Si bien las videollamadas a través de aplicaciones como Zoom, Skype, Whatsapp no son nuevas, no hay dudas de que tuvieron un fuerte impulso durante los más de 90 días que ya lleva el ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio). En esto no sólo influyó el uso para fines laborales, reemplazando las reuniones, o educativos, para permitir el dictado remoto de clases. También las videollamadas están jugando un rol importante en materia de socialización, como una forma de compensar las reuniones de amigos y familiares cuya postergación aún no tiene fecha cierta.
En un relevamiento realizado (pero aún no publicado) por Carrier y Asociados entre usuarios de Internet en Argentina, un 75% realizó videollamadas durante la cuarentena. La adopción de éstas fue pareja por grupos generacionales, a excepción de los boomers (nacidos antes de 1964), menos propensos. Visto por género, las mujeres se muestran más participativas que los hombres, con 13 puntos más. Por otra parte, existen una menor propensión a hacerlo en la medida en que desciende el nivel socioeconómico así también como cuanto más chica es la localidad en que vive el usuario.
En cuanto a las plataformas, Whatsapp nuevamente exhibió su altísima popularidad, siendo la elegida por el 93% de los casos. Pero claramente no fue la única, ya que Zoom mostró un 63% de utilización, así como Skype, que lo hizo para el 46%. Esto evidencia, además, que es muy común haber utilizado distintas plataformas en función de círculos sociales, así como de capacidades técnicas, como los límites de participantes en cada llamada.
Mientras Whatsapp expone una utilización muy similar entre los distintos niveles socioeconómicos, Zoom muestra una clara tendencia hacia un mayor uso en la medida en que el NSE sube. Lo mismo ocurre, aunque en mucha menor medida, con Skype. Visto por género, es mayor la proporción de usuarias mujeres de Zoom, a la inversa de lo que sucede con Skype. Asimismo, el uso de estas dos últimas crece en la medida en que la localidad es más grande en términos poblacionales.
Es de esperar que el uso de las videollamadas comience a bajar como consecuencia del retorno de la socialización cara y cara y no ya mediadas por la tecnología, tal como obliga el contexto actual. Ojalá que sea en breve.