Cuestión de peso

En telecomunicaciones, una de las formas generalmente utilizada para medir la participación de mercado es en base a la cantidad de clientes/accesos. Esto se aplica también en el caso de los operadores móviles, utilizándose la cantidad de líneas en servicio. El problema con esta unidad de medida es que incluye líneas prepagas, las cuales generalmente no son dadas de baja por el cliente, por lo que pueden generar distorsiones. A diferencia de otros servicios atados a un abono mensual, como la telefonía fija o el acceso a Internet de banda ancha, las líneas móviles prepagas no generan ningún gasto fijo, por lo que cuando estas dejan de ser utilizadas por sus propietarios no se les da de baja. Así, los operadores las siguen contabilizando, no habiendo un criterio unificado para determinar en qué momento se debe dar de baja una línea prepaga sin uso. El resultado es que se llega a cifras de líneas móviles en servicio que poco tienen que ver con la realidad de uso.
En el caso argentino tenemos que a fin de 2011 había 55,8 millones de líneas móviles en servicio para una población de 40 millones, según el censo 2010. O sea, que hay 1,4 líneas por habitante, incluyendo desde los bebés recién nacidos en adelante. Y las segundas líneas así como aquellas destinadas a la banda ancha móvil (vía módems celulares) o al M2M (que conectan máquinas entre sí) están lejos de ser suficientes como para justificar la diferencia. Visto así, resulta evidente que utilizar las cifras de líneas en servicio y no las en uso efectivo distorsiona los análisis que se puedan hacer.
Por estos motivos, medir la participación de mercado de los operadores en función de las líneas declaradas no resulta ser una forma precisa de comparación. En cambio, si se toma en cuenta la facturación de cada uno de éstos, obtendremos una participación en base a lo que realmente cuenta en cualquier negocio: el dinero.
En el contraste de líneas en servicio versus facturación, se puede observar que la participación de los operadores se altera. Así como Claro resulta el nº 1 en líneas, baja al 3º lugar en facturación. Personal pasa del 2º lugar en líneas al 1º en facturación. Movistar tiene más participación en facturación que en líneas, al igual que Nextel (aunque en este caso por tener un ARPU notablemente más alto que sus competidores). Estos datos surgen del informe “Mercado celular argentino – 2012” recientemente finalizado por Carrier y Asociados.

Esta diferencia puede tener varias explicaciones no excluyentes entre sí. La primera, que los operadores tienen distintos criterios para considerar a una línea como en desuso (y que por lo tanto no factura) y, consecuentemente, el momento en darla de baja. La segunda, que por diferencias de posicionamiento, los operadores tengan clientes con diferente intensidad de uso del servicio. Finalmente, también influye la diferencia en tarifas y promociones, que pueden hacer que a igualdad de uso existan importantes diferencias en la facturación.
Más allá de quien sale primero en la foto (cosa que impacta más en egos que en bolsillos), la contabilización de líneas sin uso también distorsiona otras variables, entre éstas, el ARPU (el ingreso promedio por línea). En base a la estimación de las líneas efectivamente en uso, el ARPU real es de aproximadamente un 50% más que el que resulta de los balances.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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