En el marco de una tendencia general de la industria hacia la optimización de inversiones, esta semana Movistar y Metrotel anunciaron un acuerdo de compartición de infraestructura por el cual la primera ofrecerá servicios de banda ancha, TV y telefonía sobre la red de fibra óptica de la segunda en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Este anuncio en particular se encuadra dentro de las estrategias de cada una de las empresas. Metrotel, que nació como una empresa de conectividad corporativa, decidió en los últimos años extender la pisada de sus redes de fibra óptica para ponerla a disposición a nivel mayorista a otros operadores que quisieran dar servicios de banda ancha sin tener que hacer la inversión de recursos y de tiempo que este tipo de despliegues demanda. Tal es así que hoy es el producto estrella de la compañía, que ya cuenta con más de una decena de clientes, como es el caso de DirecTV en la zona norte del Gran Buenos Aires, y ahora suma un peso pesado como es Movistar.
Por el lado de Movistar, el acuerdo se enmarca en su agresivo plan de migración hacia una red que sea 100% fibra óptica, tanto propia como, en este caso, ajena. De hecho, con 3,2 M de hogares pasados con su red de fibra óptica propia a nivel nacional, hoy Movistar cuenta con unos 900 mil clientes de fibra versus unos 700 mil que todavía utilizan el cobre del ADSL.
Si bien el objetivo de Movistar será ofrecer sus productos de banda ancha, TV y telefonía sobre la red de Metrotel para alcanzar a 400 mil hogares pasados en CABA, la oferta irá avanzando por etapas, con un mayor énfasis inicial en hacerlo en la zona cubierta por su red de cobre y poder así ofrecer una migración a su base instalada.
El acuerdo es muy importante para Movistar, ya que le permitirá mejorar notablemente su oferta en CABA, mercado en el cual está actualmente en inferioridad de condiciones técnicas para competir con Personal y Telecentro (con redes mayormente de coaxil) e Iplan (con fibra óptica) por sólo disponer mayormente de accesos con tecnología ADSL que ya está dando las hurras. Así, podrá aumentar su oferta de combos que incluyan IPTV y telefonía IP, pero también en conjunto con sus servicios móviles.
Visto en el contexto global de la industria, las asociaciones para compartir infraestructura son cada vez más habituales ya que es la forma de optimizar costos de despliegue que se amortizan entre varios prestadores. Se trata de competir por servicio más que por infraestructura. Al compartir las infraestructuras se reduce la inversión sin afectar la necesaria evolución tecnológica. Adicionalmente, se convierte la inversión en un gasto, donde más allá de los factores financieros, también implica un tratamiento contable e impositivo diferente. Esta es la razón detrás del gran crecimiento de las torreras primero (para servicios móviles) y de las fibreras ahora (para servicios fijos). Estas colaboraciones no sólo reducen los costos fijos sino que permiten lograr mejores economías de escala. Por otra parte, también habilitan el ingreso de nuevos operadores, ya no limitados a tener acceso a importantes fuentes de financiamiento, aumentando la competencia. Seguramente, este tipo de acuerdos se irán multiplicando con el correr del tiempo que, por las características mencionadas, serán bienvenidos.