El gran olvidado

Las últimas semanas fueron ricas en cuanto al debate de la radiodifusión, y más precisamente en relación al posible ingreso de empresas de telecomunicaciones (incumbentes, entrantes y cooperativas) al negocio de la TV.

 

Primero fue el encuentro de los cableros en Salta, donde, como era de esperar, los cañones apuntaron en contra de esta posibilidad. Aquí se pudieron ver dos niveles de conflicto. Por un lado los grandes operadores (Cablevisión-Multicanal, Telecentro, Supercanal) contra las telefónicas (Telecom, Telefónica y eventualmente otros, como Telmex), compitiendo principalmente en grandes centros urbanos. Por el otro, los cables pequeños y medianos del interior resistiendo la eventual competencia de las cooperativas de servicios públicos.

 

El contraataque ofensivo (como diría el Bambino) se dio esta semana en el congreso “La Revolución Móvil”, donde se congregaron distintas empresas de telecomunicaciones, convirtiéndose en una tribuna para que éstas reclamaran la posibilidad de ingresar al negocio de la TV, con el agregado de que ahora se sumaron las empresas de telefonía móvil.

 

Leyendo las crónicas periodísticas en ambos casos, hay una cosa que queda en claro. En la discusión pareciera haber un gran ausente: el usuario. Los argumentos utilizados en esta discusión giran más alrededor del negocio: quién es más fuerte, quién se siente discriminado, quién nació en competencia, quién tiene la tecnología, etc. Sin embargo, nadie presentó un argumento en términos de qué es lo más conveniente para el usuario.

 

Nuestra posición en este sentido es clara. Siempre estuvimos a favor de la competencia, ya que es la mejor forma de asegurar precio y calidad (como diría un vendedor de bondi). Pero que quede claro que competencia no es dejar que las cosas se resuelvan solas, porque aquí es donde las asimetrías inclinan perjudicialmente la balanza. La competencia debe ser regulada de forma tal de asegurar que todos los actores intervinientes tengan las mismas oportunidades, paguen lo mismo por el igual servicio (ej: interconexión), etc. En un escenario así, prevalecerán los más aptos, sin importar si es un cablero (grande, mediano o chico), una telefónica, una cooperativa o un operador celular. Y el beneficiado será el usuario. Sería bueno no perder el norte en esta discusión.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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