Momento de definiciones

Esta semana hubo buenas noticias para NII Holdings, la empresa madre de Nextel Argentina. Luego de varios meses (desde septiembre 2014), la empresa emergió exitosa de su Chapter 11 (equivalente a una convocatoria de acreedores). El acuerdo implicó cambiar deuda con sus acreedores por acciones y efectivo.
Desde su ingreso en el Chapter 11, NII vendió las operaciones de Nextel en México a AT&T por US$ 1,9 millardos. Sigue operando en Brasil y Argentina, aunque es público y notorio que la operación local está en venta y recientemente ejecutivos de NII manifestaron que también venderían Brasil si la oferta es buena. Esta tendencia vendedora seguramente se profundizará ahora que entre sus accionistas hay inversores no interesados en ser operadores sino en recuperar su dinero.
El caso argentino es complejo. Nextel Argentina está en una incómoda situación desde el punto de vista tecnológico que obviamente genera repercusiones económicas. Al haber quedado fuera de la licitación de espectro el año pasado, su horizonte tecnológico está cada vez más cerca. Y esto, en un mercado que está hoy evolucionando hacia 4G, es sin dudas un pesado lastre. A tal punto que quienes siguen de cerca las distintas negociaciones por la venta local afirman que el precio pedido es prácticamente el equivalente al cash que la empresa dispone en el país y que no pudo girar a su necesitada casa matriz por las restricciones al giro de divisas.
Así, las alternativas para un comprador de Nextel Argentina se acotan. Una es seguir operando tal cual está, generando caja mientras esta sea positiva y luego, eventualmente, vender sus activos. De éstos, los más valiosos son sus sitios de antenas, que pueden ser de interés para cualquier operador móvil o, por qué no, para una empresa que se enfoque en proveer éstas a terceros como un servicio, algo muy de moda en los últimos tiempos. Otra alternativa es ir migrando lentamente hacia un operador virtual móvil (sin red) para tener una oferta moderna que ofrecer a sus clientes y poder ir migrándolos lentamente de su red Iden para liberarla y eventualmente reconvertirla en una red celular 4G. Finalmente, siempre está la opción de vender al famoso 4° operador, que en teoría debería ser Arlink. Sin embargo, hasta el momento Arlink no pagó por el espectro, por lo que su oferta podría caerse. De ocurrir esto, se abriría la puerta para que el espectro para el 4° operador sea puesto nuevamente en juego. Este sería el mejor escenario para los actuales accionistas de NII.
Lo concreto es que en la medida en que pasa el tiempo y las definiciones no llegan, la operación argentina muestra retrocesos en la cantidad de líneas así como en sus ingresos y la incertidumbre entre sus empleados es cada vez mayor. Las decisiones no deberían demorarse.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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