Argentina ocupa el puesto n° 8 del mundo en extensión geográfica, aunque su densidad poblacional la coloca en el n° 214 a nivel global. Así, llevar el acceso a Internet en condiciones similares para toda la población es un desafío mayúsculo. Adicionalmente, la infraestructura se encuentra en un proceso de recambio del cobre por la fibra sumado a la necesidad de llevar conectividad de calidad fuera de los centros urbanos como consecuencia del mayor nivel de digitalización de la vida cotidiana resultante de la pandemia. Esto se da en un contexto macroeconómico complejo, con alta inflación, dificultades de acceso a divisas y excesos regulatorios. Así y todo, la industria puede mostrar datos que hablan a las claras de una evolución todavía positiva en su oferta de infraestructura, aunque se ve cada vez más impactada por el entorno macroeconómico y sectorial. Esto surge del informe “Oferta de acceso fijo a Internet en Argentina – 2023”, recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Como viene sucediendo desde que se permitió que las empresas de telecomunicaciones ofrezcan servicios de TV (que exigió redes de mayor capacidad) en combinación con un abaratamiento fruto de una mayor madurez, el crecimiento en la cantidad de ISP que cuentan con productos de fibra óptica tuvo su principal impacto en la caída de la oferta de ADSL e inalámbricos, dos tecnologías que por su capacidad no pueden competir en la actualidad.
Al analizar las tecnologías utilizadas en función del tipo de operador se observa que la fibra óptica está presente en la oferta de todos los grandes operadores, así como en gran parte de las cooperativas. Se trata de operadores que, mayormente, están migrando del cobre a la fibra, siendo quienes principalmente ofrecen (u ofrecían) ADSL sobre las líneas telefónicas. Otros, tal el caso de Claro, están desplegando fibra en lo que se conoce como “green field” o construcción de una infraestructura de red desde cero. Por su parte, si bien las PyME han hecho grandes avances en la oferta de fibra, siguen siendo las principales oferentes de accesos inalámbricos.
El crecimiento de la fibra óptica es de destacar, no porque resultase inesperado, ya que es claramente la tecnología del presente y del futuro en cuanto a conectividad terrestre por capacidad y vida útil. Sin embargo, considerando el escenario adverso para las inversiones necesarias (alta inflación y limitaciones de acceder a divisas para importar equipamiento), los avances son destacables y muestran, a su vez, la imperiosa necesidad que tiene la industria de migrar el cobre a la fibra. De todos modos, este crecimiento de la oferta de fibra óptica muestra también signos de desaceleración.
Adicionalmente, se observa una caída del 4% en la cantidad de ISP PyME operando en las distintas regiones del país. Las mayores caídas fueron en las de Cuyo y Centro. En esto influye una mayor competencia, principalmente con la llegada de la fibra óptica que desplazó a ISP inalámbricos. Para éstos las opciones fueron ir corriendo su cobertura hacia áreas periféricas, fuera del alcance de las redes cableadas, o cerrar sus operaciones. Lógicamente que también impactaron las dificultades de acceso a divisas para la adquisición de CPE (equipamiento en casa del cliente), que obligó a varios a no poder ofrecer sus productos o a hacerlo, pero con costos de instalación en dólares al valor blue.
Pensando en el 2024, seguramente el avance de la oferta de fibra continúe, aunque quizás mantenga el ritmo desacelerado. En el caso del cablemódem, teniendo en cuenta su importante capilaridad y su capacidad, mantendrá su participación, aunque compitiendo cada vez cara a cara con la fibra. Por su parte, el ADSL seguirá existiendo en la medida en que no compita con la fibra o el cablemódem. Si no, no tiene chances. En cuanto a los inalámbricos, cada vez más complemento de las redes cableadas, probablemente la situación siga siendo compleja. Sea porque no habrá divisas suficientes para la importación de equipamiento, sea porque las haya a un precio muy por encima de los valores actuales, impactando principalmente en el costo de instalación.