A pesar de que los actuales son tiempos en que regularmente hay noticias vinculadas a la conectividad de celulares vía satelital, causó sorpresa el anuncio de que Apple aportará US$ 1.100 millones a Globalstar a lo que se sumará la adquisición de US$ 400 millones en acciones. Pero al mismo tiempo, reafirmó el compromiso de Apple de proporcionar conectividad a sus iPhone (y quizás otros dispositivos) sin importar el lugar en la Tierra en donde se ubiquen. Se trata de un paso más en una relación que no es nueva. Ya en septiembre del 2022, Apple anunció una cooperación con Globalstar para permitir a los usuarios del iPhone 14 enviar mensajes de emergencia vía satélite, comenzando en EE.UU. y Canadá. Desde entonces, esta funcionalidad de los iPhone se agregó a los modelos subsiguientes.
Cuando se revisan los números surge la relevancia de esta operación. La empresa satelital facturó US$ 247 millones en el 2024. Esto permite poner en perspectiva la relevancia de los US$ 1.500 millones que Apple desembolsará por su acuerdo con la empresa satelital. Según lo declarado por Globalstar ante el regulador del mercado de valores, la inversión de Apple se destinará a una nueva constelación de satélites, nuevas infraestructuras terrestres y una ampliación del acuerdo mundial sobre licencias. Por otra parte, Apple dispondrá del 85% de la capacidad de la nueva flota, mientras que Globalstar podrá utilizar el resto para otros clientes. De este modo, pareciera que, más allá de su participación accionaria, Apple ha comprado Globalstar. Esto incluye no sólo la flota actual de satélites sino también las bandas de frecuencia, permisos y licencias en todo el mundo, las que se potenciarán con los futuros despliegues.
Por lo pronto, el ancho de banda que puede proveer Globalstar no es importante, aunque puede servir para SMS, voz y aplicaciones de mensajería. No así para otras aplicaciones más intensivas en cuanto a consumo de datos. No obstante, no habría que descartar mejoras a partir del despliegue de una nueva flota de satélites a lo que se sumaría la optimización que se puede lograr en los futuros dispositivos de Apple. Adicionalmente, con las capacidades actuales sí puede haber un negocio alrededor del IoT, poco demandante en términos de ancho de banda.
Lo concreto es que con esta movida, Apple apuesta al negocio del D2D (Direct to Device), o quizás más precisamente D2C (Direct to Cellular) aunque sin tener que hacer acuerdos con los operadores móviles. Un enfoque distinto al llevado adelante por Starlink, quien sí tiene este tipo de acuerdos, tal el caso de T-Mobile en los EEUU o, ya a nivel regional, con Entel Chile y Entel Perú, a los que probablemente se le sumen otros.
No obstante, más allá de las limitaciones técnicas actuales de las comunicaciones D2C, también hay que verlo por el lado de los costos. Mientras un gigabyte D2C cuesta aproximadamente de US$ 5, en el caso de 5G se sitúa en alrededor de US$ 0,25. En otras palabras, los valores actuales para el D2C son similares a los de 3G.
En este escenario, y al menos en su etapa inicial, la movida de Apple no competirá con los operadores móviles. Lo que hará será complementar la oferta actual con un servicio agregado al equipo, utilizando banda no licenciada que ya está coordinada y disponible a nivel global. Pero esto es hoy. Mañana puede ser otra cosa…