Dimensionando Twitter

Para quienes trabajan analizando mercados tecnológicos, los fenómenos como lo fue en su momento Facebook o es ahora Twitter son fascinantes pero a la vez desafiantes, especialmente cuando se intentan cuantificarlos. La viralidad de las aplicaciones en Internet resulta en tasas de crecimiento altísimas, que hace que cifras que tengan varios meses perezcan aceleradamente. A su vez, tener una cuenta en Twitter no significa “tuitear”, por lo que es complicado saber si ese usuario participa de la red, aunque sea pasivamente, sólo para leer lo que publican sus seguidos.
Un par de meses atrás, nuestra estimación en base a proyecciones a encuestas, nos daba que había en el país unos 375 mil tuiteros, si bien, basándonos en lo que sucede en otras partes del mundo, la cantidad de éstos que participan regularmente de la red era aproximadamente la mitad. Estos datos surgen del informe “Usuario online argentino 2010”, realizado por Carrier y Asociados.
No obstante, estas cifras eran incontrastables ante la falta de otras referencias. Afortunadamente, esta semana el diario Clarín publicó cifras de Comscore según las cuales habría 400 mil usuarios de Twitter en Argentina. Más allá de las diferencias (por metodologías, errores estadísticos y momentos), ambos valores sirven para tener un orden de magnitud.
Una forma de evaluar que las magnitudes mencionadas sean razonables es viendo la cantidad de followers de algunas figuras populares. Por ejemplo, Susana Giménez tiene casi 130 mil seguidores y el periodista deportivo Germán Paoloski suma 117 mil. En ambos casos, y considerando las cifras totales ya mencionadas, equivaldrían a que 1 de cada 3 a 4 tuiteros los sigue. Nada mal, aun considerando que seguramente tienen también seguidores de otros países.
Lo interesante de los datos de Comscore es que afirman que diariamente se suman 2.000 argentinos a Twitter. De ser así y manteniéndose en el tiempo, llegaríamos a fin de año a unos 700 mil usuarios. Pero si consideramos el efecto de red, no sería descabellado pensar en valores más próximos al millón de usuarios.
Más allá de las cifras en sí, lo que sin dudas ocurre es que al masificarse, la fisonomía de Twitter está cambiando. Las figuras tuiteras de la primera hora hoy se diluyen en un mar de usuarios que evidentemente prefieren seguir a quienes son figuras también fuera de la red. En línea con esto, Twitter está perdiendo gran parte de la interactividad entre usuarios (la cual se mantendrá entre ciertos grupos afines) para convertirse en una red más de tipo broadcasting, con grandes figuras hablándole a “su” público. O sea, pasar de ser tan horizontal a ser marcadamente más vertical. O visto de otra forma, convertirse más en una plataforma de discurso que de diálogo.
Si esto es mejor o peor, es algo subjetivo. De lo que no hay dudas es que es diferente.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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