Saliendo del pozo

No es ningún secreto que en 2011 Argentina alcanzó su PBI más alto desde la crisis del 2000 para luego manejarse en una tendencia descendente, que tuvo un valle profundo durante la pandemia y cuyo rebote no alcanzó para volver a los niveles de antaño. En el caso de la industria de telecomunicaciones, los ingresos también registraron una clara tendencia a la baja, que arranca en 2017 (cuando el gobierno de Macri entra en sus 2ª mitad) y que la gestión de Fernández y su catastrófico DNU 690 más un final de mandato en llamas no hicieron nada por mejorar. Este contexto se dio cuando la propia dinámica de la industria se encuentra en un período de crisis por lo que se hace difícil determinar cuánto corresponde a cada factor. Sin embargo, los números rojos son claros y permiten entender muchos de los cambios y movimientos de los últimos tiempos.

A nivel general la caída de los ingresos sea por acceso a Internet, servicios móviles, TV paga y telefonía fija fue marcada. Tomando los ingresos de la industria de las cifras publicadas por el Enacom, actualizadas por inflación, entre 2016 y 2024 la caída fue del 49%. Los ingresos de todos los servicios retrocedieron, destacándose la TV paga (-63%) y la telefonía móvil (-51%). El servicio de acceso a Internet fue el que menos cayó, ¿apenas? un 15%. Más allá del contexto macroeconómico desfavorable, en estas cifras se aprecia también la situación de cada servicio. Hoy la TV paga, que sigue siendo importante, sufre los embates de las plataformas OTT sean pagas, gratuitas o ilegales. En este lapso, la telefonía móvil pasó a ser principalmente una plataforma de datos, erosionando los ingresos por voz y SMS, sustituidos en gran medida (aunque no exclusivamente) por Whatsapp. Por su parte, el acceso fijo a Internet moderó su caída al convertirse en la infraestructura básica sobre la cual circulan datos, voz, audio y video. Así, fue el único servicio fijo que mantuvo su crecimiento en accesos, cosa que no pudo replicar la TV por cable, la satelital y la telefonía. Estas caídas también se dan si se los mide en dólares constantes (porque también hubo inflación en dólares, de aproximadamente el 30% desde 2016), aunque con caídas y subidas más marcadas, impactadas por las oscilaciones bruscas en el valor de la divisa a lo largo de estos años.

Estos retrocesos también se observan en la evolución del ARPU. El de la TV por cable cayó un 59%, el de la telefonía móvil un 43% y el acceso a Internet un 39%. Este último compensó, en parte, con el crecimiento de abonados. Esto a pesar de un repunte general de los ARPU durante 2024, de la mano de la estabilización económica del último año que permitió una recuperación (parcial) de los precios. El año pasado, los ingresos totales por acceso a Internet crecieron en su conjunto un 24%. La telefonía móvil lo hizo un 3%, casi equivalente al crecimiento vegetativo de la población. No corrieron la misma suerte la TV paga (que cayó un 10%) ni la telefonía fija (-5%).

A pesar de este escenario adverso, hay un dato destacable, que es el crecimiento de los accesos de fibra óptica, la tecnología llamada a reemplazar principalmente al cobre (sea coaxil o par telefónico). Los accesos de fibra óptica crecieron en el 2024 un 25% y ya representan un 41% del total. A este ritmo, no sería raro que en el 2025 desplacen al cablemódem como principal tecnología de acceso de banda ancha.

El retroceso en ingresos acumulado a lo largo de prácticamente la última década se da en momentos en que la industria en su conjunto se encuentra frente a un gran desafío inversor. Es el que surge del recambio total del cobre por la fibra para servicios fijos y con el inicio del despliegue de 5G en el caso de los servicios móviles. Un desafío que alcanza no sólo a los distintos operadores, sean grandes telcos, PyME o cooperativas. También debe involucrar al gobierno en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal) por su carga impositiva, requerimientos para el despliegue y otros costos que impactan negativamente en la operación. Sin olvidar al regulador, que debe propiciar modelos que permitan maximizar el dinero a invertir. En definitiva, hay por delante un desafío que involucra a todos.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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