Celulares, con cielo despejado

En algunos aspectos, los celulares van camino a destronar a las PC como principal dispositivo de información y comunicación. De hecho, diversas proyecciones apuntan a que a mediados de esta década ya más gente usará Internet desde su celular que desde una PC. A pesar de esta similitud, hay algo en que los celulares parecen ir en la dirección opuesta. Mientras que en el mundo de las PC cada vez hay más aplicaciones en la nube (mail, mensajero, red social, aplicaciones de oficina, etc.) en los celulares la tendencia es hacia las aplicaciones residentes en el terminal. Y en este aspecto es donde las diferencias entre PC y celular son evidentes.
Las aplicaciones descargables para celulares no son nuevas. De hecho existían desde mucho antes de que Apple lanzara la exitosa Appstore. Sin embargo, a partir de ese momento la iniciativa fue copiada, con matices, por diversos actores del ecosistema móvil: fabricantes de equipos (RIM, Nokia), desarrolladores de sistemas operativos (Android, Windows) y operadores (el último fue Movistar, con su anuncio de una tienda latinoamericana multiplataforma).
Durante algún tiempo existió la discusión sobre si el uso de datos a través del celular debía darse vía navegador o vía aplicación. A favor de la primera opción juega el hecho de que desarrollando un único sitio para móviles no hay que considerar las diversas plataformas de software existentes. Se trata no obstante, de una ventaja relativa, ya que los celulares presentan diversas relaciones de tamaño de pantalla, por lo que no todas las páginas (aunque sean en versión mobile) se ven igual de bien. Y, a pesar de que algunos equipos permiten navegar por la Web tradicional (la que fuera concebida para PC), este formato no se adapta bien a un equipo que tiene una pantalla más chica y carece de mouse. Aún en el caso de la popularización de pantallas sensibles al tacto, sin dudas un mouse es más preciso que un dedo índice en una pantalla de 3 pulgadas.
Las aplicaciones, en cambio, tienen varias ventajas. Por un lado, consumen menos ancho de banda y son más rápidas. Es que al estar la interfaz en la aplicación y no en Internet, no hace falta redibujarla cada vez. Así, tienen mejores tiempos de respuesta. Por otra parte, en muchos casos pueden funcionar (aunque sea parcialmente) sin necesidad de conectarse a la red, algo que es positivo cuando no se dispone de un abono de datos ilimitados o cuando se está fuera del área de cobertura. Finalmente, al ser accedidas vía un ícono en pantalla, no hace falta memorizar una URL o tenerlas en los favoritos.
No obstante, no todas son rosas para las aplicaciones. Cada una de ellas debe ser desarrollada no sólo con un sistema operativo en mente (iPhone OS, Blackberry OS, Windows Phone, Android, etc.) sino que dentro de un mismo sistema operativo puede haber distintas versiones en función de las características del terminal (relación de tamaño de pantalla, tipo de interfaz, sea touch o QWERTY). Esto no sólo implica que muchas veces los desarrolladores deban elegir para qué plataforma desarrollar aplicaciones, sino que también requiere de mayores conocimientos por parte de los usuarios.
Por otra parte, las aplicaciones tienen la complejidad de que muchos usuarios no tienen claro de qué se trata ni que deben instalarlas (fenómeno que será más evidente en la medida en que los smartphones se popularicen y lleguen a segmentos menos techies). En este sentido no hay que olvidar que en la PC cada vez más los usuarios acceden a aplicaciones online (Gmail, Hotmail, Webmessenger, Facebook, Twitter, Flickr), por lo que no son pocos los que no están acostumbrados a lidiar con el proceso de instalación de éstas. Simplemente las acceden vía navegador.
A pesar de estas contras, no hay dudas de que las aplicaciones son fundamentales para el uso de los servicios en Internet vía celular. Un ejemplo claro es que tanto Facebook como Twitter tienen versiones móviles de sus sitios desde hace rato, sin embargo su uso desde celulares explotó a partir del lanzamiento de aplicaciones específicas para éstos. Algo que sin dudas debe ser tenido en cuenta por todos aquellos que quieran capitalizar la popularización de los smartphones.
Esto lleva a la conclusión que en realidad lo que está sucediendo con los celulares no es un retorno al modelo de aplicaciones de las PC. Se trata más bien de una síntesis. Es que si bien la tendencia es a tener las aplicaciones instaladas localmente en el terminal, la diferencia con la PC es que bajo este modelo los datos sí suelen estar en la nube.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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