“Te creo y mentimos juntos” es una expresión que se puede utilizar cuando alguien nos dice algo que, ambas partes, saben que no es real. La misma puede aplicarse a lo que ocurre con las autorizaciones de aumentos de los servicios TIC que, cada tanto, el Enacom publica. Porque, en definitiva, resoluciones como la 557/23 del 9 de mayo pasado, son a los efectos prácticos testimoniales, habida cuenta de la gran cantidad de ISP alcanzados por alguna de las medidas cautelares emitidas contra el DNU 690, de agosto de 2020 (en la etapa inicial de la pandemia).
La resolución estableció aumentos “cross”, para todos los servicios TIC (acceso a Internet, telefonía móvil, telefonía fija y TV paga) del 4,5% mensual, desde mayo hasta diciembre del presente año. Atrás quedaron, a principios del 2021, los aumentos segmentados por tipo de servicio, cantidad de clientes o características técnicas. Desde entonces, se acabaron las evaluaciones de costos de cada segmento para pasar a aumentos uniformes para todo el sector, independientemente de sus características. Aparentemente, todos tienen los mismos costos y las mismas realidades. También otorgó aumentos sucesivos mensuales durante el mismo período para los precios del segundo de voz, del SMS y del MB diario de los servicios móviles.
Si bien todo esto no es más que letra muerta por efecto de las cautelares, repasar lo que fue la política de precios emergente del DNU da una pauta de lo errada que hubiera sido la norma de haber sido efectiva.
Se dio desde el inicio lo que toda la industria temía. Los aumentos anunciados siempre estuvieron marcadamente por debajo de la inflación, evidenciando el objetivo de forzar a una baja artificial de los precios, sin considerar el impacto de este tipo de políticas. Este desfasaje hubiera atentado contra la infraestructura instalada, como ya pasó anteriormente con otras, como la de gas y electricidad, sometidas a congelamientos de precios por años. No fue tan así con la telefonía fija, ya que las empresas disponían de otros servicios con precios no regulados, como la banda ancha, la TV paga y, en algunos casos, la móvil, que permitieron compensar la caída en los ingresos de la fija.
La acumulación de atrasos a lo largo de los más de dos años y medios desde la publicación del DNU 690 hizo que la brecha se volviera delirante. Visto en números, desde que se publicó el DNU 690, en agosto del 2020, la inflación fue del 320,57%. Y durante todo este tiempo, los aumentos autorizados hasta abril fueron de entre 117,9% y 145,5% (para los más favorecidos).
La existencia de cautelares no significó que los operadores actualizaran sus precios alegremente. La realidad por sí sola hizo que no fuera necesaria ninguna regulación para bajar los precios. Estos lo hicieron por una combinación de competencia (el despliegue de fibra trajo nuevos jugadores y revitalizó a otros) y de bolsillos flacos. Alcanza con ver las cifras publicadas por el Enacom o los datos que surgen de los balances de los tres principales operadores del país para comprobar que el sector facturó menos (en valores constantes). También las estadísticas del INDEC dan cuenta de aumentos de precios por debajo de la inflación. La baja de precios (siempre en términos constantes) también se comprueba en los relevamientos anuales realizados por Carrier y Asociados, donde el precio promedio de un acceso a Internet cayó un 22% entre septiembre del 2020 e igual mes del 2022. Como se puede apreciar, la mano invisible hizo lo suyo…
Lo llamativo (o no tanto) de esta situación es que termina siendo desfavorable al gobierno por dos flancos. Por un lado, queriendo imponer una política que a todas luces hubiera sido perjudicial para el sector de haberse aplicado. Por el otro, los aumentos autorizados, aunque ficticios en la práctica, se convierten en títulos de los medios que dejan “pegado” al gobierno a malas noticias. Agravado porque se producen en un contexto de alta inflación donde los precios suben por el ascensor y los ingresos por la escalera, como bien graficó el fundador del movimiento actualmente en el poder en los años 70. Medio siglo atrás.