La fruta prohibida

Esta semana RIM presentó su nuevo terminal estrella, el Blackberry 9800. Sin embargo el lanzamiento se vio eclipsado por el anuncio del regulador de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) por el cual ordenó a los operadores móviles de aquel país a que suspendan los servicios de Blackberry en breve por incumplimiento con la regulación de las telecomunicaciones.
Básicamente, lo que el regulador objeta del servicio es que RIM no le da acceso a su red para monitorear los datos que por ella circulan en pos de velar por los intereses de la seguridad nacional. Esto afectará a los servicios de mail, Blackberry Messenger y navegación, no así a las comunicaciones de voz, SMS o MMS, las cuales son manejadas por los operadores.
Para entender el fondo del problema, conviene aclarar que los datos desde y hacia los Blackberry viajan encriptados hasta los servidores de RIM. Esto hace que no puedan ser accedidos por terceros, como pretende ahora el regulador.
Los EAU no estarían solos en esta movida. También hay intenciones similares por parte de Arabia Saudita (que comenzaría a bloquear el servicio a partir de este viernes) e Indonesia, al tiempo que ya hubo un conflicto similar con India. Se trata de un típico conflicto moderno, entre Estados nacionales y corporaciones multinacionales.
Por supuesto, ambas parten tienen qué perder.
Para RIM, permitir que los gobiernos monitoreen los mensajes que circulan a través de su red pondría en peligro la relación con sus clientes, lo que incluye a gobiernos (recordar que Obama es quizás su político usuario más famoso) y grandes corporaciones, especialmente en los valiosos mercados de América del Norte y Europa occidental. Así, se ve obligada a mantenerse en su posición.
Para los EAU, bloquear los servicios de Blackberry no es una medida fácil, habida cuenta que uno de los emiratos que la componen es Dubai, quien pretende convertirse en un centro financiero mundial. Esto implica no sólo permitir el uso de esta herramienta tan habitual en los hombres y mujeres de negocios, sino que debe también mostrarse más abierto a los negocios internacionales. Es quizás por esto último que el regulador de los EAU estableció la fecha del 11 de octubre para cortar estos servicios y dar tiempo así a algún tipo de negociación.
Sin dudas, este tipo de conflictos serán cada vez más recurrentes (ya pasó con Google y China). Con el recrudecimiento del accionar terrorista a partir del siglo XXI, sumado a la internacionalización del crimen, la tendencia de los Estados monitoreando lo que sucede en Internet es irrefrenable, sin importar si se trata de gobiernos occidentales u orientales.
Por ahora, el emergente es que, más allá del dolor de cabeza, todo este asunto le hace buena publicidad a Blackberry, cuya seguridad no puede ser violada por los gobiernos. No está mal.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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