En los últimos días, Starlink estuvo en las noticias por su próximo desembarco en Argentina, previsto para el segundo trimestre de este año. La noticia impacta en forma diferente según el público. Entre los usuarios de zonas no cubiertas o mal atendidas por las redes terrestres, por la expectativa de contar con una solución que los saque de la desconexión. Para el gran público, porque es la empresa de una figura como Elon Musk (con sus connotaciones positivas y negativas). Para los más politizados, porque para el gobierno su llegada es emblemática: es la modernidad que llevará la conectividad a todo el territorio, amén de la sintonía entre Musk y Milei.
Si bien en algunos medios se han publicado valores de lo que costará el servicio, en realidad todavía no hay información oficial. Mucho de la especulación viene de lo que cuesta en otros países. Sin embargo, el servicio no tiene un precio uniforme a nivel global, con lo cual no hay certezas todavía. De todos modos, tomando el precio en los distintos países de la región latinoamericana donde Starlink opera, el promedio del abono mensual residencial se ubica en US$ 55, con máximos de US$ 65 y mínimos de US$ 37. Hay que considerar que en la mayoría de los casos, su precio de lanzamiento resultó mayor al precio actual, una estrategia de descreme que podría repetirse en Argentina. Por otra parte, el costo del kit de hardware necesario tiene un precio promedio de US$ 373, con máximos de US$ 571 y mínimos de US$ 236. Como puede observarse, a pesar de ser un servicio global, sus precios son locales y estos promedios nos permiten aproximar los valores con los que finalmente se lance en el mercado argentino.
Tomando el precio promedio de US$ 55, equivaldría a unos $ 46.927 (al cambio oficial). De todos modos, habrá que ver cómo se cobrará este monto, porque si la forma de pago es únicamente con tarjeta de crédito, el precio en pesos se elevaría a $ 76.725 por el impacto de los impuestos aplicables al llamado “dólar tarjeta”.
Por otra parte, para determinar su impacto en la oferta existente de acceso a Internet, hay que hacer una comparación de precios y prestaciones. En materia de precios, el promedio de un acceso terrestre en Argentina en noviembre del 2023 era de $ 9.145 (precio de lista, sin promociones), según el informe “Oferta de acceso fijo a Internet”. Actualizado por la inflación (que distorsionó todo desde entonces) equivaldría hoy a unos $ 17.700. Aunque este es un valor proyectado, marca a las claras que la oferta de Starlink no apunta a competir con la de los ISP tradicionales, sino que tendrá su mercado en las zonas alejadas de las infraestructuras terrestres o cuando éstas son de prestaciones muy limitadas, particularmente en términos de ancho de banda. En este último aspecto, hay que tener en cuenta que todavía un 9% de los productos con velocidades por debajo de los 6 Mbps son de tecnología inalámbrica. Y esta se encuentra cada vez más en las periferias de las redes cableadas. En algunos de estos casos, a pesar de la gran diferencia de precio, Starlink podría impactar.
Mientras llegan las definiciones de precios, Starlink está avanzando rápidamente en desarrollar un canal de ventas, tanto a residenciales como a empresas. En el caso de los residenciales (y algunas PyME también), ya acordaron con las cadenas de electrodomésticos Frávega y Cetrogar, así como con Mercado Libre para vender sus kits de hardware. De esta forma, a la red de sucursales de las cadenas se suma la distribución online de que disponen tanto éstas como Mercado Libre para llegar a todo el país. En paralelo, y para abordar el mercado empresarial, Starlink ya cuenta con varios acuerdos de distribución y valor agregado (caso Telefónica, Telespazio, Sencinet) para una venta de características totalmente distintas a las del mercado de consumo. Y de esa forma podrá avanzar en este segmento antes de la inminente llegada de OneWeb, constelación LEO que apunta exclusivamente al segmento de organizaciones.
Así, el (demorado) comienzo de las operaciones de Starlink en el país es una buena noticia, aunque haya que moderar expectativas desmedidas. Aún sin certezas de precios, es claro que no será para cualquiera, particularmente en lo que es el mercado de consumo o MiPyME. No obstante, y viendo lo que sucedió en otros países, es claro que ha introducido una fuerte disrupción en la industria, generando competencia y elevando el juego del resto de los operadores satelitales, con una oferta de mayor capacidad, baja latencia, cobertura global y precios más accesibles para lo que es tecnología satelital (obligando a sus competidores a ajustarse). En Argentina, se trata de un proceso que recién comienza.