Terra ignota

El comienzo del año también marcó el ingreso de Google al negocio de la movilidad, no ya con su sistema operativo Android, sino lisa y llanamente con un equipo de concepción propia, aunque fabricado por HTC. Se trata del Nexus One, un dispositivo que parece haber recibido una cobertura mediática que no se vio reflejada en las ventas.
Por las características del terminal y por el hito marcado en su momento, la comparación con iPhone es inevitable. Más allá de las similitudes y diferencias técnicas (ampliamente cubiertas en distintos medios), hay un conjunto de aspectos que marcan la diferencia. Mientras Apple innovó en cuanto al producto, tuvo una actitud superconservadora en cuanto a la comercialización, atando las ventas de su equipo al contrato con un único operador (inicialmente), desincentivando el uso de equipos desbloqueados. A la inversa, Google mostró poca innovación en el equipo (de hecho tiene muchísimas similitudes con el iPhone), pero quiso dejar su marca en la comercialización, vendiendo en forma directa desde su sitio, aún en los casos en que el equipo incluya la línea (y el subsidio) del operador T-Mobile. De hecho, desde el sitio del operador remiten al del Nexus One para información y adquisición.
Esta política comercial apunta al comprador que se siente cómodo online (lo cual no debería ser raro en el caso de un interesado en este equipo), pero priva del empuje de marketing que si tuvo el iPhone a través de AT&T, en los EE.UU., y de otros operadores en los demás países donde se comercializa (publicidad, disponibilidad en tiendas, etc.).
A esto se suma que Google aún no cuenta con una cultura y estructura de soporte para este tipo de productos. Acostumbrados a los servicios gratuitos y al soporte únicamente online, la situación es muy distinta en el caso de un equipo que liberado tiene un precio de US$ 529. Y por lo tanto, los naturales reclamos y necesidades de ayuda no se vieron satisfechos de la misma forma en que sucede con otros productos en la misma categoría, tal cual lo consigna el New York Times en su artículo “Hey Google, Anybody Home?” algo así como “hay alguien en casa Google”.
Nadie duda de la capacidad y poder de Google para incursionar en nuevos negocios, pero sin dudas deberá pagar un derecho de piso por querer hacer las cosas a su manera en mercados que no le son tradicionales. Se trata de un camino no exento de espinas.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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