junto con Facebook, con similar nivel de adopción desde el móvil. Sin sorpresas, su uso decrece mientras sube la edad. En cuanto a la aplicación de mensajería instantánea utilizada, Whatsapp lidera holgadamente, siendo utilizada por el 97% de los usuarios. Este valor es resultante no sólo de los efectos de red (cuanto más usuarios en una red, más atractiva se vuelve) sino también por el hecho de ser la aplicación más extendida en términos de plataformas. Whatsapp está disponible para Android, iOS, Blackberry (tanto en BB10 como en las versiones previas), Windows Phone, Symbian y hasta en socialphones que no utilizan ninguno de estos sistemas operativos. No obstante, de los porcentajes de utilización se deduce fácilmente que no son pocos aquellos que utilizan al menos dos aplicaciones distintas de mensajería instantánea.

Con tan alta participación, Whatsapp no presenta diferencias significativas en función de diversas variables de corte (como edad, sexo, nivel socioeconómico, etc.). Sin embargo, sí las hay para los demás. FB Chat tiene una mayor participación relativa entre los NSE más bajos y las mujeres. Gtalk entre los adultos de más de 35 años. Skype, en los NSE altos y medios y hombres. BBM, entre los adolescentes y mayores de 60 (extremos y por razones distintas), los NSE más altos y hombres.
Por supuesto que esta popularidad de los mensajeros instantáneos no llega sin daños colaterales. Un 71% de los usuarios de estos servicios afirma usar menos los SMS. En definitiva, no se trata de un cambio en el comportamiento del consumidor. Éste utiliza aplicaciones de mensajería instantánea porque amén de ser notablemente más barato, ofrece más funcionalidades. Pero en el fondo, siguen texteando, nada más que utilizando otra plataforma. El de los mensajes de texto será recordado como el negocio (lícito) más rentable de la historia. Pero como dice la teoría económica, cuando hay ganancias extraordinarias, hay incentivos para que nuevos actores ingresen a un mercado. Y esto es lo que ha sucedido, produciendo un cambio que ya es irreversible.

Avance lento

Con el envío para su aprobación en el Congreso del proyecto del Presupuesto Nacional para 2014 se desató toda una discusión, centrándose principalmente en si es realista o no. Más allá de esto (que no es menor pero que no forma parte de la temática aquí tratada), resulta interesante observar lo que atañe al rubro Comunicaciones y cuyo detalle puede ser visto desde aquí.
Bajo Comunicaciones se engloban las transferencias a Arsat, Télam, Radio y Televisión del Estado, AFSCA y la CNC. Y conviene recordar que Arsat tiene a su cargo el despliegue de las redes Argentina Conectada, TDA y Libre.ar. Por eso, hay dos datos que deberían causar preocupación. El monto total presupuestado para el rubro Comunicaciones es de $ 8.186 millones, equivalentes a US$ 1.421 millones a valores de hoy pero serían aún menos habida cuenta de que el presupuesto prevé una devaluación del peso. Para todo lo que hay por delante, no parece mucho. Por otra parte, este monto representa apenas un aumento del 7,7%, por debajo de la inflación estimada por el Gobierno de 10,4% y muy debajo de la estimada por los privados. En otras palabras, hay previsto menos dinero para el área.
Está claro que con un presupuesto que en términos reales será más bajo tanto en pesos como en dólares que el del 2013, difícilmente veamos el año próximo avances en el desarrollo de Libre.ar, si es que ésta decide ir con una red propia, ya sea construyéndola o adquiriéndola. Así los caminos serían una asociación con una o más redes existentes o que Arsat reciba partidas por fuera del presupuesto como consecuencia de una subestimación de los ingresos del Estado. Aunque en función del crecimiento de los gastos en comparación con los ingresos, esta última alternativa parece menos probable. O si se da, no alcanzaría para comenzar el despliegue de una red, más aún considerando que hay otros subrubros bajo el ítem Comunicaciones.
Tal como se plantean las cosas, y a juzgar por los nulos avances registrados en 2013, las alternativas parecen dos: asociarse con un privado que ponga el capital (en cash o en activos, léase red) o que la cosa siga como hasta ahora, sin avances. Se aceptan apuestas.

Linkeando

  • Destrucción creativa: Con su promesa de tablets a US$ 100 para fin de año, Intel ingresa en un terreno poco usual, el de los procesadores súper baratos. Un ámbito no habitual para la empresa pero del cuál no puede mantenerse al margen, a pesar de que en alguna medida esto afecte a su negocio principal, el de los procesadores para PC, esmerilado por las mismas tablets. No por inevitable no deja de ser una decisión difícil. [Quartz]
  • Sinceramiento: Toda salida a la bolsa implica transparentar información que es mantenida bajo cuatro llaves mientras la empresa es privada. En el caso de Twitter que anunció su próximo IPO, se espera con ansiedad conocer los verdaderos números de usuarios, tanto en activos como inactivos. Estos últimos parecen ser muchos. [Business Insider]
  • Adiós al password: Sin dudas que el sistema de identificación basado en nombre de usuario y contraseña no sólo es incómodo (sobre todo en la medida en que se multiplican las cuentas de los servicios que así lo exigen) sino también de una seguridad baja. Por suerte, se están produciendo muchos avances en la materia para mejorar esta situación. [WSJ]

Twits selectos

Visión ciega

Se dice que el primer requisito para el éxito en los negocios es tener una visión. Y que por supuesto, después hace falta la ejecución. En el caso de este video del 2000, Microsoft mostraba su visión de cómo evolucionaría la tecnología. Claro que por alguna razón, muchas de las cosas que allí se ven terminarían siendo ejecutadas por otras empresas.
Como comentario al margen, la estética del hardware (la PC tiene un look muy Compaq Presario) y del software es tan noventosa como la serie Seinfeld.

Tomando forma

Esta semana, la Secretaría de Comunicaciones dio un nuevo paso hacia la redacción del “Reglamento de los usuarios de servicios de comunicaciones móviles”. Lo hizo con la presentación de un proyecto que está abierto a la participación ciudadana para que pueda ser mejorado con los aportes de los interesados. El objetivo es establecer los derechos de los clientes de telefonía móvil así como incluir aspectos que no están contemplados en las normas vigentes.
En líneas generales el proyecto de reglamento incluye muchos aspectos que son indiscutibles. Va desde tópicos generales como la atención e información hacia los usuarios y los canales de reclamo a otros más específicos pero no menos bienvenidos como los mensajes no deseados o la vigencia de las recargas, entre otras cuestiones. Se trata de temas tan básicos que son una muestra de la desidia regulatoria vigente desde el 2002 en adelante, y que evidentemente la actual administración del sector está intentando subsanar.
Quizás haya un poco más de conflicto con el tema tarifas. Si bien la resolución que presenta el proyecto de reglamento afirma la libertad tarifaria, esta es relativa a partir del momento en que el mismo busca institucionalizar la aprobación previa o el establecimiento de restricciones por parte del Estado, “por razones de interés público debidamente justificadas”. No obstante, vendría a sincerar una situación de hecho. Recordemos que este año en dos ocasiones el gobierno presionó, con éxito, a las empresas prestadoras para que no efectuaran ajustes de sus tarifas. O sea que en la práctica no cambiaría demasiado.
No por demorada deja de ser bienvenida la llegada de un reglamento que es realmente necesario. Sin embargo, pareciera que el foco del gobierno en materia de telecomunicaciones móviles se centra exclusivamente en lo que hacen (o dejan de hacer) los operadores pero no en lo que toca al Estado en este aspecto. No se habla del aporte que éste debe realizar en dos temas que le son propios: manejo de espectro y reglamentación para la instalación de antenas.
En el tema espectro hay dos ejes a considerar. El primero tiene que ver con el uso del espectro actualmente asignado y donde el Estado detenta prácticamente ¼ de éste sin ponerlo en uso y, peor aún, sin dar señales concretas del avance para hacerlo. El segundo tiene que ver con la asignación de espectro para nuevas tecnologías móviles (léase LTE), cuyas frecuencias ya fueron identificadas pero aún no hay siquiera un cronograma ni metodología de asignación. Si Argentina ya tuviera en funcionamiento redes LTE (como sucede en la mayoría de los países de la región), no sólo podrían ofrecerse nuevos servicios sino que se podría paulatinamente descomprimir el espectro actual haciendo que los equipos más avanzados y de mayor consumo de datos operaran en LTE y no en 3G como sucede actualmente. Al mismo tiempo, exigiría importantes mejoras en la red, adoptando tecnologías más nuevas y eficientes al tiempo que obligaría a inversiones adicionales en la misma. Lamentablemente, en materia espectral, el Estado se comporta como el perro del hortelano: no come ni deja comer.
El otro punto es contar con un reglamento de alcance nacional para la instalación de antenas. Hoy, las mismas dependen no sólo de la regulación municipal, sino que según los casos puede ser necesaria la intervención de diversas áreas (salud, espacio público, etc.) lo que redunda en demoras para la aprobación de su instalación que llega a un promedio de 12 meses. Una norma de carácter nacional simplificaría y agilizaría este proceso, estableciendo estándares ambientales no sólo para su instalación sino también para particularidades de las mismas (exigiendo, por ejemplo, características que hagan a su mimetización con el paisaje urbano o rural).
Los problemas de las redes móviles son inocultables y los usuarios exigen y merecen que la situación mejore. Esto implica que el Estado se ocupe no sólo de lo que ocurre puertas afuera con las empresas prestadoras y su relación con los clientes sino también puertas adentro, ocupándose de lo que le toca en la configuración del entorno donde las empresas deben operar. Mientras no lo haga, los avances serán a una velocidad inferior a la que se podría. Y eso sería un verdadero desperdicio.

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