Es difícil ser polifuncional

Dicen que cuando se está en la cima, el único camino que queda es descendente. Esta es quizás la situación de Nokia, líder absoluto en el mercado mundial de celulares desde hace varios años, a quien las buenas noticias no vienen acompañando últimamente. Esta semana advirtió a los inversores que sus ganancias serán menores a las previstas. Según la empresa, hay dos factores que inciden para que esto sea así: un aumento de la competencia y un euro más débil.
No tiene sentido analizar el segundo factor, ya que no depende de Nokia. Pero en el rubro competencia la situación reclama algún tipo de replanteo estratégico que le permita seguir mostrando buenos resultados. Esto es así ya que la empresa es víctima del efecto pinza: presión en la parte alta del mercado por parte de los fabricantes de smartphones (Apple, Blackberry y ahora los seguidores de Android) y en la parte baja, los equipos simples y baratos, por parte de los fabricantes asiáticos que apuntan a mercados de alto volumen y bajos márgenes.
Más allá de que tanta diversidad de mercados objetivos (y en consecuencia de productos) resta foco, también hay un tema puramente marketinero.  No se puede ser BMW y Tata al mismo tiempo. Así como los italianos nunca mezclaron Ferrari con Fiat, siendo que ambos son productos de la misma empresa. Quizás, Nokia deba aprender de la industria automotriz: se puede atender distintos segmentos de mercado, pero no bajo un mismo nombre.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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