Esta semana, la industria que produce celulares y TV de Tierra del Fuego volvió a la actividad, la cual había estado suspendida desde antes del ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio). De hecho, la cuarentena obligatoria arrancó el 15 de marzo en la isla debido a que la pandemia llegó antes por el impacto de los cruceros que hacían sus escalas allí. Para ellos se estableció un esquema de retome gradual de la actividad, que arrancó el 6 de mayo en Río Grande y lo hará el 13 de mayo en Ushuaia.
Este retomar de la producción se hará con la aplicación de nuevas medidas de seguridad, así como protocolos sanitarios. Por lo tanto, será un caso interesante de observar para el resto de las actividades industriales en todo el país que, tarde o temprano, deberán también volver a la actividad en el marco de una nueva normalidad.
La actividad en la isla venía muy golpeada ya por la recesión que afecta a la economía desde hace un par de años, cosa que se vio reflejada en la caída de la producción de celulares [Ver “Derrumbe celular”], por lo que estos dos meses de persianas bajas sólo agravaron la situación. Esto además impactó en la falta de stock de los productos provenientes de la isla. Pero ya antes, durante febrero, el abastecimiento de kits de componentes se había visto alcanzado por la cuarentena en China, ya que muchos de ellos provienen de Wuhan.
Claro que ahora la pregunta es cuál será el efecto de las nuevas medidas y protocolos en los costos y la productividad. En este sentido, las estimaciones iniciales indican que, en términos de tiempos, éstos subirían alrededor de un 30%. De todos modos, no se prevé que el impacto sea significativo, ya la incidencia es baja en el costo total de los bienes producidos.
Estos mayores costos serían compensados, al menos en teoría, con la mejora en los costos del flete internacional. En el caso de los electrónicos, el mismo es vía aérea, el cual se vio impactado positivamente por la caída del precio del petróleo y éste tiene mucha incidencia en el costo final. Adicionalmente, se menciona una mejora en los costos de los kits de componentes, afectados por una menor demanda internacional.
De todos modos, y luego de dos meses de parate, no se espera que haya una recuperación total de stocks hasta el mes de julio. Habrá que ver durante este tiempo qué pesa más, si la tendencia a la suba de precios por falta de oferta o la disminución de una demanda que ya venía golpeada y a la cual la caída de actividad como consecuencia de la pandemia no ayudó mucho. En breve lo sabremos.