
[Aclaración: Comentarios es, en esencia, un ncwsletter semanal que se distribuye por mail. En este sitio sólo se republican sus contenidos]
Sepan disculpar esta edición de Comentarios que nada tiene que ver con las habituales. Pero es muy especial. Alcanzar las 1.000 ediciones es un hito que nunca siquiera me planteé. Pero aquí estamos. Por eso estas líneas en primera persona, y de manera excepcional. Si bien es claro que Comentarios siempre fue mi voz.
Concebido originalmente como una forma de promover la actividad de Carrier y Asociados, Comentarios me permitió despuntar mi vicio con el periodismo. Una actividad que ejercí profesionalmente durante más de un decenio en tiempos de tecnologías analógicas de publicación. La evolución de la tecnología me llevó temprano a la publicación digital independiente.
La historia de Comentarios, que arrancó el 14 de junio del 2002, está lógicamente muy ligada a la actividad de Carrier y Asociados. Y esta, a su vez, al vertiginoso desarrollo del escenario tecnológico global y local que, en los últimos 23 años, generó la transformación más veloz y profunda que haya conocido la humanidad. Me siento un privilegiado por haber sido un testigo tan cercano y directo de esta época.
Comentarios nació antes que los SMS en Argentina y cuando la banda ancha al hogar recién arrancaba, con apenas unos miles de abonados en todo el país. Es decir que convivió con todo el proceso de digitalización que se dio a lo largo del siglo XXI. La masificación de la banda ancha y todo lo que esto posibilitó. El despegue del homebanking (ancestro de las Fintech). Los primeros pasos del e-commerce, tímidos y cuestionados (cuando Mercado Libre era apenas un copycat de eBay, muy lejos del titán actual). La masificación de los smartphones post iPhone. La revolución del video con la ruptura entre contenidos y redes de distribución. La interacción simplificada con instituciones, tanto públicas como privadas. Cambios que moldearon nuestra actual cotidianeidad.
Con la llegada de cada una de estas novedades, también lo hacía la incertidumbre de cómo serían apropiadas por los usuarios/consumidores. Un fenómeno que se daba en simultáneo globalmente, con lo que se iba haciendo camino al andar. El estudio de ese proceso, sus impactos, fue materia prima de Comentarios y también para otros medios, que buscaban dimensionar y comprender la magnitud de estos cambios.
En paralelo, la industria de las telecomunicaciones cambió de manera sustancial. De la euforia de la primera década de los 2000, con la demanda de conectividad fija y móvil creciendo aceleradamente por el mundo e impulsando despliegues de toda clase y tecnología, hasta la migración de usos en la web (en PC) a una app (en móviles) en los 2010s. “Mobile First”, era el mantra. Esta evolución fue global, aunque en Argentina el contexto macroeconómico y ciertas políticas desafortunadas contribuyeron a dificultarla. Cuando nació Comentarios, Argentina contaba con la mejor infraestructura de telecomunicaciones de la región según diversos indicadores de la época. Nos ocupamos de que esa ventaja incipiente se desvaneciera. Hoy el contexto es menos febril y el crecimiento más moderado, pero el desafío persiste: invertir en actualizaciones y cobertura. Un escenario maduro, propicio para la consolidación. Como sucede en toda industria.
Recientemente, a la expansión de las redes fijas y móviles se sumó con fuerza las de las satelitales. Esto nos pone a las puertas de lo que alguna vez fue una utopía: la conectividad ubicua. Gracias al vertiginoso desarrollo de diversas constelaciones satelitales, el acceso fijo o móvil es ya posible prácticamente en cualquier rincón del planeta. Un hito de enorme implicancia —aunque por distintas razones— para individuos, organizaciones y gobiernos. Y esto recién empieza.
En estas 1.000 ediciones, el entorno cotidiano cambió sustancialmente sobre la base de la conectividad permanente. Sin embargo, podríamos estar hoy ante un nuevo punto de inflexión: el paso de la era de la conectividad a la era de la inteligencia.
Porque la gran disrupción que marcará los tiempos por venir es, sin duda, la inteligencia artificial. Una tecnología de efectos profundos, omnipresentes y también veloces. Cambios que, como toda transformación significativa, no serán indoloros, pero sí inevitables. Cambios que ya despiertan intensos debates, como sólo pueden darse en un contexto de transición histórica. En este caso, incluso, no aplica la ley de Amara, esa que dice que solemos sobrestimar el impacto de la tecnología en el corto plazo y subestimarlo en el largo. Con la IA pasó exactamente lo contrario: su impacto en el corto plazo fue subestimado. Por eso sería imprudente subestimar también el de largo plazo. Y no tan largo.
Cuando quienes están al frente del desarrollo de la IA predicen que quizás en apenas dos años se alcance la llamada IAG (inteligencia artificial general) —una IA capaz de superar al ser humano promedio en tareas cognitivas como aprender, recordar, decidir, resolver problemas o prestar atención—, queda claro que lo que se avecina es descomunal. Y a pesar de que varios pioneros de la IA expresan preocupación por los riesgos, nadie parece dispuesto a frenar. Nadie quiere perderse el rol de dominar la escena. El lema de Facebook, “go fast, break things”, nunca estuvo tan vigente. A abrocharse los cinturones.
Los grandes nombres de esta nueva era dominada por la IA ya están escribiéndose. OpenAI, Nvidia y tantos otros compiten por su lugar. Los sobrevivientes de la primera era, la de la informática —Microsoft, Apple—, y de la segunda, la de la conectividad —Google, Amazon, Meta—, enfrentan el desafío de reinventarse una vez más para no quedar atrás.
Aunque difícilmente Comentarios llegue a otro millar de ediciones, seguirá acompañando esta industria maravillosa, que no deja de mutar y reinventarse. Para informar, analizar y opinar sobre lo que sucede. Como siempre lo hizo. Como siempre lo hará. Gracias por la compañía y el feedback (bueno y no tan bueno) a lo largo de estos años. Vamos por más.