Renovación ralentizada

Los últimos años fueron de mucha “hype” en relación a 5G, una tecnología capaz de habilitar nuevas funcionalidades y de llevar a las redes móviles a un nuevo nivel de prestaciones. Sin embargo, y a pesar de su rápido despliegue, 5G tiene dificultades para justificar las cuantiosas inversiones que requiere. Y donde más se evidencia esta situación es en el uso tradicional de las redes móviles: la conexión de smartphones.

Hoy, a 5 años del lanzamiento de la primera red comercial 5G, el uso que está generando nuevas líneas de negocio es el FWA (acceso fijo inalámbrico). Una tecnología que habilita a los operadores móviles a competir con ISP de redes fijas. Esto se ve claramente en el mercado de los EEUU, donde el crecimiento de los accesos fijos a Internet proviene principalmente de los operadores móviles ofreciendo FWA. Otro negocio que se presenta interesante es aquél que tiene que ver con la conectividad en ámbitos empresariales. Si bien el potencial existe, para poder materializarlo no alcanza con disponer de cobertura 5G. También es necesario que las organizaciones revisen su forma de operar (rediseñando procesos, integrando las nuevas tecnologías a los sistemas existentes) y dispongan de nuevo hardware, que ya no son simplemente smartphones sino dispositivos más específicos y verticales. Todos factores que llevan tiempo en concretarse.

Pero a nivel de la conexión de smartphones, el principal negocio por lejos de los operadores móviles, la tecnología todavía debe demostrar que aporta funcionalidades que motiven al recambio de los equipos 4G por otros 5G. Esto se refleja en las ventas de terminales (smartphones) aptas y se hace más evidente en regiones como Latam, más sensibles a los precios/costos.

Según cifras de Counterpoint para teléfonos inteligentes (de todas las generaciones, incluyendo 5G) el precio promedio en América Latina es de US$ 205,02, mientras que aquél de solo teléfonos inteligentes 5G es de US$ 419,91. Sin embargo, el precio promedio de un smartphone 4G en la región fue de US$ 125 en el primer trimestre de 2024. Esta diferencia entre el promedio total y el de 4G evidencia que los precios de los dispositivos 5G sigue siendo muy altos para el mercado latinoamericano.

En la comparación histórica (tomando en cuenta el período de tiempo desde el inicio de cada generación) se observa que la adopción de terminales 5G viene más lenta de lo que fue en su momento la de 4G. En el 2023 (a 4 años desde su lanzamiento), los despachos de smartphones 5G fueron casi de la mitad de lo que sucediera en su momento con 4G. En esto influyó mucho que el recambio del dispositivo es cada vez más espaciado. Mientras que en 2018 el ciclo de reemplazo era de 28 meses, en el 2023 fue de 43 meses. Una ampliación fenomenal de su duración.

Visto por país, Brasil (49), Argentina (42) y México (41) mostraron ciclos de recambio comparables. Considerando que la situación macroeconómica de los tres países fue distinta en los últimos años, implica que se trata más de un factor sectorial que macro.

Ante estos datos, vuelve a surgir la pregunta de siempre: ¿qué se puede hacer hoy con un equipo 5G que no pueda hacerse de igual manera en uno 4G? Inicialmente, se pensaba que aplicaciones más demandantes en cuanto a ancho de banda, como realidad virtual o realidad aumentada, tendrían la respuesta. Pero todavía estamos lejos en este sentido. Algo que sí cambió a partir del 2024 es la llegada de la inteligencia artificial a los smartphones. Si bien hoy la tendencia es a incorporar capacidades locales de IA (a través del uso de procesadores específicos y dedicados), éstas son acotadas, con lo cual seguirá siendo necesario acceder a la nube para ampliar sus capacidades. En este caso, será más importante lo que 5G pueda proporcionar en términos de latencia que de ancho de banda [Ver: “El ocaso de las apps”].

Mientras tanto, las motivaciones para renovar un terminal pasan por características que no hacen a la conectividad, como las capacidades de las cámaras o la calidad de la pantalla, entre otras. Es por esto por lo que, ante cada nuevo lanzamiento, se destacan estas características antes que su capacidad de conexión a 5G. Al menos por ahora.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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