En los últimos años, y en base a distintas tecnologías, se intentó llevar la TV a los celulares. Se probó con las redes celulares convencionales, pero éstas no fueron pensadas para este tipo de servicio. Casi en simultáneo se desarrolló una red móvil dedicada íntegramente al broadcasting, MediaFlo, que duró apenas 4 años hasta que la “desenchufaron”. Ahora se intenta con la TDT, pero nada hace pensar que la cosa será distinta. La razón está en que por su formato, características técnicas y de uso, el celular no es el ámbito indicado para consumir video lineal,aquél donde es el emisor quien decide qué y cuándo emitir, no el usuario, lo opuesto al consumo bajo demanda. Esto surge del informe “La TV en tiempos de Internet – 2013”, recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Independientemente de si se trata tanto de video lineal como bajo demanda, el uso del celular para consumir este tipo de contenidos sólo tiende a ser atractivo para los segmentos más jóvenes (nativos). Siempre al alcance de la mano, suelen hacer mayormente uso de esta posibilidad estando dentro del hogar y particularmente si se dispone de conexión WiFi. Su uso se circunscribe mayormente al consumo de contenidos cortos (videos tipo YouTube, clips) muchas veces vinculados desde redes sociales o plataformas de mensajería. Así el contenido se accede bajo demanda, vía streaming, dando lugar a un consumo espontáneo y puntual.
La TV lineal no se adapta al uso en movilidad. Y no sólo porque generalmente la duración de sus contenidos (típicamente de entre media y una hora) exceden lo aceptable desde este tipo de dispositivos. En movimiento no siempre se pueden manejar los tiempos. Si, por ejemplo, durante una emisión el usuario debe abordar un colectivo, la TV lineal no espera. Por otra parte, son pocos los contenidos que se desean consumir en vivo, como puede ser un evento deportivo. Y en estos casos, choca contra los límites físicos de la pantalla del dispositivo, poco apta para este tipo de material. A esto se suma que el video genera mucho consumo de batería, tanto por estar la pantalla funcionando a pleno como por el uso de las capacidades de transmisión (sea 3G, 4G, WiFi o TDT).
Con todos estos elementos en contra, surge entonces la pregunta de por qué se sigue insistiendo con llevar la TV a los celulares. La respuesta básicamente es porque se puede. Que es distinto a que se quiere. Algo brillantemente expresado en este video.