Es sabido que en el mercado chino no son ni lerdos ni perezosos para “inspirarse” con los éxitos tecnológicos de las empresas occidentales. Tal el caso del iPed (o aPad según la documentación…), un clon del iPad pero que usa Android en vez del iPhone OS, procesador Atom y cuesta US$ 105 (cinco veces menos que el producto inspirador). Ya en los 70 y 80, los japoneses demostraron que la imitación puede ser un paso previo a la innovación. Y todo indica que lo mismo sucederá con los chinos.