Justo en la semana en que un representante de 3G Americas se reunió con un grupo de analistas y expresó su inquietud por las demoras en las nuevas asignaciones de espectro necesarias para atender las mayores demandas de los usuarios móviles, éste apareció. Fue porque el Secretario de Comunicaciones, paradójicamente famoso por sus silencios o sus pocas frases de compromiso, anunció que antes de fin de año se subastarán frecuencias, algo que no sucedía en el país desde 1999. Se trata de los 37,5 Mhz que devolvió Telefónica Móviles como consecuencia de su fusión con Movicom en el 2004, a los que se suman otros 90 Mhz en nuevas bandas, actualmente destinadas a servicios fijos de telecomunicaciones.
El anuncio se produjo en el marco de las jornadas denominadas “La Revolución Móvil”, organizadas por el Grupo Convergencia. El funcionario, como primer orador de la jornada, se anticipó así a los reclamos que se esperaban por parte de operadores durante las jornadas, justamente por las limitaciones que enfrentan. Se trata de una buena noticia en momentos en que la demanda por capacidad crece aceleradamente, no tanto ya por la incorporación de nuevos usuarios, sino por el crecimiento del tráfico de datos, impulsado tanto por smartphones como por módems de banda ancha móvil.
Lo que no aclaró el funcionario es quiénes podrán participar de la subasta o, para verlo de otra forma, si habrá quién esté impedido de hacerlo. A las tres operadoras tradicionales (Claro, Movistar y Personal) habría que sumar el interés de Nextel y las cooperativas.
Nextel ya comenzó en otros países de la región a ampliar sus servicios a tecnologías 3G. Y justamente esta semana anunció que desistía de la compra de Movilink, debido a las demoras en la aprobación de esta operación, anunciada en el 2007, por parte de las autoridades. Se trata de la segunda operación cancelada por la inacción regulatoria, luego de que la misma Nextel desistiera tiempo atrás de comprar a la local Velocom. Igualmente, para ser justos, en este último caso influyó que Velocom tenía frecuencias y equipamiento para usar Wimax, tecnología que lentamente parece estar perdiendo el interés de los operadores.
Las cooperativas telefónicas del interior del país tampoco deberían ser descartadas, ya que por años reclamaron espectro para poder dar servicios móviles. A pesar de las promesas, éste no llegó en el tiempo adecuado, por lo que finalmente comenzaron a operar bajo la marca “Nuestro”, en un modelo de operador virtual, utilizando la infraestructura de Personal.
En línea con el ingreso o no de nuevos actores, tampoco aclaró el funcionario si, ante la disponibilidad de espectro, se subirán los límites (o caps) que cada uno puede tener, o si serán los mismos que rigen hasta ahora.
Más allá de los mencionados, no habría que ser demasiado optimista respecto del ingreso de nuevos operadores, ya que en un mercado maduro como el argentino, comenzar a dar servicio desde cero, con una red nueva, no parece económicamente muy viable.
Para el gobierno, más allá de mostrar cierta iniciativa perdida en temas de telecomunicaciones, la medida será positiva porque le permitiría generar ingresos, especialmente en momentos en que se hace difícil conseguir financiación por fuera de los recursos impositivos y previsionales. Y encima, el año que viene hay elecciones presidenciales…