Tal como se veía venir ante los cambios en el consumo de video que introdujo la expansión de la banda ancha y el acceso al mismo vía Internet, finalmente Blockbuster pidió su quiebra. La empresa planea reducir su deuda de casi US$ 1.000 millones a 100 o menos. Como parte de la movida, anunció que los tenedores de deuda subordinada, acciones preferenciales y comunes no recibirán nada. Parafraseando a un ex presidente, “el que depositó dólares, retirará… nada”.