Lunes negro

No se trata de la primera “festividad” estadounidense que se importa a nuestras tierras. Ya pasó con Halloween y ahora, si bien no celebramos el Día de Acción de Gracias, el interés comercial no quiso dejá pasar el Cyber Monday, versión online del Black Friday, día de grandes ofertas en los comercios de aquél país. Claro que utilizar un nombre y un concepto no garantiza que las cosas estén bien hechas. Lamentablemente, la experiencia del Cyber Monday autóctono dejó mucho que desear. Y si bien muchos apuntaron sus críticas al aspecto comercial (precios no rebajados, faltantes de stock, etc.) lo más evidente fue el fracaso desde el punto de vista de la infraestructura tecnológica, la cual no estuvo ni cercanamente a la altura de las expectativas generadas por los mismos interesados.
El interés del Cyber Monday residía en que era una excelente oportunidad de hacer una gran promoción del online como canal en sí, más allá de la oferta puntual del día. Que la gente se interesara, usara los sitios, comprara y la experiencia fuera lo suficientemente satisfactoria como para que se repita naturalmente, sin que necesariamente medien grandes ofertas o descuentos. Y es aquí donde falló la experiencia, más allá de que para varios comercios la movida fue exitosa económicamente.
El problema, reconocido por los mismos sitios así como por la cámara que los agrupa, fue que hubo una subestimación notable de la demanda que se podía generar. El resultado fue que varios sitios pasaron muchas horas caídos, como si hubieran recibido un ataque de denegación de servicio (el temible DoS): servidores saturados que no podían atender los pedidos. Este problema fue generalizado, con algunas pocas excepciones. El resultado fue el opuesto al que debería haberse buscado, con una gran mayoría de los sitios arruinando su imagen (se ven inoperantes) y despertando suspicacias (del estilo, “te calientan la cabeza con cosas que no tienen y después te venden lo que ellos quieren, más caro”). Es cierto que es difícil atender picos de demanda como éstos con infraestructura propia (generalmente utilizada esgrimiendo el argumento de la seguridad…), un concepto que deberá ser revisado. Proveedores de servicios cloud, de parabienes.
Esta demanda inesperada resultó de la combinación de factores propios de la tecnología así como condiciones de entorno que, por lo visto, no se evaluaron adecuadamente.
Desde el punto de vista tecnológico, el último año ha sido explosivo, con crecimientos notables de ventas en smartphones (estimado en un 18% anual y superando al 50% de los celulares vendidos) y tablets (que con un fuerte impulso en el 2º semestre superaría el 100% de crecimiento) y PC que no se quedaron atrás, impulsadas por los planes educativos. Los dispositivos móviles no solo dominan hoy la escena, con ventas de smartphones y tablets que duplicarán a las de PC este año. También son relevantes porque introducen al usuario al concepto de tienda, vendiendo apps, música y libros. Aunque no hayan pagado por nada de esto y se hayan limitado a los productos gratuitos, sirve como primera experiencia de transacción electrónica (con búsqueda, evaluación y decisión y, a veces, también pago).
Desde una perspectiva macro, también era un momento propicio para impulsar el comercio electrónico local. Por un lado, la persistente brecha cambiara entre el dólar oficial y el paralelo incentivó a muchos a realizar compras en el exterior, siendo la vedette de los últimos tiempos el Mercado Libre chino, Alibaba Express y otros similares que ofrecen precios muy bajos en dólares que se potencian (sobre todo hasta esta semana) por la diferencia entre el dólar tarjeta y el paralelo. Gente que normalmente no compraba online se aventuró a hacerlo ante la posibilidad de un ahorro importante. También influye ese olor a fin de ciclo del dólar barato, lo que despierta la avidez para la compra de electrónicos, viajes y otras categorías de productos muy dependientes del valor de la divisa estadounidense. A esta predisposición a comprar online se le sumaron las promesas de importantes descuentos que potencian su valor en momentos de inflación elevada como el actual. En resumen, en Argentina el usuario se siente cada vez más cómodo en el uso de la tecnología y el contexto económico genera el interés propio de cuando se presentan grandes oportunidades o a éstas les queda poco tiempo de vida.
En definitiva, el Cyber Monday fue un reflejo del estado de la tecnología en el país: siguiendo lo que pasa en el mundo, pero en líneas generales un poco más berreta. Con una demanda que está por delante de la oferta.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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