Deconstruyendo a Twitter

Un estudio reciente sobre el uso real de Twitter como plataforma de comunicación echó luz sobre un fenómeno que tiene mucho de mediático pero que sus aplicaciones, al menos por el momento, están lejos de satisfacer tanta manija.
La empresa Pear Analytics realizó un estudio en base a tweets aleatorios tomados cada 30 minutos, clasificándolos dentro de seis categorías. De una muestra de 2.000 tweets, el 40% se encuadró dentro de la categoría pointless babble (parloteo sin sentido), del estilo “esperando el bondi”. En segundo lugar se ubicó la categoría “conversacional”, similares a los mensajes instantáneos, con un 37%. Tercera fue “pass along value” que incluye contenidos que son citados, pero con sólo el 9%. Cuarta fue “autopromoción”, típicamente marketing corporativo (al estilo Walmart), con un 6%. Quinta fue “spam”, que no necesita mayor explicación, con 4%. Y finalmente, “noticias”, como es el caso de La Nación, con apenas otro 4%.
Sin dudas, estos datos hacen pensar que no será fácil lograr monetizar a esta plataforma, más allá de las expectativas puestas en ella por los twitteros. Y si esto no ocurriese, Twitter podría correr la suerte de otros productos/plataformas que parecía que se iban a llevar puesto al mundo y después no pasó nada (caso Second Life).
A esto, se suman dos factores más que pueden influir negativamente en su devenir. Uno es la sobreabundancia de plataformas de mensajería (mail, SMS, mensajería instantánea, Facebook, etc.) que si bien cada una tiene sus ventajas, con tanta atomización pierden fuerza. El otro es que, de lo que se observa en Twitter y sin hacer un relevamiento serio (hecha la aclaración), la mayoría de las personas que están en Twitter son adultos, generacionalmente perteneciente a lo que se conoce como “inmigrantes digitales adaptados” (para más detalles sobre esta clasificación, “pinche” aquí, como dirían en la madre patria). Pero se ve poco nativo. Y si los nativos no se enganchan…

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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