¿Un nuevo YouTube?

Un informe publicado esta semana por Crédit Suisse dio lugar a especulaciones respecto del futuro de YouTube. Nadie duda del impacto que este sitio tuvo en la forma de consumir contenidos en video así como de su extrema popularidad. Sin embargo, los números siguen sin acompañar, y no hay negocio que pueda funcionar a pérdida indefinidamente.
Según el informe, YouTube podría perder unos US$ 470 millones este año, a pesar de que sus ingresos, por US$ 240 millones, serían un 20% superiores a los del año pasado. El problema es que sus egresos serían de US$ 711 millones. De éstos, un 51% corresponderían a ancho de banda, a razón de US$ 1 millón diarios.
El problema de YouTube es que mayormente sus videos son generados por los usuarios, y éstos son difíciles de monetizar, ya que los anunciantes son reacios a asociar sus marcas con contenidos sobre los cuales no hay ningún tipo de control. Para agravar las cosas, los videos de usuarios crecen exponencialmente, mucho más que aquellos generados profesionalmente y por los cuales YouTube tiene distintos tipos de acuerdo de revenue sharing.
Esta situación lleva inexorablemente a algún tipo de cambio en el modelo de negocios de YouTube, ya que el actual sólo empeoraría la situación. Así, por un lado, cada vez más se le está dando relevancia al contenido profesional que sea publicitariamente atractivo, tal como lo demuestran ciertos acuerdos con grandes sellos cinematográficos, televisivos y hasta musicales. Es más, se especula en los EE.UU. que YouTube estaría preparando un rediseño del sitio de forma tal de privilegiar a éstos últimos en desmedro de los tradicionales videos de usuarios.
El problema es qué hacer con estos últimos, base de su éxito y crecimiento. Visto así, no parece probable que “cierren” el acceso a este tipo de videos. No obstante, no habría que descartar otras medidas, especialmente si pueden ser generadoras de ingresos, tales como cobrar por publicar contenido. Esto, aunque suene antipático, sería razonable desde el punto de vista económico.
Más allá de lo que se resuelva, parece que la era de publicar los videos vacacionales o aquellos donde un adolescente muestra cómo hace el pasito flogger o pelea con la espada del Jedi para disfrute de amigos y ajenos y todo sin poner un peso (o dólar) parece estar llegando a su fin, al menos bajo el modelo que conocimos hasta el momento. Lamentablemente, las leyes de la economía son inexorables. Que nos guste o no, es otro tema.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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