Sobre burbujas y móviles

Con la compra de Instagram por parte de Facebook en US$ mil millones, volvieron a sobrevolar los temores por la creación de una nueva burbuja en lo que hace a la valuación de startups tecnológicos. Si bien en este caso ese valor quizás sólo podría tenerlo para Facebook (para más información, ver “M-bubble?”], no deja de ser cierto que hay un creciente interés de inversores por una nueva generación de emprendimientos vinculados al mundo mobile.
La llegada de la era de la movilidad es sólo parte del desarrollo del mundo tecnológico de los últimos 30 años. En los inicios de la era PC, la estrella era IBM (hardware). Poco tiempo después, siempre en la era PC, fue desplazado por Microsoft (software). Luego, el desarrollo de Internet catapultó a Cisco (hardware) a la cima de las valuaciones bursátiles, pero al tiempo el rol estelar lo tuvo Google (software y servicios). Más tarde, ese rol pasó a manos de Facebook (software y servicios), casi simultáneamente se iniciaba la era mobile, con Apple catapultada al estrellato en una combinación de hardware, software y servicios, aunque monetizada a través de la venta de equipos (iPhone y iPad). Hoy, los pesos pesados de la Internet fija, Google y Facebook, se encuentran en pleno proceso de adaptarse al mundo móvil con distinta suerte. Google tuvo éxito con su sistema operativo Android, pero tamaño logro no alcanza aún una monetización acorde. Y Facebook, a pesar de tener más de 400 millones de usuarios que acceden vía celular, aún no consigue que esta masividad se transforme en dinero. Es entonces la necesidad de tener una sólida estrategia en el mundo móvil lo que está haciendo que distinto tipo de inversores pongan fichas en diversos emprendimientos vinculados a la movilidad.
Hay quienes piensan que la venta de Instagram significa el puntapié inicial para una sucesión de ventas de empresas que desarrollan apps a valuaciones astronómicas, de allí el temor de estar presenciando el inicio de una nueva burbuja tecnológica. En este sentido, hay diferencias sustanciales respecto de aquella que terminó estallando en el 2001. La primera y principal es que el mundo mobile no es hoy una promesa como sí lo era Internet en ese momento. En aquel entonces, Internet recién despegaba. Se estaba en plena migración de tecnologías dial up (útiles, pero muy limitadas) hacia opciones de banda ancha. Y los pocos usuarios que había (en términos relativos) todavía estaban descubriendo de qué se trataba todo eso. En otras palabras, el mercado estaba muy verde y las expectativas eran desproporcionadas. Distinto es el caso del mercado actual de celulares, que no sólo tiene una altísima penetración sino que se encuentra en un acelerado proceso de recambio hacia smartphones. Se trata, a diferencia de entonces, de un mercado técnicamente listo para adoptar innovaciones.
Por otra parte, también hay grandes diferencias por el lado de los costos en cuanto a los startups de Internet versus los de apps para smartphones. Mientras que aquellos tenían altísimos costos en desarrollo e infraestructura, los de apps son muchos más modestos. De hecho Instagram tiene sólo 13 empleados. Y también es habitual que apps de celulares sean desarrolladas por uno o dos jóvenes estudiantes en sus ratos libres. Al respecto, en una nota de la revista Inc, el capitalista de riesgo (VC) Mark Suster afirmó que hubo una caída de hasta el 90% en el costo de iniciar una compañía en la última década, gracias en parte a la adopción de programas de código abierto y a los servicios basados en la nube. Por supuesto, al ser más barato fondear un emprendimiento, también hay más de éstos que están recibiendo inversiones, lo cual sí puede traer aparejado un mayor descuido a la hora de evaluar dónde poner el dinero.
Volviendo entonces al punto inicial, la duda sobre si estamos en presencia de una nueva burbuja, la respuesta probablemente sea que sí. Aunque ésta tenga características diferentes. Pero ahora, como entonces, habrá varios que logren hacer grandes negocios (sino preguntar a los inversores de Instagram ahora o a los que fondearon Patagon años atrás, por sólo citar un ejemplo).

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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