Durante la última campaña presidencial estadounidense se destacó el uso de la tecnología por parte del candidato finalmente ganador. Por oposición, se criticó el poco apego de los perdedores hacia ésta. Pero parece que no sólo era falta de apego sino desconocimiento básico. Es que el team perdedor, tratando de recuperar parte del dinero invertido en la campaña, hizo una venta de garage que incluyó, entre tantas otras cosas, a equipos Blackberry utilizados por sólo US$ 20. Inesperadamente, los equipos todavía tenían cientos de mails que iban de septiembre a noviembre, números telefónicos (que incluían celulares privados de políticos y periodistas). Con este nivel de descuido, menos mal que no ganaron.