Un lustro que cambió la industria

En el día de hoy se cumplen exactamente 5 años desde el lanzamiento comercial del iPhone, un smartphone que dio vuelta a la industria móvil desde diversas ópticas, echando por tierra muchas de las “verdades” existentes hasta ese momento.
Más allá de su novedoso y elegante diseño y de popularizar las interfaces táctiles (algo que no era nuevo), quizás el mayor aporte del iPhone fue lograr que los usuarios comenzaran a demandar smartphones masivamente. Así, estos dejaron de ser un dispositivo de uso típicamente profesional o de los más techies para convertirse en un producto de consumo masivo.
Este cambio en la demanda obligó a los operadores a cambiar su forma de relacionarse con fabricantes y clientes. Los usuarios comenzaron a demandar con fuerza un equipo específico y no aquello que les ofreciera el operador. La prueba está en que en los EE.UU. muchísimos cambiaron de operador a favor de AT&T por el simple hecho de que, originalmente, tenía la exclusividad del iPhone. Y, cosa inédita hasta ese momento, logró que AT&T aceptara un modelo de revenue sharing con Apple.
Los operadores comenzaron a hacer de todo por tener el iPhone porque les traía clientes. Esto se vio reflejado en los niveles de subsidio a los terminales, del orden de los US$ 400 por unidad. Algo realmente inédito, pero que a su vez marcaba la importancia de contar con estos equipos en su oferta. A pesar de esto, seguían ganando dinero. Probablemente no tanto como antaño, pero nadie quería quedar fuera del fenómeno. Debían mantener esos altos subsidios para atraer clientes, reducir churn y aumentar sus ingresos (ahora por datos).
Claro que la llegada del iPhone (y el despegue del mercado de smartphones con el aporte de Google/Android) no fue gratis para los operadores, más allá de los subsidios. El tráfico de datos creció exponencialmente, haciendo que los operadores debieran replantear como operaban sus redes. Palabras como off loading, femto celdas comenzaron a ser más recurrentes. Y tecnologías como HSPA+ gozaron de enorme popularidad mientras LTE todavía no despegaba.
Otro cambio sustancial fue el furor de las tiendas de aplicaciones. Si bien estas ya existían, no tenían ni por asomo la importancia de hoy. Además, eran controladas mayormente por los operadores (si bien existían algunas de terceros pero que apuntaban al segmento más techie). El iPhone cambió esto, estableciendo una relación directa con el usuario sin la intermediación del operador. Esto a su vez dio lugar al desarrollo de aplicaciones del tipo OTT, acercando a los operadores al tan temido modelo de dumb pipes, donde ofrecen la conexión y nada más.
Con la combinación de su plataforma, su tienda de aplicaciones (App Store) y su tienda de contenidos (iTunes), se puso de moda la palabra “ecosistema”.
Por supuesto que la competencia no podía salir indemne del fenómeno. Algunos no vieron la importancia de la amenaza en su momento, tardaron en reaccionar, y hoy luchan por volver, como es el caso de Nokia o RIM. Palm directamente sucumbió a pesar de su emblemático Treo. También le sucedió a Microsoft, que si bien tenía un sistema operativo móvil desde el 2003 (Windows Mobile), no fue sino hasta 2010 que ensayó una respuesta acorde con Windows Phone.  Así, Android fue ganando terreno entre los smartphones no-Apple.
Otro de los efectos, potenciado por la creciente popularidad de Android y de los smartphones en general, fue lo que se denominó la consumerization. Se trata del proceso por el cual las novedades en tecnología de la información surgen primero en el mercado masivo y luego se extienden al ámbito de los negocios, invirtiendo el orden tradicional de la difusión de la TI. Esto dio lugar al acrónimo BYOD (Bring Your Own Device o Trae Tu Propio Dispositivo) que resume un modelo cuya conveniencia para las empresas aún debe ser demostrada pero que es cada vez más frecuente en mercados desarrollados.
Lo notable de todo este fenómeno es que se produjo bajo un esquema que parece inspirado en el Ford T de un modelo único, con actualizaciones anuales que incluyen pequeñas mejoras incrementales. Con esto, Apple tiró abajo las teorías del mercado hipersegmentado. Como dirían los tres mosqueteros, todos para uno y uno para todos.
Para cerrar, la irrupción del iPhone terminó redondeando el retorno de Apple a los primeros planos. Retorno que ya se había iniciado con el iPod pero que con el iPhone primero y el iPad después la catapultó hacia ser la empresa de mayor valuación bursátil del mundo.
Todo en sólo 5 años. ¿Algo más?
[Aclaración: quien esto escribe no tuvo ni tiene un iPhone, ni es un Apple Fanboy]

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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