Avance de fibra

Por lo que puede observarse de los últimos movimientos en el mercado, Argentina podría estar en los albores de una auténtica explosión de la fibra óptica que tanta falta le hace.
Algunos números: Si bien las cifras que publica el ENACOM al tercer trimestre de 2017 indican que había 193 mil accesos de fibra óptica en todo el país, sólo en el balance de Telefónica se declara la misma cantidad a esa fecha, dejando de lado entonces los accesos de Claro (en el Gran Buenos Aires, Mendoza y Salta), Iplan (con una agresiva oferta en CABA), DirecTV (en el Gran Buenos Aires, Córdoba y Godoy Cruz), Telecom (en área no especificada) y otros proveedores en distintos puntos del país. Evidentemente, las cifras oficiales están “desinfladas”.
Actualmente, los accesos de fibra óptica orillan los 400 mil abonados, registrando un importante avance en cobertura (hogares pasados) y adopción (abonados). Y más allá del crecimiento natural, el mismo se verá potenciado por una serie de medidas vinculadas a la compartición de infraestructura que no sólo abaratarán su despliegue sino también lo acelerarán.
Una es el decreto 1060/2017 de la Secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (SeTIC) que crea la figura de Operador Independiente de Infraestructura Pasiva. El mismo instruye a los distintos ministerios a que toda obra de infraestructura incluya el despliegue de ductos por los cuales se podrán pasar (o “soplar” en la jerga) cables de fibra óptica. Esto alcanza a las obras viales, tendidos eléctricos, de gas, etc. Asimismo, actualmente se está elaborando un pliego de licitación por parte de Ferrocarriles Argentinos para hacer tendidos de fibra óptica en sus trazas, tanto urbanas como de larga distancia. Otro caso es el de la Ciudad de Buenos Aires, la cual desde hace unos años viene desplegando ductos soterrados para luego alquilarlos a operadores que “soplen” fibra a través de éstos (si bien todavía no se han destacado en su comercialización).
Todas estas medidas de compartición de infraestructura reducen sensiblemente los costos de despliegue (se estima que la obra civil representa alrededor del 90% del costo del despliegue de fibra). De esta forma, se hace mucho más eficiente desde el punto de vista económico, al tiempo que se reducen los tiempos de puesta en marcha.
Combinando las necesidades de actualización de las redes fruto de la convergencia (especialmente los pares de cobre hoy utilizados para accesos ADSL) con las facilidades que se están poniendo a disposición para hacerlo, se está creando un escenario que debería potenciar notablemente la velocidad de crecimiento de los accesos de fibra. Se va a poner interesante.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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