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Cumpliendo 17

En el día de hoy, el 14 de junio, se cumplen 17 años desde la primera edición de Comentarios. Como todo aniversario, es un buen momento para mirar hacia atrás y también hacia adelante.

Los inicios de Comentarios fueron en tiempos difíciles. No sólo por la obviedad de lo que significaba la crisis del default en 2002, sino también porque el contraste era aún mayor para una industria tecnológica global que había crecido hasta hacer estallar la burbuja. El sector tecnológico local acusaba entonces un doble impacto causado por un factor interno y otro externo. Eran tiempos de necesidad de catarsis, tanto de quien escribía como de quienes leían. Y fue así como poco a poco Comentarios comenzó a ganarse un lugar, muy segmentado, dentro del universo de publicaciones locales que cubren la temática tecnológica.

 

Prólogo de la primera edición de Comentarios, el 14 de junio de 2002

 

Desde sus inicios, se apuntó a presentar información con un agregado de opinión. La idea era que la información pura es (o debería ser) similar de un medio a otro. La opinión, no. Y así, buscaba su diferenciación. Más allá del concepto que se tenga respecto de esa opinión, no hay dudas de que es un rasgo característico que se mantuvo a lo largo de estos años. Así como la información original de nuestros propios estudios.

 En términos tecnológicos, 17 años no es una vida. Son varias generaciones. Eran tiempos donde Internet era todavía predominantemente dial up y, por impacto de la crisis, favorecía la expansión de los proveedores “free”. La banda ancha recién comenzaba a ofrecerse y era sólo fija, pero un abono de 256 Kbps costaba US$ 120 de aquellos tiempos (US$ 170 dólares a valor actual considerando la inflación en esa moneda). Hoy se puede tener (según la ubicación), 200 Mbps vía fibra óptica a US$ 38 y servicio 4G por US$ 6,5 mensuales. Este abaratamiento que acompañó una mejora del servicio produjo una masificación en el acceso a la infraestructura que fue vital para determinar qué hacemos hoy en Internet y qué haremos en el futuro.

En materia de celulares, había apenas algo más de 6 millones de líneas, que equivalen a 1/10 de la cantidad actual. No había Internet móvil, ni smartphones, ni apps. Y mucho menos se hablaba de miles y miles de dispositivos conectados por km² como se hace hoy con el incipiente 5G. El servicio móvil pasó de ser uno bastante acotado y elitista a ser uno decididamente masivo. Quizás el más.

Google existía como buscador, pero todavía no era una empresa que cotizara en bolsa. YouTube no era siquiera un proyecto, por lo que no había videos de gatitos. No se pensaba que algún día dejaría cuantiosos datos personales en redes como Facebook, cuyo manejo fue en el mejor de los casos laxo. Todavía no habían estallado los SMS como para pensar en un Whatsapp. El celular era para hablar y punto. Instagram y Twitter hubieran sido muy difíciles de explicar en ese entonces. El paisaje de Internet era radicalmente distinto. Quedaba todavía una esperanza de un mundo interconectado mejor y no el temor por otro con odios y mentiras a gran escala de rápida difusión. Interactuar con las voz con algún dispositivo era digno de historias de ciencia ficción.

La PC estaba en el centro de la vida conectada, sin la sombra del smartphone. Eran tiempos en que se estaba produciendo la revolución de las portátiles, que llegarían años después (en el 2010) a ser el formato más vendido. Hoy a nivel global se vende casi el séxtuple de smartphones (1.400 M) que de PC (260 M) evidenciando claramente cuál es el dispositivo central en la conectividad de las personas.

Desde una perspectiva país, las distintas políticas a pesar de dejar que desear en varios casos, no alcanzaron para detener un crecimiento (en líneas móviles, conexiones de banda ancha, capacidad de las mismas, acceso a dispositivos) que quizás podría haber sido más acelerado, pero claramente era irrefrenable. Así y todo, la política siempre se ve tentada a mostrar estos avances como méritos propios y no de la dinámica del sector.

En todos estos años hubo decisiones (u omisiones) que claramente atentaron contra un mayor desarrollo. Se vio en los niveles de competencia, con servicios impedidos según el origen del actor o al no habilitar recursos técnicos (frecuencias, apertura de cielos, facilitación de despliegues) que hubieran impreso un mayor dinamismo al sector. Incluso cuando se quiso controlar o reducir la relevancia de distintos actores se optó por el camino normativo, de difícil aplicación y no el de la competencia (equilibrada) que hubiera sido más eficaz y no hubiera postergado una competencia más intensa por casi una década. Pero cómo será la dinámica del sector que hoy, en un país en recesión y luego de una fuerte devaluación, todavía se sigue avanzando, desplegando fibra, lanzando nuevos productos de TV, mejorando la capacidad y cobertura de las redes, tanto fijas como móviles. Si la economía hubiera sido normal (ni siquiera buena), el sector tendría actualmente un enorme dinamismo.

Así estamos hoy. En un escenario donde la conectividad a Internet se convirtió en un servicio esencial, tal como lo demuestra su adopción masiva. Y si bien el sector tiene una dinámica propia, lo que se haga o deje de hacer desde el Estado incidirá en la velocidad de los despliegues y en la accesibilidad de los productos y servicios tecnológicos. Todavía queda mucho terreno por avanzar. El desafío continúa y allí estará Comentarios haciendo su aporte.

Un país 4G

Luego de 4 años desde su lanzamiento, la tecnología 4G se ha vuelto dominante en el mercado local. Actualmente, 2 de cada 3 residentes en Argentina utiliza un smartphone 4G. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2019” elaborado por Carrier y Asociados.

Esta rápida penetración es consecuencia de un crecimiento exponencial de la oferta de equipos 4G que se produjo a partir del 2015, luego de la habilitación del espectro para esta tecnología sobre el cierre del 2014. En ese entonces, los equipos 4G pasaron en un año de ser el 9% al 61% del total de equipos vendidos en el país. Y ya para el 2017, más del 99% de los equipos fueron 4G.

 

 

En cuanto a los cálculos de penetración, si bien en la industria se tiende a tomar como base la cantidad total de líneas, no suele arrojar un indicador muy relevante. Esto se debe a que las cifras de líneas totales (que en Argentina son 59 M para una población de 44M) incluyen muchas en desuso aunque en servicio, resultando entonces un indicador que distorsiona el análisis. Por lo tanto, resulta mucho más relevante tomar como base la población total del país. Es justamente calculando la penetración sobre una población de 44 M de habitantes que las 29 M de líneas 4G equivalen a una penetración del 66%.

Gargantúa fiscal

Esta semana, a través del decreto 332/2019, el Gobierno quintuplicó (subiendo de 0,5% a 2,5%) la tasa de estadística, un derecho sobre las importaciones de productos. La suba comenzó a regir desde el martes 7 de mayo y tendrá vigencia (en principio) hasta el 31 de diciembre. La medida impacta, entre otros sectores, a la industria tecnológica, muy dependiente del ingreso de hardware desde el exterior.

En teoría, la tasa de estadística se creó “con el fin de contribuir al financiamiento de las actividades aduaneras vinculadas con la registración, cómputo y sistematización de la información de importación y exportación y contar con las estadísticas de comercio exterior en forma ágil y rápida”. Está claro que 2,5% (o la quintuplicación de la tasa) sobre el valor del producto ingresado excede en mucho lo necesario para financiar actividades estadísticas llevadas adelante por la Aduana y otros organismos. Por lo tanto, es evidente que el objetivo de la medida no es otro que contribuir a cubrir el agujero en las cuentas fiscales, lo que lleva al gobierno a subir la presión impositiva a límites insospechados. Algo que, con sinceridad, reconocen en los considerandos del decreto donde se afirma que “el Gobierno Nacional se ha propuesto equilibrar las cuentas públicas y eliminar el déficit primario a partir del año 2019”, agregando luego que “en ese contexto, es necesario incrementar transitoriamente la alícuota de la tasa de estadística”.

 

 

Se trata de una medida que tendrá un impacto directo sobre el precio final de los productos ingresados al país, aunque no todos. La medida no impactará a los celulares y otros electrónicos ensamblados en Tierra del Fuego ya que la ley que creó el régimen exentó de la tasa de estadística a los fabricantes radicados en la isla. Por lo tanto, los kits que se importan no se ven alcanzados por el tributo. No obstante, sí lo hacen con los celulares importados, lo que encarecerá aún más al iPhone, entre otros. De este modo, aumenta la ventaja de costos entre los ensamblados localmente frente a los ingresados desde el exterior.

Habrá que ver si esta medida no será cuestionada por la OMC (Organización Mundial de Comercio), organismo que ya a fines de los 90 obligó a bajar la tasa de estadística del 10% al 3% y más tarde al 0,5% por una demanda presentada por los EE.UU. por considerarla un arancel encubierto. Este antecedente será quizás el principal argumento para que, llegado el 31/12, la tasa no se mantenga en el nuevo porcentaje. Argentina tiene un triste historial de tributos transitorios que luego se convirtieron en permanentes. Es de esperar que se ponga en adelante más énfasis en reducir el gasto público que en seguir presionando con el torniquete fiscal.

Nueva Corea

A pesar de la buena cantidad de marcas de smartphone que incursionaron en el mercado argentino en los últimos años, hay una que tiene un gran dominio de la situación: Samsung. Tal es así que prácticamente la mitad de los smartphones en uso en Argentina son de la marca surcoreana. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2019” elaborado por Carrier y Asociados.

Luego de destronar al otrora “invencible” Nokia en 2011, Samsung acumula 8 años consecutivos al tope de ventas de smartphones en el país, con una brecha respecto del 2º que arrancó en apenas 3 puntos en 2011 para llegar a los 45 puntos en 2017. Tantos años al tope de la participación de mercado con un 2º que iba rotando según las épocas lo ubicaron como líder indiscutido del mercado local, donde tiene una presencia del 47% en términos de parque total de smartphones.

 

 

A lo largo de los últimos años, la pelea por el 2º lugar se fue dando entre Motorola y LG, con un Huawei que aparecía amenazante. Hoy, y luego de lo sucedido el último año, ese segundo lugar parece confirmarse para una pujante Motorola, cuyo volumen de ventas creció un 55% en 2018, un año en el cual todos sus principales rivales retrocedieron, especialmente LG y Huawei que cayeron un 63% cada uno. Y sus reorganizaciones internas, con tercerización de la comercialización de sus productos, no parecen ubicarlas en situación de tener un crecimiento fuerte en el corto plazo.

El dominio del mercado de Samsung se debió a diversas causas. Por un lado, una imagen de marca fuerte, con varios productos insignia en la gama alta a lo largo de los años, lo que incluso le permitió pelearle al iPhone a nivel global. Por el otro, productos competitivos en todas las gamas (y esto es importante ya que la gama alta representa valores de apenas un dígito en las ventas totales) y una muy aceitada distribución que coloca equipos Samsung en prácticamente cualquier canal (operadores, cadenas minoristas y comercios).

En cuanto al futuro, es claro que se viene un escenario distinto. A la recesión de los últimos tiempos se suma un mercado maduro en términos de penetración, que pasó a ser uno mayormente de renovación. Adicionalmente, y a nivel global, la falta de innovación de la industria en general está estirando los tiempos de renovación de los productos. En Argentina, no obstante, Samsung cuenta con la ventaja de que quienes son sus principales competidores a nivel global tienen una presencia en retracción (Huawei), casi nula (Xiaomi) o están descolocados ante el sistema fiscal y arancelario argentino (iPhone). Así, sólo Motorola asoma como un rival de cuidado. Aunque todavía tiene bastante camino por recorrer en términos de participación de mercado para poder hacerle sombra.

Sale Intel, entra Qualcomm

La semana pasada se produjo un enroque en los proveedores de módems para 5G de Apple que no sólo significó una inusual capitulación del gigante de los smartphones sino que también sirvió para evidenciar, una vez más, que ciertos negocios no son para cualquiera, ni siquiera para los que a priori parecen aptos.

Cuando Apple y Qualcomm estaban a punto de “irse a las manos” (esto es, enfrentarse en los estrados judiciales) por una disputa sobre patentes y regalías, ambas empresas fumaron la pipa de la paz. Apple terminó haciendo concesiones que hubieran sido impensadas semanas atrás.

En la resignación de Apple mucho pesaron sus problemas para disponer de módems 5G para su iPhone para el año próximo, en momentos en que sus principales competidores a nivel global, la surcoreana Samsung y la china Huawei ya disponen de equipos que trabajan con esta tecnología. Al no estar Intel en condiciones de proveer el módem en el volumen y velocidad requerida, proveedores alternativos como Samsung o TSMC no tenían la capacidad suficiente como para dar abasto con la demanda adicional que significaría proveer a Apple. Por otra parte, Qualcomm no era una opción mientras se mantuviera la disputa por patentes y regalías que signaron los últimos tiempos. Y su propio diseño no estaría sino hasta 2021. Apple no podía darse el lujo de quedar rezagado tanto tiempo, no tanto por una cuestión técnica (las redes 5G para móviles son apenas incipientes) como por una cuestión de imagen.

Este escenario le permitió a Qualcomm torcer el brazo de Apple y llegar a un acuerdo para dejar sus disputas legales de lado. Para llegar a esta reconciliación, Apple tuvo que dar de baja sus reclamos, efectuar un pago (no precisado) a Qualcomm y comprometerse a comprarle chips que lo convierten en un proveedor clave.

Luego del anuncio del acuerdo entre Apple y Qualcomm, Intel comunicó que se retira del desarrollo de 5G para smartphones para enfocarse en el 5G para PC, servidores (datacenters) y IoT. ¿Casualidad? Para nada. A pesar de contar con el aval de Apple, Intel nunca pudo afianzarse en las comunicaciones móviles, una situación muy diferente a la que tiene en otros ámbitos.

El mercado bursátil dio su veredicto. La acción de Qualcomm subió un 20%, mientras que la de Intel llegó a su máximo en 19 años (desde la burbuja dotcom). El primero porque no sólo despejó las dudas que la disputa con Apple podría generar, sino también porque recuperó una cuenta muy importante, especialmente cuando los mayores fabricantes de smartphones, Samsung y Huawei, utilizan sus propios módems. Con Apple como cliente, Qualcomm tiene ahora todo para convertirse en el principal proveedor de módems 5G de la industria. El segundo, porque abandonó un negocio que evidentemente no le cerraba totalmente para enfocarse en lo que mejor sabe hacer. Por su parte, la acción de Apple se mantuvo estable, evitando una situación que podría haber sido muy negativa.

En definitiva, Apple evita quedar descolocado ante la incipiente ola de 5G en el mundo y Qualcomm gana un cliente que está en la pelea entre los principales fabricantes de smartphones. Apple y Qualcomm estaban predestinados a un destino común, al menos mientras Apple no decida comenzar a diseñar sus propios módems, como hizo con los procesadores.

El jardín amurallado del paraíso

Esta semana Apple realizó anuncios relevantes. No se trató del clásico lanzamiento de un nuevo hardware, donde el iPhone es el que concentra la mayor atención. Esta vez fue el lanzamiento de una serie de servicios que incluyeron uno de video OTT (Apple TV+), otro de noticias (Apple News Plus), otro de juegos (Apple Arcade) y hasta una tarjeta de crédito (Apple Card). Un claro signo que cómo está cambiando el negocio y por lo tanto, cómo intentan adaptarse a esta nueva realidad.

Es sabido que las ventas globales de smartphones conocieron durante el 2018 el primer bajón de su historia y que probablemente este año la situación sea similar. Adicionalmente, en este escenario Apple perdió participación de mercado y fue superado por Huawei al tiempo que ya siente la amenaza de otros fabricantes chinos. Como ambas situaciones eran previsibles, Apple empezó a diseñar nuevas formas de ingresos que no sólo compensen (aunque sea parcialmente) la caída de las ventas del hardware sino que también se apalanquen en una base instalada que es de 900 millones sólo en usuarios de iPhone. La decisión fue entonces apostar más fuerte a los servicios, que no son novedad para la empresa ya que representaron el 15% de los ingresos de la empresa durante 2018.

Lo que más atención captó por parte de los medios fue Apple TV+, un servicio de video por suscripción que no sólo agregará contenidos de terceros sino que incluirá un catálogo propio. De esta forma, se meterá en un ring donde ya pelean pesos pesados como Netflix o HBO, entre otros. En una acertada decisión, el servicio no estará sólo disponible para usuarios de hardware Apple sino que será a través de una app en distintas plataformas. Sin embargo, particularmente en lo que hace al catálogo propio, el camino será empinado. Apple anunció que prevé invertir entre US$ 1 y 2 millardos (miles de millones), una cifra importante pero escuálida ante los US$ 15 millardos que Netflix planea invertir este año. Y como agregador de contenidos, competirá con otros, especialmente los actuales actores de la TV paga, que hacen exactamente eso. En concreto pasamos de años de rumores de una Smart TV con el logo de la manzana a un servicio que de innovador no tiene nada, más allá de la calidad que pueda exhibir cuando se lance hacia fin de año. Pero claro, tiene su marca y eso tiene su peso. Especialmente sobre su base de 900 millones de usuarios de iPhone alrededor del mundo.

Por el lado de Arcade, algo que muchos bautizaron como el “Netflix de los juegos” y que no es otra cosa que un anuncio más, como ya lo hicieron Google y Microsoft, de ofrecer una plataforma de videojuegos por suscripción. Como siempre prometen algo distinto. Difícilmente atraigan a los gamers hard core, pero puede ser una alternativa viable para los jugadores más ocasionales así como un semillero para los hijos o nietos de los actuales usuarios de iPhone y iPad.

La apuesta por News+ es quizás la más dudosa. Se trata de un servicio de suscripción que permite leer más de 300 revistas y periódicos (inicialmente de EE.UU. y Canadá) por un abono de US$ 9,99 mensuales que incluye la posibilidad de compartir con la familia. Una bicoca comparado con lo que costaría cada suscripción individualmente. Esto puede ser muy bueno para los usuarios pero habrá que ver qué piensan los proveedores de contenidos, quienes van a cobrar en función de participación que cada uno de éstos tengan en el consumo de sus usuarios. Así las cosas, sería un promedio de US$ 0,03 mensuales por lector para la editorial (sin descontar la proporción que se quede la propia Apple). No parece muy viable, especialmente para aquellos medios que no sean populares.

Lo más interesante fue el anuncio de su tarjeta de crédito, la Apple Card, que no es otra cosa que una Mastercard emitida por Morgan Stanley bajo la marca Apple. Con esta tarjeta, la empresa apunta a competir directamente con los bancos con una tarjeta sin gastos, que devolverá 2% en compras realizadas vía Apple Pay (el sistema de pagos de la empresa) y 3% en productos y servicios de Apple. Más allá de los beneficios ofrecidos (interesantes pero no clave, más parecidos a los de una tarjeta de fidelización) es notable cómo apuntan a reducir a los bancos al rol de proveedores de infraestructura, reeditando lo que sucede en las telecomunicaciones con operadores de red y servicios OTT. De hecho se asocian con Morgan Stanley que está comenzando a operar como banco minorista y que por lo tanto no tiene una “herencia” de sucursales y estructura detrás.

En momentos en que cada vez más el presente y futuro de los servicios y contenidos pertenece a quien controla la relación con el consumidor, Apple apuesta a esto a través de la popularidad de sus dispositivos en mercados de alto consumo. Y lo hace con la estrategia de siempre: ofrecer un paraíso amurallado donde sus clientes se encuentran a gusto y cuidados pero donde, idealmente, sólo accederán a lo que su cancerbero les permite. Son opciones, tanto para Apple como para sus leales usuarios. Dentro de esta estrategia válida y que viene dándole resultados, la gran incógnita es si no se está diversificando demasiado, abriendo múltiples frentes simultáneamente. El tiempo dirá.

El albor una nueva era

Algo que dejó la última edición del MWC fue la sensación de que la industria móvil está ingresando en un momento bisagra, en el que las redes (y el negocio) móvil se funden con las fijas para dar lugar a una única infraestructura compuesta por ambas tecnologías, donde la fija es la red clave, pero invisible, y la móvil es la que permite la flexibilidad de los últimos metros de la red. Es con 5G que la interrelación entre red fija y red móvil se hace más evidente que nunca. Las capacidades similares entre redes 5G y de fibra (en términos de ancho de banda y latencia) hace que estemos en presencia, ahora sí, del inicio de la verdadera convergencia de redes, donde las dos son fundamentales en una experiencia única/homogénea. De allí los enormes desafíos que la tecnología 5G encierra.

Una de las pruebas de que la industria móvil se encuentra en pleno proceso de cambio estuvo dado por las novedades en materia de terminales móviles. Se destacaron los equipos con pantallas plegables de Samsung y Huawei (que estuvieron en exhibición pero no se los pudo manipular). No obstante, más allá de la proeza técnica, destacable por cierto, son inevitables las dudas respecto de si será esta innovación la que logre dar un impulso a las estancadas ventas de smartphones que tanto preocupan a sus fabricantes. No parece aún que sea el caso.

Es que los smartphones, todavía en el centro del ecosistema, pierden atractivo, el ciclo de recambio se estira y se presta más atención a otros dispositivos conectables. Bienvenidos al mundo del IoT. Un nuevo ecosistema que podría tener como dispositivo central en el hogar no ya al smartphone sino a los parlantes inteligentes (tipo Amazon Echo). La idea no es sólo la inicial, controlar determinados dispositivos en el hogar, sino también interactuar con distintos servicios como bancos, servicios públicos, dando lugar a un nuevo canal. Estos equipos no están sólo disponibles por parte de empresas como Amazon, Apple o Google, sino que se comienzan a sumar operadores como Telefónica (que ya ofrece Movistar Home como interfaz con sus servicios de TV y telecomunicaciones) y otros.

Por supuesto, hay muchísima expectativa puesta en el 5G, que estuvo presente en todos lados en el MWC (en la exposición y en las charlas), menos en la calle. Lo fabricantes, como no podía ser de otra forma ya que se trata de lo nuevo para vender, se mostraron como los más entusiastas. Los operadores exhibieron distintos casos de uso, buscando demostrar que están con las últimas tendencias, pero simultáneamente se mostraron cautelosos. Es que el despliegue de 5G requiere de un esfuerzo financiero y técnico importante (nuevo equipamiento, omnipresencia de la fibra, mayor densidad de antenas) pero el retorno no aparece aún como lo suficientemente atractivo. Y a esto se suma la falta de terminales aptos, como se argumentó con la postergación de lanzamientos de 5G en Corea del Sur, uno de los líderes en la materia. Por su parte, los países europeos no ven lanzamientos en serie sino hasta 2020. Una situación en la cual el “affaire” Huawei tampoco ayuda.

El caso Huawei pasó de ser un chicaneo en la competencia política y comercial entre EE.UU. y China para convertirse en una preocupación para la industria móvil debido a los retrasos que podría significar en el despliegue de 5G. La esencia del problema en la transición hacia 5G es que las redes se montan sobre la infraestructura 4G existente. Así, para quienes tienen hoy equipamiento de Huawei, verse forzados a tener que escoger un proveedor distinto para 5G como resultado del algún tipo de prohibición o traba es prácticamente inviable, ya que deberían también cambiar parte del equipamiento 4G actual. Como Huawei tiene una presencia muy importante en las redes europeas, son los operadores de estos países los más preocupados por la situación. Es por esto que tanto la GSMA como algunos gobiernos (caso Alemania) se manifiestan a favor de definir criterios objetivos de verificación de la seguridad de los equipos de redes. El mensaje es: “no me corras con sospechas, dame datos ciertos”. Como se ve, es mucho más que un tema de posible espionaje.

El tema de Huawei significó también un impulso a las redes abiertas, fomentadas desde Open RAN, que propicia la utilización de equipos interoperables que reduzcan la dependencia de un proveedor en particular. Se trata de un proceso similar al que atravesó la informática hace 25 años cuando abandonó los modelos propietarios para pasar a estándares abiertos. Con equipamiento abierto e interoperable, situaciones como el bloqueo a un proveedor en particular no sería el dolor de cabeza que significa hoy.

También hubo muchas aplicaciones de lo que se da por llamar Inteligencia Artificial (AI), que en realidad tiene mucho más de machine learning y de inteligencia cognitiva, pero que está presente en todo: desde software, dispositivos y hasta la misma red. Sin dudas, un tema que será cada vez más recurrente.

La industria móvil comienza a adentrarse en un terreno tan desconocido como fascinante. Pero el camino inicial no será sencillo.

La movilidad del e-commerce

El comercio electrónico forma parte de las actividades habituales de los usuarios de Internet en Argentina, con un 70% que alguna vez compró online y un 54% que lo hizo en el último mes. Lo que está cambiando es el mix de dispositivos utilizado para hacer esas compras.
La PC sigue reinando, con un 90% de los usuarios que la utilizan para sus compras. La ventaja de la PC es que generalmente se la utiliza en situaciones más relajadas (todavía mucha gente siente ansiedad al realizar una operación electrónica) y tiene el plus de una pantalla de mayor tamaño que permite ver mejor qué se va a comprar así como toda la información disponible.
No obstante, y de la mano de la masificación de los smartphones (que ya orillan los 30 millones de unidades en uso en Argentina), son cada vez más quienes compran desde el celular. De hecho un 53% de los usuarios argentinos de Internet hizo una compra desde el celular en los últimos 30 días, casi el doble de lo hallado un año atrás.

Si se analizan los datos desde una perspectiva generacional, resulta notable como crece el uso del celular para las compras electrónicas en la medida en que más joven es el usuario. Así, 3 de cada 4 centennials (menores de 25 años) que hace compras electrónicas realizó algunas desde el celular, frente a tan solo el 17% de los baby boomers (de 55 años o más).
Por otra parte, la PC como dispositivo para compras electrónicas tiene una tasa de uso similar en todos los segmentos etarios, con excepción de los centennials, quienes las usan en menor medida que el resto, algo que ocurre no sólo para las compras. Un indicador más de que el mundo que viene será cada vez más móvil.

Renovación móvil

A pesar de que el actual no será un buen año para la venta de celulares (ver “Devaluados”) en el 2º semestre de 2017 y el 1º de este año casi la mitad (46%) de los usuarios de Internet renovó su smartphone. Esto surge del informe “Tecnología en el hogar – 2018” realizado por Carrier y Asociados. Quienes en mayor medida renovaron su equipo en el último año fueron los millennials (57%), que combinan la actitud por estar actualizados con capacidad económica por estar transitando el inicio de la vida adulta. Estos valores descienden en la medida en que sube la edad.
Si bien este dato contrasta con las ventas locales de los terminales (que representan anualmente casi un cuarto de las líneas en uso efectivo), no puede dejarse de lado que un 12% adquirió su equipo en el exterior, a lo que hay que sumar una proporción indefinida (pero no menor) de equipos ingresados ilegalmente del exterior y que son vendidos por Internet a través de plataformas de ecommerce. El canal exclusivamente online (o sea, sin considerar los sitios de los operadores y de las cadenas de retail) fue utilizado por el 12% de quienes renovaron en el último año. Tanta renovación genera un número no menor de equipos aún funcionales descartados por lo que no sorprende que un 9% de quienes cambiaron de terminal lo hayan hecho por un equipo usado, recibido como regalo o simplemente comprado de segunda mano. El acceso a equipos “a estrenar” crece con el nivel socioeconómico, así como con la calidad del abono. Por otro lado, quienes recibieron equipos nuevos en forma de regalo se ubicaron en los extremos etarios, siendo los centennials y los baby boomers.
En relación con el lugar de compra del equipo, se observa un reacomodamiento en los últimos tiempos. Por un lado, los operadores siguen perdiendo lentamente terreno, habiendo sido elegidos por el 44% en el último año. Inversamente, las cadenas de retail, tanto en sus bocas offline como online, siguen creciendo para llegar al 21%.

Por supuesto, los factores precio y promoción fueron los grandes impulsores de las ventas, aunque los motivos de elección del canal varían según las características de éste. El precio es el más mencionado por quienes compraron online y en el exterior. Por su parte, las promociones, como el 2×1 o de financiación extendida son el argumento fuerte de los operadores. La disponibilidad del modelo buscado motiva las compras online, mientras que a su vez este es el punto flojo de la adquisición vía operador.
De todos modos, lo concreto es que la venta por fuera de los operadores es cada vez más relevante. Habrá que ver si esta situación no se revierte este año, en el que las proyecciones indican que habrá una gran caída del mercado informal, lo que sin duda le dará más relevancia a la venta vía operador así como a las cadenas de retail.

Los OTT se movilizan

Si bien los OTT de video (Netflix, Flow, etc.) se consumen mayormente desde una TV, el smartphone es el dispositivo que más creció, siendo utilizado por más de la mitad de los usuarios de estos servicios. Esto surge del informe “Internet y Consumo Audiovisual – 2018” realizado por Carrier y Asociados.
Las ventas de Smart TV de los últimos tiempos se ve reflejadas en que este es el dispositivo más utilizado para reproducir contenidos de los OTT de video, siendo mencionado por el 69% de los usuarios habituales de estos servicios. Más atrás se ubica la PC (62%).
No obstante, utilizado por el 53%, el smartphone, creció 15 puntos respecto del año anterior, lo que evidencia el rol creciente de los dispositivos móviles en el consumo audiovisual. Esta tendencia es impulsada por los segmentos más jóvenes, ya que el uso de smartphones se da en mayor proporción entre centennials y, en menor medida, millennials. Dentro de los dispositivos personales, adultos y seniors tiene mayor tendencia a utilizar tablets.

Desde la perspectiva de los principales OTT de video, Netflix y Flow muestran un uso muy parejo entre Smart TV, PC y smartphone, mientras que Fox Play y HBO Go tienen más concentración en el Smart TV.

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