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El jardín amurallado del paraíso

Esta semana Apple realizó anuncios relevantes. No se trató del clásico lanzamiento de un nuevo hardware, donde el iPhone es el que concentra la mayor atención. Esta vez fue el lanzamiento de una serie de servicios que incluyeron uno de video OTT (Apple TV+), otro de noticias (Apple News Plus), otro de juegos (Apple Arcade) y hasta una tarjeta de crédito (Apple Card). Un claro signo que cómo está cambiando el negocio y por lo tanto, cómo intentan adaptarse a esta nueva realidad.

Es sabido que las ventas globales de smartphones conocieron durante el 2018 el primer bajón de su historia y que probablemente este año la situación sea similar. Adicionalmente, en este escenario Apple perdió participación de mercado y fue superado por Huawei al tiempo que ya siente la amenaza de otros fabricantes chinos. Como ambas situaciones eran previsibles, Apple empezó a diseñar nuevas formas de ingresos que no sólo compensen (aunque sea parcialmente) la caída de las ventas del hardware sino que también se apalanquen en una base instalada que es de 900 millones sólo en usuarios de iPhone. La decisión fue entonces apostar más fuerte a los servicios, que no son novedad para la empresa ya que representaron el 15% de los ingresos de la empresa durante 2018.

Lo que más atención captó por parte de los medios fue Apple TV+, un servicio de video por suscripción que no sólo agregará contenidos de terceros sino que incluirá un catálogo propio. De esta forma, se meterá en un ring donde ya pelean pesos pesados como Netflix o HBO, entre otros. En una acertada decisión, el servicio no estará sólo disponible para usuarios de hardware Apple sino que será a través de una app en distintas plataformas. Sin embargo, particularmente en lo que hace al catálogo propio, el camino será empinado. Apple anunció que prevé invertir entre US$ 1 y 2 millardos (miles de millones), una cifra importante pero escuálida ante los US$ 15 millardos que Netflix planea invertir este año. Y como agregador de contenidos, competirá con otros, especialmente los actuales actores de la TV paga, que hacen exactamente eso. En concreto pasamos de años de rumores de una Smart TV con el logo de la manzana a un servicio que de innovador no tiene nada, más allá de la calidad que pueda exhibir cuando se lance hacia fin de año. Pero claro, tiene su marca y eso tiene su peso. Especialmente sobre su base de 900 millones de usuarios de iPhone alrededor del mundo.

Por el lado de Arcade, algo que muchos bautizaron como el “Netflix de los juegos” y que no es otra cosa que un anuncio más, como ya lo hicieron Google y Microsoft, de ofrecer una plataforma de videojuegos por suscripción. Como siempre prometen algo distinto. Difícilmente atraigan a los gamers hard core, pero puede ser una alternativa viable para los jugadores más ocasionales así como un semillero para los hijos o nietos de los actuales usuarios de iPhone y iPad.

La apuesta por News+ es quizás la más dudosa. Se trata de un servicio de suscripción que permite leer más de 300 revistas y periódicos (inicialmente de EE.UU. y Canadá) por un abono de US$ 9,99 mensuales que incluye la posibilidad de compartir con la familia. Una bicoca comparado con lo que costaría cada suscripción individualmente. Esto puede ser muy bueno para los usuarios pero habrá que ver qué piensan los proveedores de contenidos, quienes van a cobrar en función de participación que cada uno de éstos tengan en el consumo de sus usuarios. Así las cosas, sería un promedio de US$ 0,03 mensuales por lector para la editorial (sin descontar la proporción que se quede la propia Apple). No parece muy viable, especialmente para aquellos medios que no sean populares.

Lo más interesante fue el anuncio de su tarjeta de crédito, la Apple Card, que no es otra cosa que una Mastercard emitida por Morgan Stanley bajo la marca Apple. Con esta tarjeta, la empresa apunta a competir directamente con los bancos con una tarjeta sin gastos, que devolverá 2% en compras realizadas vía Apple Pay (el sistema de pagos de la empresa) y 3% en productos y servicios de Apple. Más allá de los beneficios ofrecidos (interesantes pero no clave, más parecidos a los de una tarjeta de fidelización) es notable cómo apuntan a reducir a los bancos al rol de proveedores de infraestructura, reeditando lo que sucede en las telecomunicaciones con operadores de red y servicios OTT. De hecho se asocian con Morgan Stanley que está comenzando a operar como banco minorista y que por lo tanto no tiene una “herencia” de sucursales y estructura detrás.

En momentos en que cada vez más el presente y futuro de los servicios y contenidos pertenece a quien controla la relación con el consumidor, Apple apuesta a esto a través de la popularidad de sus dispositivos en mercados de alto consumo. Y lo hace con la estrategia de siempre: ofrecer un paraíso amurallado donde sus clientes se encuentran a gusto y cuidados pero donde, idealmente, sólo accederán a lo que su cancerbero les permite. Son opciones, tanto para Apple como para sus leales usuarios. Dentro de esta estrategia válida y que viene dándole resultados, la gran incógnita es si no se está diversificando demasiado, abriendo múltiples frentes simultáneamente. El tiempo dirá.

Jubilando a Arnet

Esta semana, Telecom comunicó que inició el proceso de unificación de las marcas de su servicio de acceso a Internet.La marca Arnet dejará de existir y pasará a ser Fibertel Lite. En consecuencia, bajo la denominación Fibertel Lite se agruparán los productos de la ahora ex Arnet (de hasta 20 Mbps), mientras que Fibertel hará lo propio con los que estén por encima de esa capacidad (actualmente 25, 50 y 100 Mbps).

 

 

Arnet es una de las marcas más antiguas del mercado argentino de telecomunicaciones, habiendo llegado a mediados de los 90s a manos de Telecom, quien la utilizó para su servicio de acceso a Internet por más de 20 años, inicialmente como un servicio dial up para luego ser de banda ancha, con la llegada del ADSL hacia el cambio de siglo. En su momento de mayor esplendor (2015) llegó a los 1,8 millón de accesos, para luego comenzar a perder clientes a manos de la competencia. Esto ocurrió principalmente con Fibertel, con quien tenía una importante superposición geográfica en la cobertura de sus redes. En un mano a mano llevaba las de perder por la mayor capacidad de Fibertel sumada al atractivo del combo con el servicio de TV paga de Cablevisión.

Con una tecnología inferior al cablemódem (y claramente la fibra óptica), Arnet no sólo no pudo detener el avance de su competencia, sino que evidenció las limitaciones técnicas que tenía, comenzando a desprestigiarse como marca aceleradamente. Por esto mismo es que la movida de pasar a denominar bajo la marca Fibertel a los productos ADSL es una jugada no exenta de riesgos. Los accesos ADSL seguirán teniendo limitaciones en su capacidad, especialmente en momentos en que la demanda por ancho de banda sigue en aumento como consecuencia de un mayor consumo de video así como de la multiplicación de dispositivos conectados simultáneamente (PC, celulares, Smart TV, tablets, parlantes inteligentes, etc.). Un escenario en el que los 20 Mbps que como máximo ofrecen los productos de ADSL están camino a ser rápidamente el mínimo aceptable.

Esta movida se encuadra en una estrategia dual desde el punto de vista tecnológico de Telecom. En las zonas donde haya cobertura de la red HFC de Cablevisión, la idea será migrar a los clientes de Arnet a la red de coaxil. O de Fibertel Lite a Fibertel “tradicional”. En las zonas donde Cablevisión no tenga presencia, la idea es hacer un leap frog y comenzar a desplegar una red de fibra óptica al hogar, tal como lo está haciendo actualmente Movistar (Telefónica) en su zona de influencia, migrando desde el cobre.

Más allá del cambio de nombre/marca, lo interesante de la movida es que ahora Cablevisión comenzará a ofrecer Flow a los clientes de ADSL de Arnet. Si bien no hay precisiones sobre si será bajo un formato OTT o IPTV, lo cierto es que la decisión de distribuir sus contenidos en video sobre los accesos de ADSL le sumará a Cablevisión un número no menor de potenciales clientes, siendo esto motivo de preocupación de DirecTV y otros operadores de TV paga que actualmente atienden a usuarios de la ex Arnet. Como se ve, la unificación de los servicios de acceso a Internet bajo el nombre Fibertel es también un paso en la oferta convergente de servicios.

 

Expansión latinoamericana

Esta semana se anunció la venta de Nextel Brasil a manos de América Móvil (Claro). De esta forma, sería absorbida la última operación de la empresa que se hizo conocida por los servicios de radio push-to-talk, pero que en ese país ya había completado la migración a tecnología y servicios celulares. Se trata de una movida que tiene impacto no sólo en aquél país sino también en la región.

La adquisición, que está pendiente de aprobación por el regulador brasileño, se realizaría por US$ 905 M por el único activo que aún mantiene NII Holdings. A través de ésta, América Móvil obtiene varias cosas. La más obvia son los 3,3 M de usuarios, cifra que para un mercado como Brasil con unos 230 M de suscriptores es apenas el 1,4% del mercado. Está claro entonces que no habrá cuestionamientos en relación con la eventual concentración de mercado que generaría. No obstante, esto significaría un 6% de suscriptores adicionales para Claro Brasil, que cuenta con unos 56,4 M de abonados, pero que perdió 2,6 M de suscriptores durante 2018, según los balances de la empresa. Adicionalmente, América Móvil se hará de distintos bloques de espectro en 800 MHz, 1.8 GHz y 1.9/2.1 Ghz (AWS) y de una buena cobertura en los dos principales centros urbanos y económicos del país: San Pablo y Río de Janeiro.

Si el acuerdo se concreta (y todo parece indicar que sería aprobado), esta compra podría ser el inicio de un proceso de consolidación del mercado brasileño. Es que existe otro candidato a ser absorbido: Oi, el operador que en algún momento fue visto como un posible campeón nacional pero que hoy es apuntado como la próxima “víctima” de una potencial adquisición.

Desde una perspectiva regional, este acuerdo se anunció apenas unas semanas después de que América Móvil se hiciera con las operaciones de telecomunicaciones móviles de Movistar en El Salvador y Guatemala, por US$ 648 M. De esta forma, en un par de meses América Móvil comprometió US$ 1.554 M en inversiones para su expansión en Latinoamérica. Esto puede ser visto como una forma de buscar crecimiento fuera de sus fronteras de origen, México, donde está impedida todavía de dar servicios de TV paga y está en proceso de una separación funcional como consecuencia de su preponderancia en otros negocios de las telecomunicaciones. ¿Habrá dinero para invertir en alguna adquisición en Argentina?

SUBE Ltda

La actual gestión de gobierno ha tenido muchas iniciativas para simplificar la vida de la población de la mano de la tecnología. Una que ha tenido bastante repercusión en los medios esta semana fue el lanzamiento de la app “Carga SUBE”. Como su nombre lo indica, la misma permite cargar la tarjeta para viajar en transporte público desde el celular. Una buena iniciativa, aunque con limitaciones.

Para poder utilizar la app hacen falta una cuenta bancaria o tarjeta de crédito y un celular con tecnología NFC (Near Field Communications). La cuenta bancaria o la tarjeta de crédito es necesaria para acreditar el saldo que se quiere cargar en la tarjeta. La tecnología NFC es la que permite que este saldo se cargue en la tarjeta desde un celular. Conviene recordar que el saldo de la tarjeta SUBE se encuentra en la tarjeta misma y no en el sistema. Esto se debe a que de no ser así, sería necesario que todo lector, incluyendo los de los colectivos estuvieran conectados a la red para poder chequear el saldo y debitar el costo del pasaje cada vez que se hace una operación.

La gran limitación de esta app son sus requisitos técnicos. No sólo hace falta que el equipo disponga de NFC, también que cuente con las antenas indicadas y que, al menos por el momento, utilice Android 4.4 o superior (lo que deja automáticamente fuera a todos los iPhone). En Argentina, el parque de equipos con tecnología NFC a diciembre del año pasado era de unos 5,2 M. Sin embargo, y por las limitaciones mencionadas, naturalmente no todos estos serán aptos para este uso. A esto hay que agregarle un factor adicional: como la tecnología NFC se encuentra en equipos de gama media alta, es dable pensar que un grupo indeterminado no es usuario de transporte público.

El gran problema, y esto no es responsabilidad de los desarrolladores, es que la tecnología NFC nunca terminó de despegar como algo masivo. Existe desde hace muchos años, pero no llegó a popularizarse en equipos de gama media y sobre todo, baja. En algún momento, años atrás, se pensó que podía ser clave para los pagos desde el móvil, pero esta misma limitación hizo que surgieran y se desarrollaran alternativas, como códigos QR u otras que son por software y no hardware. Así, la recarga “casera” de la SUBE será muy útil, pero quizás no masiva.

Saliendo a pista

Luego de varios meses de espera, esta semana se lanzó finalmente Movistar TV, la plataforma de TV paga de Telefónica, que de esta forma da el paso necesario para ingresar de lleno en el mercado de convergencia argentino.
La espera tiene que ver con que, desde el punto de vista regulatorio, la empresa estaba habilitada para dar servicios audiovisuales desde el 1º de enero pasado. Sin embargo, necesitó 10 meses más para poder lanzarlo. Por ahora, en un área geográfica muy reducida, en el sur y oeste del Gran Buenos Aires y en unos pocos puntos de la ciudad de Buenos Aires. La demora tiene que ver bastante con los tiempos que demanda el despliegue de fibra óptica, el cual comenzó hace casi 2 años y está llegando al 1,8 M de hogares pasados. Esto, por otra parte, indica que no habrá oferta de Movistar TV para clientes de ADSL. Por el momento, se trata de un producto asociado sólo a la fibra, la cual tiene la suficiente capacidad como para que los contenidos de TV no afecten ni consuman del ancho de banda contratado, en un formato IPTV.
Para simplificar la vida de los clientes (y de paso bajar costos de instalación y mantenimiento), Movistar optó por una estrategia “in house” inalámbrica. Esto significa que la señal de TV es distribuida vía WiFi a los decodificadores conectados a los distintos televisores del hogar, en lugar de tener que cablear. El paquete básico incluye dos decodificadores y un repetidor de señal de WiFi para asegurar una buena cobertura en todo el hogar. Además, y como no podía ser de otra forma en la TV paga actual, incluye TV Everywhere o la posibilidad de acceder a los contenidos vía Internet, en un modelo OTT, desde un smartphone, tablet o PC.
En términos de contenidos, cuenta con 90 canales en el abono básico más unos 20 adicionales en formato Premium. Algo que lo diferencia de otras propuestas de TV paga es que el HD está incluido en el básico, por lo que sólo aquellos canales que aún no transmitan en HD serán en SD (definición estándar). Los contenidos en sí son similares a los del resto del mercado, incluyendo las señales abiertas (resultado de una negociación que llevó su tiempo) así como señales adicionales al básico, como el fútbol, HBO, FOX y los canales “hot”. A éstos se les suma un canal de series exclusivas de Movistar, producidas o coproducidas en España. Incluye además lo que denominan TV avanzada, que es la posibilidad de pausar la TV lineal, transformando el contenido en vivo en bajo demanda. Adicionalmente, la plataforma integra Netflix. Esto significa que lo ve como un canal más, por lo que las búsquedas se realizan entre todos los canales disponibles así como dentro de Netflix. No obstante, por el momento no harán la facturación, con lo que el usuario contratará a Netflix por su cuenta. Para el año que viene sumarán a Amazon Video. Siempre en el tema contenidos, además de incluir un canal de eSports (toda una novedad), también ofrece una librería de películas accesibles bajo el modelo bajo demanda. Y, a tono con los tiempos que corren, cuenta también con un motor de recomendaciones basadas en los hábitos de consumo.
A pesar de ser un nuevo operador y contar con la ventaja de no tener ninguna “herencia” en términos de productos o modelos de negocio, por ahora Movistar TV no ofrecerá lo que se conoce como “skinny bundles”. Esto no es otra cosa que la posibilidad de que el cliente arme su propia grilla, contratando las señales que le interesan, como podrían ser paquetes de canales de deportes, noticias, series, documentales, música, internacionales y otros criterios. Si bien esto sería técnicamente posible (cumpliendo así el sueño de muchos), no lo es desde el punto de vista contractual con los proveedores de estos contenidos. Algo similar ocurre con la posibilidad de ofrecer una grilla OTT, que pudiera contratarse independientemente de contar con conectividad de Movistar o no. Una situación que seguramente comience a cambiar con el correr del tiempo y los proveedores de contenidos (que si tienen una herencia que gestionar) se pongan a tono con los deseos de la demanda.
Si bien el lanzamiento de Movistar TV y, por lo tanto, la llegada de un nuevo oferente en el negocio de la TV paga genera mucho entusiasmo, hay que ser cautos y tener presente que la limitante para la oferta del servicio está dada por la cobertura de la fibra óptica. Algo en lo que Telefónica ha invertido fuertemente en los últimos dos años, pero donde todavía resta un largo camino por recorrer. Así, por más que a partir del año próximo la oferta de productos de TV pueda extenderse a otros lugares más allá del AMBA, siempre estará limitada a la pisada de la red de fibra. Al menos así será mientras los dueños de los derechos de los contenidos no muestren una mayor flexibilidad que posibilite tener un operador de TV en un modelo totalmente OTT. Son ellos quienes tienen la llave que podría revolucionar la forma de distribuir sus productos. Mientras tanto, todo nuevo actor es más que bienvenido.

Avance OTT

Definitivamente, los servicios de video OTT (para ser más precisos, SVOD o Subscription Video On Demand) son cada vez más populares en Argentina, consumidos actualmente por 3 de cada 4 usuarios de Internet. Esto surge del informe “Internet y Consumo Audiovisual – 2018” realizado por Carrier y Asociados. Conviene aclarar que no hay que confundir utilización con suscripción. No sólo porque una suscripción puede tener múltiples usuarios, sino también porque se dan situaciones donde una misma cuenta es compartida entre dos o más usuarios.
De esta forma, los OTT de video siguen su camino ascendente, siendo consumidos por el 73% de los usuarios frente a un 66% del año pasado y un 55% del año anterior. Esto se da con más fuerza en los segmentos jóvenes (centennials y millennials) y en el AMBA.

Por otra parte, y en contra de quienes lo ven hoy como un competidor de la TV paga, los OTT de video tienen mayor penetración entre quienes son abonados a este servicio. Sigue siendo más un complemento que un sustituto, al menos por el momento. Entre quienes consumen video OTT, 4 de cada 5 lo hace habitualmente.
Los factores clave detrás del éxito de los OTT de video mencionadas por sus usuarios habituales son la posibilidad de consumir bajo demanda (73%) y de ver temporadas completas (71%). Esto último marca el peso que las series adquirieron en el menú audiovisual como consecuencia de poder ser consumidas al ritmo del espectador y no al criterio del programador.
En cuanto a los servicios de video OTT, Netflix se mantiene como el claro dominador, seguido de lejos por Fox Play, HBO GO y Cablevisión Flow. Con tanta oferta existente, en varios casos se da el uso de múltiples servicios.
Por su parte, los servicios OTT de los operadores de TV paga (Flow, DirecTV Play, Telecentro Play, etc.) se ubican debajo de los tres grandes (Netflix, Fox Play y HBO Go), pero por encima del resto de los OTT, incluyendo aquellos de los operadores de telecomunicaciones (como Claro Video, Arnet Play u On Video), demostrando que hace falta más que ofrecer una plataforma de video OTT para que esta sea exitosa.

Convergencia y nuevos escenarios

Con el anuncio esta semana de que los clientes de Personal (con abono fijo y factura) que también lo sean de Cablevisión podrán ver desde la app de Flow en el celular los partidos del Mundial sin el costo del tráfico de datos que se genere, se reavivó en ciertos ámbitos la discusión de qué es la neutralidad de la red, hasta dónde llega y cómo será el panorama que viene de la mano de la convergencia.
Existen diversos modelos de pago revertido, o donde no es el usuario quien paga por los datos que consume.

  • Zero-rating: El usuario accede gratuitamente a un servicio específico siendo el gasto de conexión absorbido por el operador móvil.
  • Datos sponsoreados: El usuario accede gratuitamente a un servicio específico, pero el sponsor no es el operador sino un tercero, una empresa o gobierno.
  • Internet sponsoreada: El usuario accede gratuitamente no ya a un servicio específico sino a Internet en general, siendo el sponsor una empresa o gobierno.

En el caso de Flow-Personal, se trataría en principio de un caso de zero-rating. Sin embargo, no es el primero que se da en el país. Lo mismo ya sucede con Whatsapp, algunos de cuyos consumos de datos son hoy gratuitos para diversos clientes de los 3 operadores móviles. Y también podría suceder con Movistar, que acaba de anunciar un acuerdo para ofrecer Netflix, que contempla que en diversos países no cobraría a sus usuarios por el tráfico que esta app generará en sus redes. Se trata de una tendencia que no sólo se da en Argentina. De hecho, en Latinoamérica un 90% de los operadores móviles ofrecen servicios zero-rating.
Cuando se habla de neutralidad de la red, muchos piensan en cuando el no respeto de ésta perjudica al usuario. Por ejemplo, que un ISP que también ofrezca servicios de video aplique un freno o degrade la calidad del servicio de un tercero. Algo que le criticaban a Comcast en EE.UU. cuando decían que degradaba intencionalmente la calidad de Netflix.
Pero los modelos de pago revertido no perjudican al usuario, sino que favorecen a algunos (en este caso, los clientes). Una situación que no es comparable a que un dueño de red ralentice a determinados contenidos. No es un tema de calidad de servicio, sino de costo que no sube, sino que baja para ciertos usuarios, beneficiando a sus clientes sin perjudicar a quienes no lo son.
Este tipo de situaciones plantean una discusión interesante: ¿Puede el dueño de una red favorecer a sus clientes? ¿Puede quien ofrece servicios, pero no invierte en red, reclamar los mismos beneficios? Seguramente habrá diversas opiniones al respecto.
En momentos en que las redes apuntan, por su evolución tecnológica, a permitir la existencia de diversas redes virtuales, con distintas características para distintos servicios, el concepto de neutralidad merece una revisión. Y si bien en Argentina la neutralidad de la red fue consagrada en la ley Argentina Digital, no se le destinó más que un par de artículos. Quizás sería conveniente un reglamento específico para que no haya zonas grises ni discusiones estériles.
De todos modos, y para cerrar, el tráfico de datos gratuito para servicios de video es un juego peligroso para los operadores. Sus redes deben tener capacidad suficiente para poder aguantar un tráfico muy superior al habitual y así no perjudicar a sus clientes. No sea cosa que el beneficio se convierta en un boomerang.

Argentina, presente

La concentración de la industria en los días que dura el MWC también produjo novedades con relación a Argentina. La presencia de la plana mayor del gobierno en la materia, el Ministro de Modernización, el titular del ENACOM y el Secretario de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, dio lugar a declaraciones. Quizás la más relevante fue la del Ministro, quien prácticamente descartó la utilización del DNU para, entre otras cosas, habilitar a las telcos a dar servicios de TV satelital, inclinándose por la promulgación de una ley “corta” (tal cual la definió).
Esta decisión no llamó mucho la atención si se tiene en cuenta las difíciles negociaciones que el gobierno lleva adelante para lograr la aprobación de otros DNU. En este contexto, agregar uno específicamente para este tema corría el riesgo de quedar en la nada. No obstante, esto no implica que una ley vaya a pasar más fácilmente, ya que los operadores de TV por cable (de todos los tamaños) son muchos y en muchos casos vinculados al poder político (en los niveles provinciales y municipales). La aprobación de una ley de este estilo en el Congreso no será tarea sencilla y, de lograrse, difícilmente sea en lo inmediato. Paradojas de la vida política, el gobierno está tratando de resolver el desaguisado que creó con el DNU 267…

El modelo 5G

La semana pasada tuvo lugar el 5G Americas Analysts Forum, un evento organizado por 5G Americas que convocó a 80 analistas del mercado de las telecomunicaciones de diversos países. El evento sirvió para tomar el pulso del desarrollo de esta nueva tecnología (aún no estandarizada) que tanto entusiasma a proveedores pero que aún genera ciertas dudas por el lado de los operadores.
Más allá de abrir la puerta a una infinidad de nuevos usos, la clave del 5G tiene que ver con una eficiencia espectral que, afirman, es 3,5 veces mayor que la de 4G. Esto permite bajar notablemente el costo por bit, generando ahorro de costos. No obstante, este ahorro sólo es posible de lograr luego de importantes inversiones, estando allí el meollo de la cuestión.
Siendo un poco más amplios, se puede afirmar que el 5G se basa en 3 pilares que son: una banda ancha potenciada (con capacidades del orden de los Gbps), una mayor confiabilidad con baja latencia y posibilitar las comunicaciones entre máquinas a escala masiva. Estas características permiten pensar ya seriamente en nuevas oportunidades en rubros como el transporte (para vehículos de conducción autónoma), energía (a través de redes inteligentes o Smart grids) y urbanismo (habilitando el desarrollo de ciudades inteligentes), entre otros.
Más allá de las bondades técnicas esperadas, la llegada de 5G abre un debate en la industria. Si bien la tecnología 5G da lugar a nuevos escenarios con nuevos usos, también requiere de una alta inversión en infraestructura. La misma está compuesta no sólo en la nueva electrónica a instalar en las redes sino también en la necesidad imperiosa de tener conectadas las antenas a redes fijas de alta capacidad para que éstas últimas no se transformen en un cuello de botella. Esto implica la necesidad para las telcos de amplios despliegues para aumentar la capilaridad de la fibra óptica. En este sentido, los operadores de redes de TV por cable tienen una ventaja, ya que pueden utilizar sus cables coaxiles (de gran capacidad) como backhaul tanto de microceldas como de picoceldas. Los altos niveles de inversión exigen entonces la existencia de casos de negocio que los justifiquen.
En el desarrollo de 5G, los reguladores juegan un rol fundamental. Es que las decisiones en relación con la forma de otorgar el espectro pueden complicar o facilitar la ecuación de los operadores. La industria en general aboga por dejar de ver al espectro con fines recaudatorios para verlo como un facilitador. En este sentido, los modelos del estilo “concurso de belleza” (donde obtiene el espectro quien propone mejores planes de cobertura y de tecnología) son preferidos, ya que todo el dinero invertido va directamente a la red (aunque algunos critican este mecanismo por ser más subjetivo). Por otra parte, el regulador debe proponer un claro roadmap del espectro, tanto en la determinación de las bandas a utilizar como en el tiempo en que se pondrán a disposición. Así facilitará la planificación de los operadores, no sólo en materia de despliegue físico de la red sino también para su financiación.
Yendo al caso específico de Latinoamérica, el desarrollo de 5G implica desafíos adicionales. No es lo mismo para un operador invertir en infraestructura cuando el ARPU (ingreso promedio por usuario) es de US$ 60 mensuales, como en el caso de EE.UU. que cuando el mismo oscila entre los US$ 5 a 15 mensuales, como es el caso de esta región. (Comentario al margen, durante la reunión el chiste era que el ARPU del IoT hace que el de Latinoamérica se vea atractivo…). Con estos números, el necesario despliegue de fibra óptica para soportar las capacidades de 5G dificulta el retorno sobre la inversión. A su favor, la región tiene la característica de concentrar altos porcentajes de su población en pocas ciudades, aunque esto termina generando que haya bolsones de cobertura antes que una cobertura total. Por lo tanto, se estima que en Latinoamérica habrá un mayor desarrollo basado en tecnologías LTE que permitirán llegar a lo que se denomina 4.9G, una red 4G con muchas características que se acercan a las de 5G, aunque sin sus requerimientos de inversión. En estas tierras habrá un mayor foco en bajar costos que en tener una capacidad apta para nuevos negocios que prometen nuevos ingresos. En otras palabras, la transición a 5G será más larga que en mercados de mayor valor.
Recapitulando, la industria está frente a un escenario que es muy distinto a los previos. Ya no se trata de conectar personas sino objetos, multiplicando exponencialmente entonces los dispositivos a conectar. La adopción de 5G llevará más tiempo que el requerido en su momento por 3G o 4G. La pregunta no es si sucederá sino cuándo o cuán rápido. Pero en la extensión de estos tiempos estará la esencia del contrapunto entre CTO y CFO de los operadores. El mercado no está para repetir el viejo axioma: “Build it and they will come”.

Madurando los pagos móviles

Pagos móvilesEn momentos en que el Banco Central apura la adopción de los pagos electrónicos, incluyendo el uso de celulares, los usuarios o público en general son permeables a su adopción. Un 30% de los usuarios de smartphones está dispuesto a usar el celular como medio de pago tan pronto como esté disponible, mientras que un 49% lo haría luego de esperar a que se masifique. Esto surge del informe “Usuario de smartphones 2016” publicado por Carrier y Asociados.
La intención de uso en general crece en la medida en que lo hace el nivel socioeconómico, al tiempo que la adopción inmediata sería más alta entre hombres que mujeres. En cuanto a los usos más atractivos para los pagos móviles, figuran en primer lugar comercios (77%), locales gastronómicos (72%) y transporte público (71%). Taxis y remises (60%) siguen en el cuarto lugar, un poco más lejos, pero considerando que se trata de servicios menos masivos que los anteriores, la adopción en estos casos sería más alta. Idéntica situación se da en el caso de estacionamientos y peajes (59%).
 
Usos atractivos para pagos móviles
 
Los usos mencionados indican que en la mente de los usuarios se abre la posibilidad no sólo de complementar sino también de sustituir medios de pago existentes. Mientras que en comercios y locales gastronómicos suele estar disponible la alternativa de tarjetas de débito y crédito, en los casos de transporte público en las grandes ciudades hay medios de pago específicos, como la tarjeta SUBE en el AMBA. Algo similar ocurre con los peajes, aunque su uso está menos difundido salvo entre los “viajeros frecuentes”. Distinto es el caso de estacionamientos, taxis y remises. En estos últimos no llama entonces la atención que, en el caso de Uber, uno de los beneficios esgrimidos por la empresa y por sus usuarios es el pago electrónico. Un llamado a la modernización que a veces, por hábito o por motivos económicos y fiscales, no se quiere oír.
Con este escenario, el 2017 se presenta como el año del despegue de los pagos móviles en Argentina, un país donde la disposición a su adopción se presenta mayor entre los usuarios que entre la oferta, todavía incipiente.

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