A pesar de que la falta de avances en materia de 4G es un síntoma del atraso que comienza a evidenciar Argentina en el rubro telecomunicaciones móviles, tampoco hay que pensar que su llegada descomprimiría automáticamente las ya recargadas redes actuales. El reemplazo generacional o dicho de otra forma, el tiempo en que una nueva generación (2G, 3G, 4G) logra ser dominante, lleva muchos años. Tal es el caso de la tecnología 3G, que recién en el 2012 alcanzó el 50% de las ventas de terminales móviles, estando aún lejos de ese nivel en cuanto a base instalada. Esto surge del informe “Mercado celular argentino” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Partiendo del lanzamiento del servicio en mayo de 2007, se necesitaron 6 años para alcanzar a este 50% de las ventas. Así, del total de los equipos en uso (teléfonos, módems, tablets) en el mercado local, alrededor del 1/3 son 3G.
Siendo que la tecnología 3G impacta únicamente en el uso de datos, su adopción se vio impulsada mayormente por la explosión de los smartphones de los últimos dos años. No obstante, los smartphones alcanzaron volúmenes superiores debido a que modelos populares, como el Blackberry 8520, así como toda una serie de equipos Android de gama baja, sólo disponen de conectividad 2G, la cual es funcional para usos basados en mensajería.
Con estos datos, es fácil comprender que es fundamental iniciar ya mismo el proceso de lanzamiento de 4G en Argentina. Si consideramos los tiempos de asignación de espectro, despliegue de redes y popularización de terminales, estamos a varios años de que sus beneficios sean una realidad cotidiana para muchos. Y mientras en Argentina deshojamos la margarita, indecisos por el modelo a adoptar en materia de telecomunicaciones móviles, nuestros vecinos ya disponen en su mayoría de redes 4G en servicio.