La tecnología cambia permanentemente y sus principales protagonistas también. En tiempos de mainframes, el rey era IBM. En la era de la PC, el dúo Microsoft/Intel. Nokia reinó cuando los celulares eran sólo teléfonos. Blackberry marcó el norte incorporando el mail a los teléfonos, con lo que inauguró una categoría: los smartphones. Apple llevó la web y las aplicaciones al celular, dando a su vez lugar a las tabletas, concretando el concepto de computación móvil y no ya portátil.
Este repaso evidencia no sólo el cambio constante de la industria de la alta tecnología, sino que, como resultante, cada nuevo período tiende a ser más corto y con protagonistas diferentes. Evidentemente, resulta difícil para un actor dominante ejecutar procesos de destrucción creativa, como proponía Schumpeter. Así, cada nueva era es llevada a su máxima expresión no por quien domina la anterior sino por quien tiene poco o nada que perder con el cambio.
Esto no implica que quien domine un período esté condenado a la desaparición, pero sí que son pocas las chances de repetir el nivel de protagonismo cuando los cambios se introducen en el mercado. IBM no pudo sobrevivir en el mundo de las PC y terminó transformándose en una empresa de servicios exitosa, pero sin marcar una época. Casos como el de Microsoft o Intel son más recientes, aunque evidencian las dificultades de mantenerse en la cima en mercados o categorías que no fueron generados por ellas. Microsoft lleva más de una década intentando impulsar la computación móvil (Windows CE se lanzó en 1996) y aún hoy debe conformarse con ser un actor de reparto. Intel hace años que viene pregonando la movilidad, pero recién el año pasado pudo lanzar comercialmente su tecnología para celulares.
Nokia y Blackberry, hoy están en pleno “operativo retorno”, aunque en escenarios distintos. Nokia muestra las garras, pero en una decisión estratégica controversial (asociarse con Microsoft para el software) perdió el control total de su destino. Ambas están atadas a la suerte de Windows Phone, por lo que la apuesta continúa. En el caso de Blackberry, su primera acción para retornar (el lanzamiento de su plataforma BB10 a fin de enero) es muy reciente, por lo que este año será clave. Por ahora no apunta a liderar como antaño, sino establecerse claramente como la tercera opción en un mercado dominado por Android/Google y Apple.
En cuanto a los dominantes actuales, Google y Apple, sus situaciones son distintas. Se podrá argumentar que Apple logró resurgir de las cenizas con su seguidilla de aciertos (iPod, iPhone y iPad). Pero Apple nunca fue el actor dominante en ninguna era hasta la llegada de éstos. Y hoy surgen quienes la ven un poco quedada, cuestionando si podrá seguir manteniendo su posición actual. El mundo tecnológico es despiadado.
Por ahora, sólo Google parece haber encontrado la fórmula para que la transición de una era a la otra no implique su decadencia. En su caso dominando la Internet fija con su buscador y marcando el rumbo en la móvil con Android. Todo un mérito por lo visto.
[Nota: Este artículo fue publicado originalmente en el suplemento iEco del diario Clarín en su edición del domingo 17 de febrero de 2013]