Los acontecimientos de los últimos tiempos no jugaron a favor de la imagen de China, lo que podría ser la causa del endurecimiento de varios países y operadores hacia la utilización de equipamiento de red provisto por Huawei. Una empresa que esta semana recibió varias noticias negativas provenientes de un algunos de los principales mercados a nivel global.
Más allá de la guerra comercial declarada por los EE.UU., los últimos meses no vieron a China en el medio de varios conflictos que afectaron su imagen. Todo arrancó con los esfuerzos del régimen por minimizar lo que luego se convertiría en una pandemia. Se agravó con los múltiples envíos de material médico que en algunos casos resultaron de dudosa calidad. Y se ensombrece aún más con las recientes presiones de Beijing sobre Hong Kong. En paralelo, muchos países se fueron dando cuenta de la increíble dependencia que tenían con la gran potencia mundial en términos de suministros, no sólo de productos médicos sino en general.
Este escenario, combinado con la presión pública que el gobierno de los EE.UU. realiza sobre sus principales aliados para que desistan de seguir instalando su tecnología de redes (especialmente para 5G), parece haber colocado a Huawei en el centro de una seguidilla de malas noticias.
La primera, aunque no tan directa como las que vendrían después, tuvo que ver con la GSMA (organización que agrupa a todos los operadores móviles del mundo) uniéndose a la Open RAN Alliance, que, como se mencionó la semana pasada [ver “Crisis y oportunidad”] impulsa la utilización de estándares abiertos para la tecnología de radio de las redes móviles, una movida que afecta a Huawei, quien ni siquiera es parte de la alianza. Esta decisión puede ser vista como un claro mensaje de los operadores a los proveedores de tecnología. El mismo sería “no estamos dispuestos a seguir ‘casados’ con ningún vendor”.
Luego vino el cambio de postura del Reino Unido que, si bien originalmente había “tolerado” una participación minoritaria de equipamiento de Huawei en sus redes, fue cambiando su opinión por resistencia de legisladores del partido gobernante (más la presión estadounidense). Así, esta decisión original no sólo será revisada, sino que ahora el RU impulsa la creación de una suerte de G7 extendido que será una “Alianza 5G” para liberarse de la tecnología de Huawei.
La acción se trasladó a Alemania, donde Telefónica Deutschland eligió a Ericsson como proveedor del core de su 5G, dejando en claro que, por razones de seguridad, querían depender de un proveedor europeo para esta porción clave de cualquier red. Telefónica se muestra cada vez más propensa a un ambiente multivendor y dejar de lado gradualmente su dependencia en Huawei.
Unos días después fue Canadá quien dio la nota cuando dos de sus principales operadores, Bell y Telus, anunciaron que dejarán de usar equipamiento Huawei en sus redes de 5G para pasar a Ericsson y Nokia. Este uno-dos de los operadores móviles canadienses se dio mientras la justicia de aquel país dio un paso más en la extradición de la CFO e hija del fundador de Huawei a los EE.UU. acusada de haber ocultado ventas de tecnología a Irán.
Para cerrar una semana negra, Gartner publicó las cifras del mercado de smartphones para el Q1 a nivel global, mostrando una caída general del 20% pero en el que Huawei se llevó la peor parte, con un descenso del 27% que lo ubica como quien más cayó entre los 5 principales fabricantes.
Cuando todavía el mundo no termina de salir de la pandemia, una China bajo la lupa por parte de algunas de las principales potencias económicas complica aún más el panorama de Huawei. Ésta, a pesar de las presiones políticas, se las arregló para seguir ganando contratos con operadores y vendiendo sus smartphones. Pero el viento de proa es cada vez más fuerte.