
Quizás lo más jugoso del MWC no fueron los productos y servicios presentados (bastante previsibles, con una fuerte presencia de la IA como ya se había visto en la edición anterior) sino que esta vez tuvo un fuerte componente político/regulatorio. Nunca como en la edición 2025, el MWC de Barcelona fue el marco para un discurso uniformado de las telcos (y algo de los reguladores) respecto de la consolidación del mercado y la desregulación. Un mensaje que si bien estuvo en boca de disertantes de diversos rincones geográficos, tuvo más fuerza en el caso de los europeos.
En el viejo continente, y como en el tango, viven el dolor de ya no ser. En tiempos de 2G, Europa lideraba la industria móvil bajo el modelo de estandarización alrededor de la tecnología GSM frente a la fragmentación tecnológica de los EEUU. Pero más tarde, la sangría financiera que significaron las subastas de espectro para 3G, que dejaron a varios operadores fuertemente endeudados por años, y una regulación europea que atentaba contra las fusiones y adquisiciones, hicieron que Europa perdiera terreno frente al avance decidido de los EEUU y China. Un caso curioso, porque el mercado único se da en diversos bienes y servicios, pero no en las telecomunicaciones. Por eso, el mensaje de ejecutivos en un panel fue el de recuperar el terreno perdido, planteando una estrategia basada en la consolidación y una regulación liviana, inspirada en el modelo de los EEUU. Quien más claro lo expresó fue el CEO de Deutsche Telekom, que controla el exitoso operador T-Mobile en los EEUU (y que hace que los resultados de DT sean sensiblemente mejores que los de sus competidores con foco en Europa). Cabe destacar que no fueron sólo los europeos quienes impulsaron este mensaje. También llegó desde la India, donde un mercado fragmentado también fue cuestionado.
Quien se mostró a favor de una consolidación del mercado telco europeo fue el CEO de Mistral, la plataforma de IA francesa. Sugirió que la fragmentación del mercado sigue siendo el mayor obstáculo para Europa ya que, afirmó, con múltiples operadores en cada país, los despliegues de IA a gran escala son más complejos. En este sentido, afirmó que existe potencial para que éstos inviertan en centros de datos y se conviertan en hiperescaladores (sin decirlo, independizándose de los estadounidenses), capitalizando los activos existentes para construir instalaciones preparadas para la IA. Lo concreto es que en IA hoy la conversación es entre EEUU y China, y Europa mira desde afuera. Su aproximación al tema no la ayuda y por eso plantean cambiarla.
Por el lado de los gobiernos, la Vicepresidente Ejecutiva de Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia de la Comisión Europea, Henna Virkkunen, afirmó que la prioridad será impulsar la inversión en telecomunicaciones a través de un mercado único digital con una política del espectro coordinada en la UE y reduciendo la burocracia para garantizar la competitividad. Por su parte, Brendan Carr, presidente de la FCC, expresó que más que desregular, el término del momento es simplicidad, como forma de incentivar la inversión en redes. Al parecer, operadores y reguladores comienzan a alinearse.
Pasando a temas más técnicos y menos regulatorios, se hizo evidente que en términos de 5G, los vendors (y la GSMA) siguen “corriendo el arco”. Ya es claro que las grandes promesas de 5G no vendrán de la versión original de ésta (la NSA o non-stand alone) sino de la 5G SA (stand alone). Pero en realidad, lo mejor vendrá con la 5G Advanced (que lógicamente necesita 5G SA). Y para llegar a ese Valhalla, hay que seguir invirtiendo (en Huawei, Ericsson o cualquier otro). Claro que luego habrá que agregar IA. En otras palabras, un loop infinito. Como en la obra “Esperando a Godot” de Samuel Beckett, Godot no vendrá hoy, “pero mañana seguro que sí”.