Redefiniendo las series

A partir del momento en que las redes de banda ancha se desarrollaron y masificaron comenzó a darse una verdadera revolución en la forma de consumir contenido audiovisual, con el video a través de Internet amenazando seriamente a la TV tradicional. Sin dudas que el mayor impacto está en el acceso a demanda a los contenidos, lo que tiene repercusiones no sólo en el momento de verlos sino también en la forma de hacerlo, algo que tarde o temprano termina impactando en los formatos. Esto surge del informe “Internet y consumo audiovisual – 2015”, realizado por Carrier y Asociados.
El mayor impacto se ve sin dudas en las series. La posibilidad del acceso bajo demanda que ofrece Internet hizo que cada vez sea más común el consumo de éstas bajo el modelo de atracón (o binge en inglés), es decir, viendo más de un capítulo por sesión. Si bien esta modalidad se da en todos los grupos etarios, es más fuerte en los segmentos de adolescentes y pre adolescentes, lo que puede obedecer a que suelen tener más tiempo disponible.
La modalidad de consumo por atracón tiene como consecuencia que el esquema del capítulo semanal se encuentra perimido. Esto se da menos en series de mucha popularidad y moda (como Game of Thrones, Breaking Bad o Mad Men), que generan mucha viralidad en las redes sociales, tentando a varios a verlas en la TV tradicional y por entregas para no quedar fuera de la discusión. Sin embargo, se percibe una tendencia a esperar que la temporada esté concluida para poder consumirla al ritmo del televidente y no del programador. Esto se ve potenciado por la gran oferta de series, que permite elegir de entre varias cuyas temporadas ya están concluidas antes que embarcarse a ver una que todavía se está desarrollando.
Por otra parte, un cambio que también comienza a manifestarse es el de no respetar a los capítulos de una serie como unidad de consumo. Teniendo en cuenta que servicios como Netflix y otros permiten retomar un video donde se lo dejó, el formato se flexibiliza de hecho. Ya no siempre se espera hasta el final de un capítulo para terminar una sesión. En varios casos se avanza hasta el inicio del capítulo siguiente para no quedarse con la intriga del final del anterior. Así, el formato pasa a ser más flexible de hecho.
Otro aspecto que seguramente se verá impactado por el consumo online a demanda es el de la duración de los capítulos. Liberados de la programación característica de la TV lineal, capítulos de una duración de una o media hora ya no tienen tanta razón de ser.
Se vienen cambios apasionantes…

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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