Pum para abajo

Caída en celularesEsta semana, un artículo publicado por el diario La Nación puso sobre el tapete el tema de la caída en la venta de terminales celulares en el mercado argentino. El tema es interesante, ya que no responde únicamente a la saturación del mercado sino también a otros factores que resulta interesante destacar.
El mercado de terminales tuvo su punto más alto en el 2006, año en el que las importaciones alcanzaron los 12,7 millones de unidades. En el 2007 se registró una caída del 12% que llevó a que el número se ubicara en 11,2 millones. Este año, si bien las importaciones hasta el mes de mayo muestran volúmenes similares a los del 2007, se espera una nueva caída, que podría llevar el número final a valores más cercanos a los 10 millones. Varios son los factores detrás de esta tendencia.
Es cierto que la saturación del mercado de líneas pone un freno a la importación de terminales, ya que éstos ingresan ahora mayormente para reemplazar equipos existentes más que para acompañar nuevas líneas, como venía sucediendo en años anteriores. No obstante, la base instalada asegura un piso de renovación, el cual puede estimarse en un tercio de las líneas en uso (no las en servicio). De esta forma, este piso se ubica entre 10 y 11 millones de equipos anualmente.
¿Por qué decimos que a pesar de que a mayo las importaciones acumuladas del año son similares a las del 2007 se registrará igualmente una baja durante el 2008? Porque desde fines del año pasado y durante el primer semestre de este año, hubo importaciones extraordinarias, destinadas al recambio inducido de los terminales que todavía funcionaban con tecnologías no GSM (CDMA, TDMA y AMPS), y que a septiembre del 2007 representaban unas 4 millones de líneas entre todos los operadores. O sea, hubo una demanda extraordinaria que no forma parte ni del crecimiento ni de la renovación natural.
Por otra parte, es imposible abstraerse de la situación macroeconómica, que presenta un cóctel de inflación, escasez energética, caída de exportaciones e ingreso de divisas, encarecimiento del crédito y desaceleración del crecimiento que difícilmente sean inocuos.
Hay, no obstante, algunos factores que podrían incidir para frenar esta caída. Uno sería un mayor énfasis de los operadores en el desarrollo de las redes 3G y sus servicios asociados, de forma tal de incentivar a los usuarios a renovar sus equipos para aprovechar las novedades. Aunque el tema por ahora viene en un allegro ma non troppo o en un moderato cantabile. El otro, y es el que apuestan los proveedores de equipos, es que el celular es para muchos una forma de darse una satisfacción (algo no menor en tiempos de dificultades), y como su precio es más bajo que el de otros bienes que podrían cumplir este objetivo, las ventas se mantendrán igual. Finalmente, el abaratamiento del dólar, tanto en términos absolutos (a 3,06 desde casi 3,20) como relativos (por efecto de la inflación), hacen que el costo de un equipo frente al de otros bienes sea cada vez más bajo.
Se trata entonces de una pulseada, con elementos que empujan para uno u otro lado. A nuestro criterio, terminarán imponiéndose las variables que propician para este año una nueva caída, cuya magnitud aún es incierta.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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