Finalmente, el gobierno definió la nueva composición del directorio de Arsat, la empresa estatal de telecomunicaciones. Un directorio con un perfil más técnico, aunque no exento totalmente de antecedentes en la administración pública ni de nexos políticos.
El nuevo presidente es Mariano Greco, quien venía desempeñándose como CTO de la empresa, a cargo de las áreas de DataCenter, Nube Pública, Cyberseguridad y Desarrollo. Anteriormente, tuvo a su cargo el proyecto de conectar escuelas de la propia Arsat. En los últimos 20 años estuvo involucrado en diversos proyectos tecnológicos del Estado, tanto durante la gestión del FPV como de Cambiemos. A pesar de su perfil técnico (aunque, dato de color, es licenciado en psicología), es considerado una persona con habilidades políticas y de buena relación con los gremios (que dicho sea de paso, con las designaciones, quedaron fuera del directorio). Lo acompañan en el directorio Soledad Gonnet, Karina Dipp, Germán Vigne y Gonzalo Pascual.
Documentalista de formación, Gonnet es la única sobreviviente de la gestión anterior, habiendo asumido como Directora de Arsat en febrero del 2022. Se le atribuye una impronta estatista, habiendo sido promotora en ARSAT de la idea (no concretada) de brindar servicios minoristas. Previamente fue vicepresidenta del INVAP y también tuvo diversos cargos públicos vinculados a la tecnología en la provincia de Rio Negro y a nivel nacional, aunque siempre bajo gobiernos peronistas. Se trata entonces de su primer puesto estatal en un gobierno de signo distinto.
Dipp es contadora pública y sus antecedentes laborales están vinculados con la gestión, mayormente en el sector privado aunque con un paso por el ANSES y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. No registra antecedentes laborales en áreas tecnológicas sino de gestión y comerciales.
Ingeniero en sistemas, Vigne tiene un perfil tecnológico, siendo su más reciente ocupación la de jefe de sistemas del Banco Nación. Previamente se desempeñó en áreas de sistemas en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y antes en la Secretaría Legal y Técnica, en ambos casos bajo la gestión de Cambiemos. Anteriormente desarrolló su carrera profesional en la actividad privada.
Pascual (sin perfil en Linkedin) es abogado y procurador. Alterna antecedentes en el sector privado en el país y el exterior. Su experiencia en el sector público es en el Gobierno de CABA, donde su último puesto fue de subsecretario en el Ministerio de Espacio Público, estando a cargo del Ecoparque. Fue coordinador de los equipos técnicos de LLA (La Libertada Avanza) y viene de ser asesor en la Jefatura de Gabinete de Ministros, donde se lo consideraba mano derecha de Nicolás Posse. Es por esto por lo que es considerado el hombre del gobierno en Arsat.
Este directorio tendrá el desafío de gestionar la empresa en la incertidumbre de si será o no privatizada. Y si ocurriese, si la privatización se llevaría a cabo en bloque o por unidad de negocios (intención que existió en el pasado y que no prosperó). Pero en el mientras tanto tiene tareas complejas para llevar adelante en tiempos de “no hay plata”.
Una es el de avanzar con el desarrollo del satélite SG-1 (aka Arsat 3), un geoestacionario de alto rendimiento (HTS) que deberá competir con las constelaciones que son el furor en la industria satelital (hoy Starlink, mañana OneWeb y Kuiper). Su lanzamiento está previsto para el primer trimestre del 2025.
Otra será resolver qué hacer con las frecuencias para servicios móviles que les fueran asignadas y que están sin uso. Siempre fue un delirio pensar que Arsat podría desplegar una red propia. Hoy lo es más aún, habida cuenta de las restricciones presupuestarias. Aunque aquí también podría intervenir el Enacom, quien debe velar por un uso eficaz y eficiente del recurso. Hoy, las frecuencias están vacantes de uso, a pesar de la obligación de inversión que aplica a todos los licenciatarios, hayan concursado o recibido el espectro por asignación directa. Podría haber novedades al respecto.
También será interesante ver cómo se resuelve el tema ingresos, ya que gran parte de ellos provienen de transferencias del Enacom (según ex miembros del regulador) y acumula acreencias del mismo sector público como cliente.
En tiempos de restricciones presupuestarias, los próximos meses podrían resultar complicados para Arsat, particularmente a la hora de invertir en mantener y, ni que hablar, expandir su infraestructura. El nuevo directorio deberá mostrar su arte.