El fin de las consolas

El anuncio esta semana de la nueva consola de Microsoft, la Xbox One, marcó quizás como nunca que la capacidad de jugar en este tipo de equipos va claramente camino a ser una funcionalidad más, pero quizás no la principal. Su foco está claramente en el entretenimiento en un sentido más amplio, por lo que impacta a diversos actores, como fabricantes de Smart TV, proveedores de contenidos o de servicios de comunicaciones.
Estamos en plena temporada de renovación de consolas de videojuegos. Es normal, ya que las que actualmente dominan el mercado están viejitas. La Playstation 3 se lanzó en 2006 y si bien la 4 fue anunciada, aún no está disponible. La Nintendo Wii se lanzó también en 2006. Y aunque su sucesora, la Wii U salió al mercado a fines de 2012, su recepción fue decepcionante. Faltaba el anuncio de la heredera de la Xbox 360, lanzada en 2005. Esto en un marco complicado. En EE.UU., uno de los mercados más relevantes para las consolas, la caída en el último año (sumando consolas y sus correspondientes juegos) fue del orden de 1/5 en términos de ingresos. Visto así, no resulta tan raro que el eje del entretenimiento de las consolas se corra por fuera de los videojuegos.
En el anuncio, el foco estuvo puesto en el rol del equipo como un centro de entretenimientos que combina televisión, música, películas, web, redes sociales y comunicaciones telefónicas y de video vía Skype. Poco fue lo que se mostró de juegos específicamente. Y a estas funcionalidades se le sumó el factor asombro/futurista de una interfaz que combina comandos de voz y gestuales, así como integración con el celular.
Con todas estas características, Microsoft les pisa los callos a varios fuera de su industria original, en este caso la de las consolas de videojuegos. Hace que una Smart TV sea menos relevante, al incorporar capacidades similares aunque mejor resueltas en su nueva caja. Y también le moja la oreja a Apple con su muy anticipado pero nunca lanzado Apple TV. Así, plantea una disyuntiva: ¿es necesaria una Smart TV o alcanza con un set top box (STB) potenciado, como es la Xbox One? Considerando que la Xbox One es un STB computadora, la TV reduce su rol al de monitor. Y los monitores son casi commodities sin demasiado margen para la innovación o la diferenciación. En definitiva, la guerra no será entre las TV, sino entre los STB. Perdón, entre las consolas. Deberían pensar en cambiar de nombre.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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