A fines del año pasado, cuando el gobierno nacional anunció que otorgaría el espectro devuelto por Movistar a la estatal Arsat y que ésta a su vez lo usaría para permitir que PYME y cooperativas de telecomunicaciones pudieran ofrecer servicios móviles, muchos se entusiasmaron. De hecho, estas empresas comenzaron a trabajar rápidamente en desarrollar planes de negocio para incorporar el nuevo servicio a su cartera de productos. Sin embargo, a casi 6 meses desde aquél anuncio, no hubo avances con el tema.
Será por esto quizás que esta semana, CATIP (Cámara Argentina de Comunicaciones Convergentes), organización que integran prestadores PyME, Cooperativas y Cable Operadores, salió a presionar elegantemente, distribuyendo una carta dirigida al Ministerio de Planificación en la que manifiestan estar “preparadas para dar inicio a la comercialización de los Servicios Móviles, que ArSat provea en forma mayorista, y distribuirlos entre los más de 2 millones de abonados con los que contamos en la actualidad y ubicados a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.”
Esta acción demuestra quizás cierto nerviosismo respecto de cómo eventualmente operará Arsat a través de su marca Libre.ar. Es que a fines del año pasado, algunos integrantes de esta cámara se imaginaban ofreciendo el servicio para esta altura del año, cosa que no sólo no sucedió sino que tampoco se avanzó en definiciones respecto del modelo a adoptar.
Desde afuera, algunos creen ver una interna dentro del Ministerio mencionado. Se habla de dos modelos en pugna. Uno es el que se barajó inicialmente, con Arsat/Libre.ar utilizando su espectro para operar una red móvil bajo un modelo MNVE (Mobile Network Virtual Enabler), sobre la cual las demás empresas que hoy no ofrecen el servicio podrían comenzar a hacerlo bajo sus respectivas marcas, como un MNVO (Mobile Network Virtual Operator). El otro modelo, y que habría surgido después, es el de Libre.ar como una cuarta marca/operador, que ofrecería ella misma los servicios, y donde los pequeños operadores (como los miembros de CATIP) serían revendedores, casi como un agente comercial. Está claro que este modelo no es el que los seduce a estos últimos.
Se trata de rumores, pero la falta de avance en las definiciones y el estado público de esta carta parecen confirmarlos.

Una queja bastante habitual entre los usuarios de celulares en Argentina (sea en vivo o a través de redes sociales o comentarios en artículos en la web), es el alto precio de los terminales a la hora de adquirirlos a los operadores. Aquí juegan dos factores, el costo en sí del equipo y el nivel de subsidio.
El 2012 fue un año que marcó un quiebre en la industria móvil local. Los teléfonos básicos perdieron terreno notablemente, dejaron de ser los dominadores en términos de volumen. Cedieron su lugar a los smartphones, que representaron el 41% de los equipos vendidos. Esto surge del informe “
Los problemas que aquejan desde hace un tiempo a los servicios de comunicaciones móviles (léase celulares) llegaron para quedarse. Al menos por un tiempito. Y ante la falta de definición en cuanto a cómo jugará el Estado, tanto como regulador como actor (a través de Arsat), el cielo dista de mostrar un resquicio por donde se filtre el sol.