Panorama telefónico

Desde el punto de vista de las redes de distribución física, mucha atención fue puesta desde el lanzamiento del anteproyecto en el ingreso de las empresas de telecomunicaciones al negocio de la TV paga, suponiendo que esta posibilidad alteraría (para algunos en forma positiva, para otros, negativa) notablemente el status actual. Sin embargo, las cosas no san tan simples ni inmediatas como parecen.
Si las empresas de telecomunicaciones pudieran ya mismo dar servicios de TV paga, el paisaje se mantendría mayormente inalterado por un buen tiempo. Hay que considerar dos aspectos fundamentales. Por un lado, en Argentina la TV por cable es un negocio maduro, con una penetración del 54% del total de hogares según ATVC. Esto implica que si una telco quisiera ingresar a este negocio, tiene dos mercados frente a sí no exentos de complicaciones. Uno sería apuntar al 46% aún no suscripto a ningún servicio de TV. Pero el grueso son segmentos socioeconómicos medio bajos y bajos, con menos recursos disponibles para el servicio y con mayores riesgos de morosidad e incobrabilidad, amén de no estar todos cubiertos por las redes de cable. El otro mercado es el que actualmente está atendido por la TV paga (cable o satélite), con lo que indefectiblemente deberían avanzar a través de una propuesta más interesante desde el punto de vista económico. En otras palabras, guerra de precios de resultado incierto.
Por otra parte, y considerando únicamente a Telecom y Telefónica por ser las empresas de telecomunicaciones con mayor extensión de red, que se les permita dar el servicio no implica que automáticamente todos comencemos a recibir ofertas de servicios de TV de su parte. Esto tiene que ver con temas técnicos.
Para dar servicios de tipo Triple Play a través de las redes de ADSL utilizadas por las telefónicas, se necesitan unos 3 Mb para Internet de banda ancha y 3 Mb por televisor en definición estándar, llegando a 8 Mb para alta definición (HD). A esto hay que sumarle unos módicos 256 Kb para la voz. Y aquí, además de las demandas de ancho de banda, surge también una ventaja que tiene el cable respecto de la TV por ADSL. En su formato analógico, un hogar con dos o más bocas no implica un desembolso adicional importante para el cliente. En cambio, en modelos digitales (como es la TV por ADSL), cada televisor requiere de un decodificador dedicado, así como un ancho de banda adicional por cada uno. De esta forma, la estimación es que para un hogar moderno, se necesitan no menos de 18 Mb (aproximadamente, 3 Mb para Internet, 6 Mb para dos televisores en calidad estándar y 8 Mb para uno en HD, más un poquito para telefonía).
Esta es la razón por la cual meses atrás se lanzaron productos de banda ancha de 20 Mb, como una forma de ir desarrollando y probando el funcionamiento de las redes con esta capacidad. No obstante, es bueno destacar que esta cantidad de Mb no está disponible en toda la red de ADSL por temas técnicos. A medida que un abonado está más alejado de la central, el ancho de banda se va degradando. Es por esto que se estima que el servicio sólo podrá ser recibido por quienes vivan a menos de 2 Km de la central. Por lo tanto, no todos los clientes de las telefónicas podrán demandar servicios de Triple Play, al menos no en lo inmediato.
Es lógica la preocupación de los actuales proveedores de TV paga ante el potencial ingreso de las empresas de telecomunicaciones en su negocio, aunque más no sea como red de distribución (el proyecto en discusión no las habilita automáticamente a dar servicios de TV por sí mismas, sino sólo a transportar para terceros). No obstante, pasará un tiempo antes de que estén en condiciones técnicas de ser un rival de cuidado. Pero más importante aún es que los actuales operadores de TV paga cuentan con un activo fundamental: los clientes reales que hoy  pagan por sus servicios. Esta es la diferencia fundamental con otras experiencias de TV por las redes de telefonía, que se dieron en mercados dónde el negocio de la TV paga era prácticamente inexistente. Estará en la habilidad de los actuales proveedores de TV paga lograr mejorar su oferta y atender bien a sus clientes para que éstos no tengan motivaciones para cambiar.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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