Como reguero de pólvora

Más allá de lo que sucede en el mercado argentino, la tecnología LTE que impulsa a la 4G ha tenido a nivel global una veloz aceptación. De hecho, es la generación que más rápido fue adoptada en la historia móvil, siendo muchos los factores que confluyeron para lograr este resultado.
Un punto de partida importante es que LTE es un estándar verdaderamente global. Hasta la 4G, el mundo móvil estaba dividido mayormente en GSM y CDMA mientras que hoy todas las redes 4G utilizan la misma base tecnológica de LTE, aunque con variantes. Esto asegura a LTE escalas notables, potenciadas aún más por el crecimiento del negocio móvil de los últimos años. Así, los costos se abarataron aceleradamente, generando un rápido descenso de precios de los terminales. El resultado es una oferta de smartphones que va desde la gama alta al nivel de entrada. Hay 4G para todos.
Otro factor no menor en esta rápida adopción fue la existencia de un caso de uso al momento de lanzarse 4G. Este no fue el caso cuando llegó la 3G. Esta última tecnología estuvo disponible cuando no había ni terminales ni apps ni sitios adaptados al uso de Internet desde el móvil. A tal punto que cuando se lanzó en Argentina el foco estaba puesto en las videollamadas, algo que claramente no prosperó. También cabe recordar que al momento del lanzamiento del primer iPhone, en 2007, éste sólo era 2G. Desde entonces, los usuarios se acostumbraron a los equipos touch, que pueden navegar, usar apps varias, consumir video y otros contenidos. Así, con 4G el usuario no se pregunta qué podrá hacer con esta tecnología sino que ya sabe cómo utilizar la mayor capacidad que proporciona y tiene con qué hacerlo.
En el caso particular de Argentina, se suma otro factor que impulsa esta rápida adopción y que son las exigencias de despliegue que emanan del pliego de la licitación por el espectro para 4G. Aquí conviene recordar que el despliegue de 3G se hizo a un ritmo establecido únicamente por los operadores. Esto fue así porque en Argentina, a diferencia de otros países que licitaron frecuencias específicas, 3G se montó sobre las mismas frecuencias que ya estaban siendo utilizadas para 2G. De esta forma, no hubo una exigencia regulatoria en relación al ritmo del despliegue de esta red. Con 4G en cambio, las metas son muy concretas. Algunos dirán que hasta fueron demasiado ambiciosas. Sin embargo, fueron aceptadas por todos los oferentes en la licitación. Hoy, Movistar y Personal aparecen desplegando agresivamente, mientras que Claro aún no lanzó oficialmente el servicio 4G si bien está disponible ya en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Rosario y prometen cumplir con un abultado cronograma de aquí a fin de año. A esto se suma el beneficio que implica para los operadores liberar capacidad en las todavía congestionadas redes 3G. Con redes en óptimo funcionamiento hay más uso, y con el mayor uso viene una mayor facturación.
Así, con una tecnología que baja sus costos rápidamente, cuyos beneficios pueden ser capitalizados desde el primer momento y con redes avanzando a buen ritmo en el despliegue, la adopción de 4G será muy probablemente más veloz que lo originalmente esperado.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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