Señal de alarma

En el negocio de las aplicaciones para celulares las aguas están divididas entre apostar a los app stores (o tiendas de aplicaciones) del fabricante del hardware y quienes prefieren mantener su independencia de éste. Los que están a favor destacan la generación de demanda de éstas, mientras que quienes están en contra aducen la falta de libertad para desarrollar las aplicaciones que crean más convenientes y atractivas.
Esta semana Apple le dio la razón a estos últimos, ya que informó a través del sitio para desarrolladores del iPhone que permitirá que terceros ofrezcan aplicaciones que brinden información en función de la ubicación, tales como clima, comercios cercanos, cajeros automáticos y otros. Pero advirtió que no aceptará aplicaciones que permitan a anunciantes ofrecer publicidades basadas en la ubicación.
La decisión parecería sugerir que Apple quiere poner un límite a Google en el terreno de la publicidad móvil. Vale recordar que recientemente la primera compró Quattro Wireless, una empresa que dispone de distintas alternativas para publicidad móvil. Y al parecer, Apple estaría por ingresar a este territorio para competir directamente con Google.
Si bien esto no es llamativo ya que entra dentro de la lógica de los negocios, la decisión de Apple implica un replanteo de las bondades de los appstores: quedar en manos del dueño de la tienda.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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