Esta semana hubo buenas noticias para los usuarios argentinos de celulares, sin importar su operador. Es que cada uno hizo anuncios vinculados al consumo de datos móviles, alcanzando a buena parte de sus clientes.
Por un lado, Personal lanzó la posibilidad de compartir un abono de datos entre múltiples líneas, sin necesidad de que estén bajo la misma titularidad. Un concepto similar a las “bolsas de minutos” existentes para las comunicaciones de voz pero que hoy han perdido vigencia con las llamadas ilimitadas on net (dentro del mismo operador) y el aumento de los minutos para las off net (a otros operadores).
Más repercusión causaron los anuncios realizados por Claro y por Movistar, bonificando el uso (parcial) de Whatsapp a sus clientes, aunque con matices entre uno y otro operador. Ambas propuestas tienen en común que el uso de Whatsapp no se descontará de los MB o GB incluidos en los abonos o planes prepagos. Pero conviene destacar que esto se aplica a el intercambio de texto, fotos, audios de voz y video, pero no así para las llamadas de voz o video. Algunos dirán que el tráfico generado por Whatsapp no es significativo, aunque igualmente los usuarios lo verán con buenos ojos. Más allá de esto, es notable como Whatsapp pasó de ser originalmente una amenaza para los operadores móviles (impactando notablemente en su negocio de SMS) a convertirse en un aliado para competir.
Con los anuncios vinculados al uso gratuito de Whatsapp se pone en evidencia que el concepto de neutralidad de la red no siempre es favorable a los usuarios. Es que en la oferta de Whatsapp gratuita entra en la categoría denominada “zero rating” de pago revertido de datos. Es decir, es el operador quien subsidia el uso de esta aplicación. Para los puristas de la neutralidad de la red, esto no debería suceder, ya que, argumentan, es el operador quien decide arbitrariamente qué aplicación no generará un cargo en el tráfico de datos, lo que deja a las alternativas en desventaja. Pero en este caso, difícilmente el 96% de los usuarios de smartphones que usan Whatsapp se queje. Tampoco la principal alternativa, el Messenger de Facebook (dueño también de Whatsapp). Quizás sí podría cuestionar la medida una app como Telegram. Así, muchos de los activos defensores de la neutralidad de la red quizás no se quejen. Además, si el ENACOM decidiera cuestionar estas ofertas y obligar a las operadoras a dar marcha atrás equivaldría a una medida muy impopular…
Todos estos anuncios, que se dieron el mismo día, marcan también un probable recalentamiento de la competencia en materia de servicios móviles. Quizás apenas el puntapié inicial de una intensificación de la competencia a un mes de la entrada en vigor (parcial) de la convergencia. Una situación que, especialmente ante la fusión de Telecom y Cablevisión (más allá de las exigencias que podrían surgir), también se refleja en un acelerado despliegue de fibra óptica por parte de Telefónica y Claro. Todavía no llegó la convergencia, pero ya se largó.

Uno de los puntos clave de la industria convergente no es tanto la posibilidad de ofrecer telefonía, banda ancha y TV (el famoso triple play) a lo que se le suman los móviles para llegar al cuádruple play. La clave es disponer de “doble red”: banda ancha fija y móvil. Siendo que voz y video son servicios que se dan cada vez más sobre las redes de datos, éstos fluirán por una u otra red, según la necesidad y el contexto, pero siempre la del mismo proveedor (idealmente).
El de los terminales celulares es un mercado que por sus características se presta a distintas actividades y acciones al margen de la ley. Se trata de productos de alto valor, pequeños en tamaño y con un diferencial de precio importante entre aquellos adquiridos cumpliendo todos los requerimientos impositivos y legales localmente y aquellos adquiridos en el exterior. Una combinación perfecta que da lugar a dos grandes preocupaciones, especialmente para el Estado. Una tiene que ver con el delito común que implica el robo o hurto del dispositivo. La otra, el creciente mercado informal, compuesto tanto por la importación de individuos en sus viajes al exterior para consumo propio o de sus cercanos, así como por el contrabando realizado por bandas dedicadas a la comercialización en gran volumen.
En un mercado argentino de equipos celulares que históricamente se movió alrededor de los 13 M de unidades anuales, sin dudas los 11,4 registrados en 2016 marcaron un punto bajo histórico. Más aun considerando que de éstos, apenas 8,9 M correspondieron al mercado formal. El bajón se vio acentuado porque el 2015 había sido un año récord, con una economía pre electoral recalentada. Sin embargo, el 2017 cerrará como un año de quiebre, con una recuperación del mercado de terminales móviles que crecerá un 15%, para volver a niveles cercanos a los 13 M.
La semana que pasó fue prolífica en materia de novedades en política fiscal, que en definitiva también lo son de política en sentido más amplio. Dentro de su reforma tributaria, el gobierno enfrenta a la manta corta. Sabe que tiene que aflojar la presión tributaria, pero no puede resignar recursos en la medida en que mantenga el actual nivel de gastos. Como consecuencia, mueve fichas: baja algunos tributos al tiempo que sube otros y amplía la base contribuyente. Por supuesto, el sector tecnológico no quedó al margen de estos reacomodamientos, los cuales deberán ser confirmados por el Congreso.
Tal como lo vienen demostrando distintos indicadores, el comercio electrónico sigue creciendo en Argentina. Más allá de su natural evolución, también puede especularse con el impacto del agregado de las tarjetas de débito como medio de pago online, las cuales pasaron de 0 a ser utilizadas por el 17% de los usuarios que hacen compras por Internet.
La semana pasada tuvo lugar el 5G Americas Analysts Forum, un evento organizado por 5G Americas que convocó a 80 analistas del mercado de las telecomunicaciones de diversos países. El evento sirvió para tomar el pulso del desarrollo de esta nueva tecnología (aún no estandarizada) que tanto entusiasma a proveedores pero que aún genera ciertas dudas por el lado de los operadores.