Las criptomonedas tienen una particularidad: dejan a pocos indiferentes. Están los convencidos no sólo de que son el futuro, sino también el presente. Y que más allá de distintas coyunturas, como la actual que, siendo honestos, impactó a todo tipo de activos financieros, siguen con la fe intacta. También están los detractores, que lo ven como una moda sin mucho sustento. No obstante, a pesar de esta “grieta”, las mismas gozan de una buena popularidad en Argentina. Tal es así que, según un estudio realizado por Chainalysis, es el 10º país a nivel mundial en materia de adopción de éstas.
En el caso argentino, el atractivo de las criptomonedas se ve apuntalado por ser un país con una clara tendencia a la sobrerregulación, sumada a las restricciones impuestas a las transacciones e inversiones en divisas. A esto se agrega una falta clara de alternativas de inversión, especialmente en el caso de pequeños ahorristas. En este contexto, no resulta llamativo que un 35% de los usuarios de Internet mayores de 16 años en Argentina dispongan de criptomonedas, lo que surge del informe “Dinero digital – 2022”, realizado por Carrier y Asociados.
Desde la perspectiva generacional, entre quienes poseen criptomonedas un 44% son millennials, mientras que un 30% pertenecen a la generación X. No se quedan atrás los centennials, que alcanzan a un 23%. Estos niveles de penetración caen notablemente en el segmento de boomers, que representa apenas el 2% de los tenedores.
Por el lado de la variable socioeconómica, se puede apreciar un alto nivel de democratización en cuanto a la tenencia de criptomonedas. Si bien la mayor penetración se da en segmentos altos (ABC1), donde llega al 40%, resulta destacable su adopción en niveles bajos (D), del orden del 30%.
Si bien son múltiples las variantes disponibles, claramente la más popular es el Bitcoin, en manos del 76% de quienes poseen criptomonedas. Le sigue Ethereum, con un 37% o prácticamente la mitad que Bitcoin. Por su parte, un 26% afirmó tener otras variantes. Se obtiene un total que supera al 100% debido a que alrededor de 1 de cada 4 posee más de una variante.
En materia de criptomonedas, al igual que sucede con muchos otros bienes y servicios tecnológicos, la variable más determinante en su consumo es la etaria o generacional. En el caso argentino, el factor etario se ve reforzado por varias generaciones que no vivieron en su vida adulta un proceso de alta inflación como el que atraviesa Argentina actualmente. Una situación que podría impulsarlas a seguir confiando en las criptomonedas como un refugio de valor a mediano y largo plazo. Se podría decir que, aunque las criptomonedas han perdido recientemente parte de su atractivo, quizás estén haciendo una pausa para retomar fuerzas.