Para llevar a todas partes

Esta semana hubo sorpresa, ya que luego de dormir el sueño de los justos por 10 años, finalmente la Secretaría de Comunicaciones reglamentó la portabilidad numérica para la telefonía móvil, a través de la resolución 98/2010. Se trata de un recurso contemplado en el decreto de apertura del mercado de las telecomunicaciones del año 2000, el cual, por diversas razones (y no necesariamente justificaciones), no había sido reglamentado hasta el momento.

La medida sin dudas es bienvenida, ya que fomenta la competencia entre los operadores. Esto no implica que una vez implementada los precios del servicio bajen, ya que competir por precio es sólo una estrategia y algunos podrán optar por competir por calidad de servicio.

Como siempre hay quienes buscan segundas intenciones, no faltaron las especulaciones respecto de por qué se hizo en este momento y no antes. Algunos dicen que fue para contrarrestar un proyecto de ley nacido en el Senado que quiere aplicar la portabilidad, aunque en este caso la misma contempla también a la telefonía fija. Otros dicen que se lanzó ahora para mitigar el efecto de los últimos aumentos de tarifas anunciados. Pero lo más sólido parece estar por el lado de las exigencias judiciales para su implementación como consecuencia de reclamos de asociaciones de consumidores.

Más allá de las causas, se trata de una medida positiva, quizás más que si se hubiera implementado hace 4 años. Tiempo atrás, los principales interesados en conservar su número eran aquellos que usaban el celular para trabajar, fueran altos ejecutivos o personas con un oficio para quienes ese número era la puerta de acceso de sus clientes. Pero para el resto, no importaba demasiado. De hecho era común que muchos cambiaran de línea al comprar un nuevo teléfono más bonito o con más funcionalidades. El tema se resolvía rápidamente, enviando un SMS a sus amistades pidiendo que agendaran el nuevo número. Pero con el paso del tiempo el celular se fue incorporando a todos los órdenes de la vida, no ya solo al meramente social. Así, ponen su número celular en sus CV para ser contactados, cuando se hacen trámites, etc. De esta forma, el valor del número para el usuario creció notablemente.

La resolución fija un plazo de un año para su implementación por lo que todo aquél ávido de cambiar deberá esperar un tiempo más. De todos modos, es previsible que una vez implementada la portabilidad se produzca un pico de demanda inicial por cambios de operadores que luego se estabilizará en valores bien por debajo del 1% mensual.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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